domingo, 9 de noviembre de 2008

Julio de 2007: "Diario de un apagón".



Durante el mes de julio empecé a publicar una serie de artículos sobre lo que significa la poesía y que, a pesar de tener doce capítulos ya escritos, preferí dejar aparcados después del quinto ya que generaban más polémica de la pretendida, sobre todo en www.tusrelatos.com. Lo cierto es que en “La última frontera” no tuvo demasiada repercusión, de hecho sólo Tánatos, amigo de Tus Relatos, dejó un lindo comentario al artículo.


Julio del 2007 fue marcado por un suceso, en mi ciudad, de enorme trascendencia: el brutal apagón de Endesa. Entre la polémica por hacerse con la empresa que en su día fagocitó a FECSA, Enher y HEC, para llevarse sus oficinas a Madrid, la falta de inversión de esta y REE en la Ciudad Condal, termino por producir una caída en cascada que sin servicio a más de media ciudad, pero, lo que fue peor, a más de un 30% durante varios días. Muchos ciudadanos vimos, en plena canícula, como nuestras despensas perdían su protección y pasábamos a vivir en la edad de piedra. Meses después la compañía nos devolvió 60€ para indemnizarnos por unos perjuicios que no se podían pagar ni con 500. Las empresas de seguros tampoco fueron muy generosas, lo que demuestra que los llamados seguros de hogar, cuando verdaderamente los necesitas son un gran fraude.


De lo que pasó después no se ha hablado demasiado, pero lo que sucedió en aquellos momentos se limitó a los titulares de prensa, por eso quiero reeditar aquí lo que fue el diario de un apagón.


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Doy las gracias por la inspiración de este relato a REE (Red Eléctrica Española), Endesa, el sr. Pizarro y a todos los políticos que han contado con algún poder en nuestro país en los últimos 150 años.



23 de Julio de 2007 (lunes)

