Las bases fundamentales de la democracia, los
principios más elementales de la Constitución y el respeto a la ciudadanía
(toda la ciudadanía) han sido sacudidos por el escándalo de la policía
patriótica y la Operación Catalunya. Y es que, en contra de lo que pueda decir
la alienada presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, la señora Isabel
Díaz Ayuso, el uso de mecanismos ilegales, antidemocráticos, que falten a los
derechos humanos y hasta son inconstitucionales, jamás pueden ser admisibles
para proteger la unidad de España. Y es que esta señora, ni su partido, más de
ultraderecha que de lo que quieren reconocer, la pérdida de valores democráticos
es la razón más elemental y necesaria para deshacer el estado español. Si todos
los españoles no pueden vivir bajo los mismos derechos, si no se respetan los
derechos de todos y se mantienen los privilegios de los de siempre, la cosa va
muy mal, pero si su gente, la de esa señora y todo el fascismo estructural de
este país asume saltarse las normas que le venga en gana en pro de una unidad
que no respeta a más de la mitad de los ciudadanos del estado, ese estado no
merece existir.
El PP, más que nadie, debería reflexionar cuando
tantas veces se autodenominado como constitucionalista y resulta que a la
primera de cambio se salta esa Constitución, se limpia el culo con ella y aún
pretende defender su infamia envolviéndose en el trapo de una bandera a la que
ha robado cualquier buen significado que algún día hubiese podido tener.
En cuanto a esa policía patriótica, el CNI, el juez
García Castellón y toda esa cúpula judicial que solo sirve para ponerse al
servicio del fascismo, solo decir que deberían, como poco, ir todos al paro por
inútiles. Han intentado implicar a muchas personas con los CDR’s, el Tsunami
democrático y hasta se han inventado un terrorismo en cualquier protesta que no
fuese de su gusto, y después de utilizar su “ilegalidad vigente”, atravesando
todas las líneas rojas, haciendo uso de la fuerza, la manipulación y la
desvergüenza más absoluta, solo han conseguido demostrar eso… Que son unos
ineptos, faltos de toda profesionalidad y unos delincuentes que se aprovechan
de una impunidad que destruye los cimientos de la democracia y los valores más
elementales sobre los que supuestamente está construida España. Bajo estas ya reconocidas
premisas, y el terror infundido a todo un pueblo con sus dañosas acciones, solo
queda denunciar a esta conjura por terrorismo. Y es que aunque no hubiesen
usado armas (que si las han usado), ni bombas (que las han inventado cuando les
convino) han usado su poder y han abusado de él para generar ese terror,
incluso con imperdonables actos de extrema violencia. Cumplen con todos los
requisitos para ser juzgados por terrorismo, pero todos sabemos que eso no
ocurrirá porque quien debe juzgar esos delitos en este país es un juzgado que
desciende directamente de los juzgados de la dictadura franquista, y tomado por
los jueces más alienados de la ultraderecha que, una y otra vez, nos han
demostrado que son incapaces de respetar los más elementales principios
democráticos cuando se trata de juzgar a cualquiera que se aleja de su
ideología.
Sinceramente, mientras personajes como la señora
Ayuso se puede permitir hacer una defensa tan vomitiva sin pagarlo en las
urnas, como ocurriría en una auténtica democracia, va a ser muy difícil limpiar
la cara, los tribunales, la policía y los servicios secretos, de un personal a
los que la democracia les importa un bledo y se mueven continuamente para
dañarla y permitir que unos privilegiados sigan viviendo del resto de la ciudadanía,
y aquel que no lo acepte, encontrar la forma de represaliarlo.