Entre las diez y las once de la mañana a los barceloneses se nos empezaron a fundir las creencias en el siglo veintiuno. La red de alta y media tensión del área de Barcelona sufre un accidente en la estación eléctrica de Collblanc que avanza a través de todas las subestaciones eléctricas de la ciudad que van cayendo cual fichas de dominó. Al alcanzar las sobrecargas la macroestación del paseo Maragall (casi en el extremo contrario de la ciudad) se produce un aparatoso incendio que deja la misma irrecuperable a corto plazo.
Ciudadanos, hospitales, negocios... todos quedan fuera de la red, quien posee SAI’s alarga su agonía unos minutos, unas horas más, pero sólo quien posee grupos electrógenos propios salva la situación.
Entre tanto, en esas primeras horas de desconcierto, los bomberos rescatan a unos sesenta ciudadanos atrapados en los ascensores y que no han logrado salir por sus medios.
Todo y que, al principio la apagada es casi general, en la primera hora se recuperan algunas zonas de la ciudad, pero quedan bastantes más de 350.000 abonados sin suministro (en torno a un millón de habitantes). La red de hospitales ha suspendido las operaciones no urgentes y potencia su servicio de urgencias en la Residencia de la Vall d’Hebrón que es el único gran hospital de la ciudad no afectado por el apagón.
Pasan las horas y, una a una, se van poniendo en marcha todas las subestaciones salvo la del paseo Maragall (por el gran poeta Joan Maragall, abuelo del expresident). Sin embargo, al final de la tarde sólo se ha reducido a los 350.000 abonados la falta de servicio. Una cifra que parece mágica para técnicos y políticos. Sin embargo, los hoteleros parece que han gozado de información privilegiada porque han sido los primeros en contratar los grupos electrógenos disponibles y hasta que esto no ha sido así, ni instituciones ni las compañías eléctricas, no han tomado la decisión de utilizar este sistema para restablecer el servicio. Harán falta unos 200 y la mayoría tendrán que venir desde muy lejos. Algunos tendrán que llegar desde Salamanca a casi 800 kilómetros, pero a nadie se le ocurre traerlos de Francia, mucho más cerca.
Conforme pasan las horas sin luz empieza a cundir el desanimo. A las 19:00 horas miro por la ventana de casa y veo los semáforos fuera de servicio, pero los edificios adyacentes parecen haber recuperado el suministro. Sin embargo, yo preparo todas las linternas y velas de la casa... nos preparamos para pasar la noche a obscuras. Entre tanto, el congelador a pasado de los –20º C habituales a –5ºC, el contenido del frigorífico normal, si no se repone pronto el servicio, lo tendré que dar por perdido. Al abrir, para la preparación de la cena, ya no se nota aquel frescor en la cara sino el intenso olor de todo el contenido alcanzando la temperatura ambiente. No es olor de putrefacción, pero, la mezcla de las olores de todos los productos a la vez, no es del todo agradable.
Como la cosa parece tener un cierto carácter épico, tomo la decisión de escribir este diario.
Mientras cenamos a la luz de las velas y sin televisión, comentamos, entre cuestiones más o menos personales, todo lo relacionado con el apagón. Que si los ciudadanos se han comportado con gran civismo, que si la bajada del tráfico no ha convertido en trágico el corte de los semáforos, que si hay mucha policía por las calles...
Durante la recogida de la mesa escuchamos la radio y alguien confirma lo que ya sabíamos: que la baja inversión en mantenimiento de las empresas que más dinero ganan a nuestra costa, es el responsable final de nuestra desgracia.
A las 22:00 horas un vecino empieza a hacer sonar una cazuela, pronto se le unen otros y una auténtica orquesta de percusión se pone en marcha y se escucha también en la distancia, pronto se suman las bocinas de los coches y los ladridos de los perros y, de tanto en tanto, algún petardo. Tenemos verbena y batucada, pero verbena a oscuras.
Llega la hora de dormir, pero mañana nada nos podrá despertar, no hay luz para los radio-depertadores. Ponemos la alarma del teléfono móvil a las 6:00 AM. Nos lo tomamos con calma y nos disponemos a dormir...


24 de Julio de 2007 (martes)

Por las persianas a medio abrir entran las primeras luces, me levanto, linterna en mano, para ver el reloj de la cocina... las seis y diez de la mañana. La alarma del móvil no nos ha despertado, pero el astro rey, que aún coquetea con el horizonte, no ha venido a echar una mano. Hoy no haremos tarde, pero la casa sigue, a pesar de la benevolencia de la estrella, en la penumbra.
Nos aseamos como podemos con luces poco eficaces y las telarañas del sueño en los ojos.
Abro la nevera para preparar el desayuno y, las olores que salen, aunque aún no son de plena putrefacción, si que son demasiado fuertes para mi pituitaria a medio desperezar.
Cuando termino de preparar los cafés con leche ya no me molesto en meter esta en el frigorífico. No creo que en las próximas tres o cuatro horas se recupere el suministro, la leche está perdida y abrir la nevera solo servirá para meterle más aire caliente que acelere la descomposición. Pienso que si no abro más de la cuenta cabe la posibilidad de que algo se salve. El termostato del congelador, entre tanto, ha subido hasta los –3ºC.
En el trayecto del autobús hasta el trabajo vamos contando los edificios con luz y los que no, también nos fijamos en los semáforos que funcionan y los que no. Al llegar a la plaza Verdaguer un fuerte dispositivo policial protege la caída de las señales luminosas en avenida Diagonal.
Los periódicos de la mañana hablan del suceso y dan noticias esperanzadoras, pero, entre tanto, advierten que REE y Endesa, la empresa que dirige el señor Pizarro, tienen en Catalunya más del 25% de sus beneficios, pero sólo invierten menos del 15% de sus gastos de mantenimiento. Lo terrible del caso es que, durante el segundo mandato del PP, cuando Endesa termino de fagocitar a la catalana Fecsa, este gasto se acercó peligrosamente a cero. Este, como el de Renfe, es otro caso más del dinero para infraestructuras que no se gastan los diferentes gobiernos en Catalunya, a pesar de ser los catalanes los máximos contribuyentes a las arcas del estado. Y este es un hecho que lo es por mucho que a la Sra. Aguirre se le llene la boca diciendo lo contrario en base a unas cuentas poco claras. "Para muestra un botón", en 2003, el año de la discordia, el gobierno catalán y el pleno de las fuerzas políticas, demandó al Estado el cumplimiento de los acuerdos de transparencia fiscal y la publicación de cuentas y balances fiscales entre autonomías y estado. Este acuerdo data de finales de los años ochenta, pero por cuestiones "técnicas" no se ha llevado a cabo nunca. En ese año se demostró la capacidad del Estado para acometer la tarea y Rodrigo Rato prometió, como otros antes, la publicación de estas cuentas. Sin embargo, cuando las cuentas ya estaban hechas aparecieron los "problemas técnicos" y el gobierno central se negó a publicar, con su sello, estos datos. La transparencia de las cifras económicas de los balances entre gobierno central y gobiernos autonómicos volvió a frustrarse. Sin embargo, en Catalunya, un prestigioso economista que alcanzaría, más tarde, el grado de Conseller de Economía, el Sr. Castells, recompuso los datos y los publicó en un libro de la prestigiosa editorial Ariel, en ellos, las palabras de la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, en el sentido de que eran los madrileños los que más pagaban, no es que quedaran en entredicho, sino que quedaban totalmente desmentidas. Aquellos datos enseñaban que, además, era Madrid quien se comía el mayor trozo de pastel a la hora de recibir dinero, no Extremadura, no Galicia, no Andalucía... la Madrid de la señora Aguirre. Entre tanto, Catalunya, no sólo era la que más aportaba a las arcas del Estado percápita, sino que también lo era en valor absoluto y, sólo la provincia de Barcelona, ya superaba las cuentas de Madrid que, supuestamente, contaba con más habitantes.


Por su parte, las empresas eléctricas españolas, cuando se aplicaron los acuerdos de competencia económica, recibieron de la UE, como compensación por la supuesta perdida del oligopolio, una importante cantidad de euros. Pero de la competencia no hemos visto ni asomo, resulta desconcertante ver como se les compensó por unos perjuicios que nunca llegaron y, en cambio, en otros sectores como las telecomunicaciones, Telefónica (por ejemplo) tuvo que ceder, por nada, gran parte de su red para que otras empresas hicieran negócio con unos servicios, que en último término, sirve la misma compañía. Aumenta, en este punto, mi mala sangre al recordar como los empleados del sector vimos con esperanza los inicios de la liberalización a la espera, como parecía lógico, de que aumentara el número de puestos de trabajo técnicos. Creíamos que la liberalización valoraría las personas que durante años se habían esforzado por adquirir conocimientos sobre telecomunicaciones, incluso al margen de la empresa en que trabajaban. Pero las nuevas operadoras no querían, sólo comerciales que, por un sueldo tercermundista, fueran capaces de vender lo que la empresa era incapaz de suministrar. En caso de problemas técnicos descargaban la culpa en la compañía original y listos, gracias a la nueva entidad reguladora del sector de las telecomunicaciones, este tipo de actuaciones adquirieron carácter de ley. Las actitudes oportunistas y depredadoras del sector se extendieron al no existir una verdadera regulación y, la propia Telefónica, mediante diferentes planes blandos de reducción de plantilla, eliminó en poco más de diez años 40.000 puestos de trabajo fijos. Por otro lado, el "renovado" sector, ofrecía unos pocos miles de puestos a autónomos y subcontratados, con un bajo perfil de conocimientos, para hacer trabajos orientados a personal muy cualificado pero por unos salarios irrisorios y en continuo descenso. Ajustes de gastos creo que le llaman a eso.


Me consta que las empresas eléctricas, con las excusas de su reunificación para ser más competitivas, también se han desecho de personal... ¡Más mala sangre!... ¿Esos empleados de menos hubieran significado la diferencia entre tener o no tener suministro eléctrico?


Regresamos a casa sobre las 16:00 horas y seguimos en total obscuridad. Llamamos a Endesa y nos dicen que antes de 24 horas tendremos luz.


18:00... 19:00... 20:00, cenamos a la luz de las velas... 21:00... 22:00, cacerolada de nuevo... otra vez a la cama sin poder ducharme. Dos días sin lavadora, dos días sudando y lavándote a oscuras y con agua fría (menos mal que es verano y para otras cosas que terrible que lo sea). Por cierto, ¿por qué, siendo verano, está el agua del grifo tan fría? Desgraciadamente la nevera no consigue estar tan fría y ya no se puede abrir la puerta sin sufrir una arcada.


¿Cuándo volveremos a la vida normal?


¿Cuándo podré publicar todo esto en Internet?


Son las 23:30 horas y la cosa ha ido "in crescendo", un grupo de manifestantes, cacerolas en mano, cortaron el trafico en el cruce de Meridiana con Mallorca. Los coches llevan ya mucho rato tocando sus bocinas y llega la guardia urbana para organizarlos y, en el tramo de la calle Mallorca, hacerlos retroceder hasta la calle Navas de Tolosa (dos manzanas) para tomar otra ruta. Cuando terminan esta tarea se dirigen hacia los manifestantes que los reciben con gritos y aplausos irónicos.


La cosa está muy caliente. El tunel del AVE, las reiteradas faltas de respeto hacia los ciudadanos del alcalde Hereu y el Conseller Nadal... y ahora la luz.


Acuden refuerzo y, a pesar de no entrar a saco con los manifestantes, estos se retiran hacia la calle Aragón donde, ahora acompañados por la prensa, radio y televisión, pretenden llevar a cabo una sentada.


Dice la radio que somos, según fuentes oficiales, 10.000 abonados sin luz... ¡Y una mierda! 10.000 abonados no generan tanto ruido... tanta indignación.


He perdido de vista a los manifestantes, sólo se escucha alguna cosa a lo lejos, en las casas parece que ya nadie hace ruido, sin embargo, por todas las ventanas de casa penetran las luces giratorias de numerosos vehículos policiales que hay parados en los alrededores.


Los servicios públicos nos dan unos suministros caros y de mala calidad y los políticos, de todos los partidos, sólo pretenden tener y retener las mayores cuotas de poder posibles. Nos amenazan con tirar las casas y seguro que nos las deprecian con un túnel que se puede llevar a cabo por otro lugar menos dañino y, aún sin compensación alguna, nos piden confianza... ¿Confianza? ¿Dónde están ahora que nuestras vidas se ahogan a oscuras? ¿Qué solidaridad nos espera cuando nuestras casas se hundan?


Son casi las 24:00 y Endesa tiene la poca vergüenza de pagar un anuncio de radio que se repite en varias emisoras... "la energía de nuestro futuro"... esperémoslo así, porque obviamente no son la energía de nuestro presente.


Seguro que estos días los blogs van llenos de noticias como la muerte de Polanco, la del padre de Laporta, la captura del cerebro del caso Tous y la de "El Solitario", la boda de un soldado español en el Líbano con una natural del lugar, el caso de las enfermeras búlgaras... y mi blog descansa en paz por un miserable apagón.


Ahora pasan unas declaraciones en las que, el siempre irrespetuoso Acebes, intenta sacar partido de esta crisis eléctrica como si él no tuviera una parte importante de responsabilidad en este desastre ¿Quién, si no, apoyó a Pizarro, por encima de los intereses de los usuarios de Endesa? Los sufridos usuarios no lo olvidamos... y ahora, a oscuras y con la nevera oliendo a podrido (como la política del país), mucho menos.


Se escuchan bocinas que llegan de lejos, no creo que sean de la, algo más lejana, calle Aragón. Han debido de cortar la calle Valencia. Por Meridiana no pasan más coches que los de la policía, pero las cazuelas, pitos y gritos hacen notar que el número de manifestantes va en aumento. Se prepara una noche larga. Son las 12 y llevamos más de 37 horas sin luz.


Las voces se acercan.



25 de Julio de 2007 (miercoles)


La verbena de San Jaime continúa, pero en lugar de alegre celebración es una reivindicativa manifestación.


A las 00:10 horas termina la manifestación.


A las 00:17 horas vuelve el suministro eléctrico. Como no sabemos lo que durará, ponemos la nevera a toda pastilla, la lavadora y empezamos a enfriar la casa con el aire acondicionado pues estamos a 33ºC.


Me voy a la ducha, estaba casi dormido, pero me da lo mismo.



Amanece que, como dirían, no es poco. Y aún tenemos luz, así que damos comienzo a nuestro habitual protocolo para ir a trabajar. Mientras hago el desayuno me atrevo a abrir el congelador y... ¡no se ha salvado nada! Las barras de helado abomban los cartones que las contiene y las intento recoger con cuidado para que no goteen, pero aunque se han vuelto a congelar algo durante la corta noche, ya es tarde, la de vainilla y chocolate, como estaba empezada (apenas un corte), gotea a través de los cuatro cajones del congelador.


Con la nevera nuevamente en marcha, me atrevo a abrir un tetrabrick de leche, pero al guardarlo en el frigorífico, el olor a descomposición me indica que en este área tampoco se va a poder salvar gran cosa. Sin embargo, hoy comeremos fuera, aún no nos atrevemos a comprar productos perecederos, tal vez sólo tengamos suministro temporalmente.


Mientras desuyanamos, vemos las noticias, estamos ávidos de tele... ¡¿Quién me lo iba a decir?!


Las noticias muestras el cruce de Meridiana con Mallorca la noche anterior. Los manifestantes rodeando varios coches de la guardia urbana al grito de "¡Queremos luz!" A uno de los guardias urbanos se le escapa la risa, el sabrá por qué, y tiene que salir del espacio de filmación. Lástima que el cámara no se ha percatado. En la siguiente toma, los manifestantes son otros y están frente a la Sagrada Familia donde estaban a punto de iniciar una cacerolada programada a las 22:00 horas, pero la indignación se dispara cuando a esa hora retorna la energía al templo con todo el fulgor de todos sus focos... de sus miles de wattios... y esto, sumado a la oscuridad de sus casas, no agrada a los vecinos.


Diferentes canales, similares noticias, pero nos quedamos con una entrevista a un vecino de nuestro bloque:


"...Por debajo de mi casa pasa una línea de tren de "rodalíes" y la linea 1 del metro, a cien metros la linea 2 y a doscientos la otra linea norte de "rodalíes" y, ahora, encerrándome en un ángulo de 30º van a ponerme el AVE. Del metro y del tren aún hago servicio, pero no puedo entender por qué mi casa ha de padecer la incompetencia de los políticos por una infraestructura que no debería tener prioridad en la toma del centro de la ciudad. Está claro que a estos políticos yo ya no les voy a votar nunca y, el hecho de que a estas horas siga sin luz, es una evidencia de que ellos lo saben. En esta ciudad siempre pagan los mismos, mientras en Pedralbes ni metro, ni tren, ni AVE y el frigorifico les sigue manteniendo frío el caviar y el cava con el que brindarán porque los imbéciles de siempre seguimos siendo unos desgraciados... e imbéciles... Está claro que la compensación por sus ambiciones sobre nuestras vidas, nos las piensan pagar con nuevas desgracias. Señor Hereu, señor Nadal, señor Clós, señor Pizarro y señores políticos en general: ¡Queremos luz!"


Creo que ni Leibniz lo hubiera expresado mejor. Y digo y yo... si la Sagrada Familia se cae será muy triste para el mundo entero, pero si se cae mi casa será muchísimo más triste y dramático para mí y mi familia.


Esto ya no es sólo por el apagón, ni por el AVE, ni por la incompetencia de empresarios y políticos, ni por la puñalada trapera de Foment y el RACC nos dieron hace unos días. Esto es la sublimación de años de sacrificio y sufrimiento mientras otros se lucran sin esfuerzo. Esto es la aplicación del derecho al pataleo aún sabiendo que dentro de unas horas, los que tienen la sartén por el mango, nos soltarán cuatro frases sin sentido y nos pondrán a pastar en el mismo redil de siempre hasta la próxima, si antes no se nos lleva por delante cualquier enfermedad surgida del desánimo y la "mala leche" o una tuneladora que se fue una décima de grado hacia la derecha.


Bueno... tengo ganas de llegar a casa y comprobar si tengo, de forma definitiva, ese suministro eléctrico cuyo cargo a cuenta se efectúa, sin excepción, todos los meses. Tengo una enormes ganas de navegar por Internet, de tomar un vaso de agua fresca a media tarde, de comer algo cocinado por mí... ¡Vaya "faenón" me espera! habrá que vaciar y limpiar la putrefacta nevera y hacer balance de las perdidas. Recuperar un montón de tareas que quedaron pendientes por falta de energía. Creo que el propio Hércules se echaría a temblar, porque frente a todo esto de nada sirve la fuerza... más bien es cosa de paciencia y, de esa, tampoco me queda mucha.


Triste retorno a casa. A primera hora de la mañana volvieron a cortar el fluido eléctrico. La llamada a Endesa sólo sirve para tener un mayor... enfado. "Se les ha cortado el suministro eléctrico para evitar saturaciones" ¿Y por qué otra vez nosotros? La cuestión es que nos toca, otra vez, pasar todo el día sin electricidad. Estamos sin comida, hemos tenido que tirar todo lo que había en la nevera por valor de unos 300 euros (realmente aún no lo hemos tirado físicamente, no ha habido tiempo ni luz para hacerlo) y la falta de garantías nos impide comprar más. Los tres supermercados que hay, en cuatro manzanas a la redonda, también han sufrido apagones y sus productos me ofrecen la misma confianza que los de mi basura. Respecto a los restaurantes de la zona... lo mismo. Subiendo, como empiezan a subir las temperaturas, vamos a empezar a conocer algunas de las comodidades de Etiopía gracias a Pizarro y compañía.


Las 19:00 horas del 25 de Julio. Hace casi 57 horas que se cortó el suministro eléctrico y, salvo un período de seis horas, la pasada madrugada, seguimos sin luz. En la radio dicen que somos unos 10.000 abonados, pero visto que, además de nosotros, también siguen sin luz en el tramo final de la calle Valencia y gran parte del barrio del Guinardó (no tengo noticias del paseo Maragall), pero con estos datos ya deduzco que las eléctricas están mintiendo. En este momento, calculando por lo bajo, debemos estar fuera de linea unos 50.000 abonados. También la radio insiste en que quedará solucionado a lo largo del día de hoy, pero la burla de la pasada madrugada me hace ser muy pesimista. Además, en algunas zonas de Barcelona han empezado a fallar varios grupos electrógenos en los que se está poniendo toda la confianza. Nos estamos convirtiendo, según mi mujer, la ciudad de la electricidad enlatada. Por otro lado, tras el largo corte, la sobrecarga está asegurada porque los ciudadanos llevan días sin poderse duchar en condiciones, sin poder lavar la ropa que, en ocasiones, ya llevaba acumulada todo el fin de semana y, para postres, hoy han subido las temperaturas.


Ahora comentan en la radio que en el barrio de Gracia, del que no habíamos hablado, han iniciado una cacerolada a las 18:00 horas. También allí, por lo que parece, siguen sin luz ¿De verdad van a seguir insistiendo en que somos 10.000 abonados sólo los afectados?


Cambio de emisora en la radio y se escuchan voces de la manifestación de Gracia: "polítics mentiders", "volem llum", "Pizarro, cabrón, queremos una solución", "Fecsa, espabila que la ciudad está ofendida", "Pizarro, cabrón, tu cabeza como compensación"...


Los barceloneses hemos soportado con un sorprendente civismo extremo este drama, casi con resignación. Pero este devastador estado de miserabilidad eléctrica ha terminado por llevar al límite la paciencia de los ciudadanos, la pila humana se descargó. La crispación está a punto de hacer estallar a la masa de urbanitas. Como no retorne la luz, con garantías, en las próximas horas, pueden empezar a darse casos dramáticos de rebeldía.


Empieza a decaer el sol, se acerca la noche... ¿Qué va a suceder?


A las 19:49 retorna el suministro a varios edificios de la zona incluido el mío. Esperemos que sea para quedarse. Ahora vienen horas de trabajo esforzado para poner al día tareas atrasadas y hacer intendencia de lo perdido. Entre tanto buscaremos un "take away" fuera de la zona de apagones... hoy cenaremos pizza y mañana, después del trabajo, si Pizarro lo permite, iremos a comprar.


26 de Julio de 2007 (jueves)


De momento hay luz, pero lo decimos con la boca chica. Cuando regresemos del trabajo tocará tomar muchas decisiones, pero estamos muy cansados. Son las 6:30 y la noche ha sido muy corta.


Mientras desayunamos vemos en la tele que aún quedan algunos vecinos en el barrio sin electricidad y ya llevan 68 horas. Desde la posguerra que no se había vivido una situación semejante en la ciudad, con la diferencia de que el mundo actual necesita mucho más de la energía y que, después de una guerra, la gente era mucho más dura, los blandos ya habían perecido o se habían encallecido.


También escuchamos que la ciudad se mantiene a gran cantidad de grupos electrógenos que hay por toda ella, la energía en conserva, y que la situación no estará normalizada hasta dentro de un par de semanas. Y todo esto cuando hace sólo un par de meses que la UE decía que en España pagábamos la electricidad muy barata y que debíamos pagar el doble, como si no lo pagáramos con nuestros impuestos, nuestra salud y el tercermundismo. Sólo recordarles que Endesa gana 200 millones de euros mensuales por un servicio que en estos momentos no nos está dando.


Finalmente regreso a casa del trabajo y es el primer día, después del comienzo de la crisis, en que tengo luz en casa. El vecindario está lleno de grupos electrógenos trabajando a toda pastilla y que dejan un ronroneo continuo que se escucha por todas partes. El aire huele a gasoil y la mayoría de esos trastos sueltan enormes cantidades de humo negro. Y encima, según los expertos, la posibilidad de que esto vuelva a ocurrir, antes de acabar el verano, es bastante elevada. Aún así, me alegro de volver a la "normalidad". Excepcional normalidad. Espero que realmente se haya acabado por fin.


Ayer tiramos unos 30 kilos de alimentos. Hoy he estado revisando las facturas y, hasta ahora, sólo he logrado justificar unos 150 euros, pero quedan muchos productos del inventario que no he logrado localizar en las facturas. Por la tarde hemos ido a comprar para volver a tener algo que comer.


Recuperar la normalidad está dando mucho trabajo, hoy tocará, otra vez, acostarse tarde plegando ropa.


27 de Julio de 2007 (viernes)


Amanece después de las primaras 24 horas completas con suministro eléctrico. Sé que otros no están teniendo tanta suerte. Barcelona se sostiene con un grupo electrógeno en cada esquina... ¡Tengo que fotografiarlo!


Ayer fue cómico ver como un camión de Petronor iba alimentando de combustible un grupo electrógeno tras otro. Parecía mama oca dando de comer a todas sus oquitas.


Bajadas de potencia, grupos electrógenos averiados o muy viejos y que petardean... Algunos vecinos todavía no tienen garantizado el servicio y, de hecho, ayer, en la plaza Sant Jaume, aún hubo una pequeña cacerolada de protesta. Pero mientras todo esto ha sucedido, el señor Pizarro, máximo responsable de este drama de la Ciudad Condal, no se ha dignado a dar la cara y su empresa se ha limitado a echar la culpa a otros. Es curioso que, este señor, apareciera hasta en la sopa cuando su asiento se tambaleaba, después de ver aquello y ver hoy esto nadie dudará que lo justo sería que dimitiera como paso previo a conseguir la normalidad. Es obvio que Pizarro es un perfecto inepto para el cargo que ostenta, pero es mucho más lamentable su falta de empatía hacia los perjudicados por su causa. Acebes, el que fuera su gran valedor entonces, no sólo no da la cara tampoco, sino que tiene la desvergüenza de salir culpando a otros. Todos somos conscientes de que hay muchos culpables, pero Acebes también, y no de los pequeños. Escucho en la tele que otro líder "pepero" afirma que ahora sólo queda que alguien les culpe a ellos. Parece que no recuerdan que todos los presidentes de empresas de servicios públicos fueron impuestos por ellos y, a continuación, aplicaron rápidamente (mucho antes del margen exigido por Europa) las desvinculaciones de estas empresas con el Estado para que gobiernos posteriores no pudieran cambiarlos. Si a esto unimos la desidia de inversiones en infraestructuras durante los ocho años de gobierno Aznar y especialmente en tierras catalanas donde el déficit estructural casi se dobló.


Supongo que en esta crisis no hay partidos políticos totalmente inocentes (o eso o son los ciudadanos los únicos responsables), pero en último término la REE que tiene una red vieja e inició el proceso de caída eléctrica y Endesa, cuya red de distribución, protector y de transformadores finales fue conocidamente deficitaria para salvar la crisis y luego actuó de forma indolente y extremadamente lenta para aplicar soluciones parciales con los clientes que son de su responsabilidad, son quienes deberán compensar por los terribles daños causados como responsables principales.


En televisión, un defensor de las eléctricas, dice que crear más subestaciones, desde siempre, hubiera sido la solución, pero que a los vecinos no les agrada tener una subestación cerca. Y digo yo: ¿Cuándo les ha importado a ellos la opinión de los vecinos? ¿No será realmente su problema el precio del suelo donde edificar las citadas subestaciones y la inversión en sí que supone crear las necesarias infraestructuras? La voz de ese defensor, por ilógica, aún me convence más de que las eléctricas nunca desearon compartir sus voluminosos beneficios ofreciendo un servicio fiable. En el caso de Endesa, el señor Pizarro prefirió invertir ese dinero en latinoamérica, donde muchos gobiernos le permitían operar sin trabas de ningún tipo y, así, convertirse en un apetitoso bocado para empresas europeas de mayor tamaño.



Bueno, parece que sin estar completamente solucionada la crisis, la parte más dramática ya pasó y ya hablan de indemnizarnos a todos con 60 euros... mejor me callo lo que pienso. Por cierto, me comunican que Renfe está teniendo problemas en la zona sur por la avería, otra, de un Euromed. Parece que ahora toca acordarnos de los padres de otros hijos que "trabajan" en otra de esas empresas nacionales que pretende cobrarnos unos precios europeos por unos servicios africanos (o peores).


Lo que peor me sabe, dentro de este drama, es que no me he podido administrar mi dosis de Internet y voy con el "mono".



Fotografía extraída de www.ruidos.org

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