martes, 31 de marzo de 2009

Generación Z


Imagen tomada de www.galeriaspreciados.net

He respondido, en las últimas horas, a un correo reivindicativo de la generación X, con este otro de mi generación, la generación Z, de la que se ha hablado muy poco o nada… salvo, tal vez, en la serie televisiva “Cuéntame”. Pero, sinceramente, compañeros de generación, ¿os sentís representados por esa serie?

Pido disculpas a los creadores del texto original sobre la generación X por aprovechar la estructura y gran parte de su texto. También me disculpo por la deformación causada en este.

Con estas premisas, sepan los autores originales, que si así me lo piden, estoy dispuesto a publicar el texto original. No es mi intención crear disputas… generacionales.

He recibido, por dos vías, en las últimas horas, un texto reivindicando a la generación X, pero resulta que yo pertenezco a la generación Z (para que las generaciones de la A a la W lo entiendan es algo así como ser del Barça o del Madrí). Por esa razón he cambiado un poco el texto y le he dado un poquito de morbo.

Por reivindicar que no sea.

No estaría de más reenviárselo también a muchos chavales de menos de 19 años y a los de 20, 21, 22…, porque se darían cuenta de lo "afortunados" que son en cuanto a posesiones materiales y libertades... (y de lo desafortunados y lloricas que son en muchos otros aspectos, como la atención de sus padres, la carencia de valores, la falta absoluta de pasión por nada verdaderamente importante...) En fin… el mismo rollo paternalista que cada generación le suelta a la siguiente.

"El odio reside en las palabras no dichas y en los gestos no mostrados, pero tranquilo, sólo lo ejerce el que puede, no el que quiere"

El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, pero no la generación X, entre los 70 y 90 (más de una generación cabe en esta horquilla) que es la que continuamente se reivindica por internet, sino la que va del 1957 al 1975. La generación “Z”, aquellos que cuando el infame Generalísimo decidió por fin pasar a mejor vida, aún no habíamos cumplido los 18 (se podrían unir hasta los nacidos en 1954 ya que la mayoría de edad, por aquel entonces, era de 21 años). La de los que trabajábamos en miserables empleos ilegales para poder pagarnos los estudios y nos alucinamos de que existan estudiantes que hoy no luchen contra el Plan Bolonia. Somos aquellos que un día se arriesgaron a embarcarse en un pisito que, con suerte, terminarán de pagar nuestros nietos.

La generación “Z”, la última del franquismo, la que no vivió la guerra, ni las hambrunas que le siguieron. Tampoco conocimos las matanzas y represalias que, tras el conflicto, construyeron una grande y libre. Los que nos hartamos a oír, cada vez que manifestábamos un deseo en voz alta: “¡Ay, si hubieses vivido la guerra! Los niños y adolescentes a quienes se les hacían bajar la voz cada vez que preguntábamos por la política de nuestro país y veíamos el terror reflejado en las caras de nuestros mayores.

Muchos ya habíamos nacido en mayo del 68, pero lo conocimos después, como conocimos en plena transición las luchas de estudiantes y obreros contra el franquismo. Sólo los más mayores, sin permiso de sus progenitores, practicaron el atletismo en la forma de carreras delante de las porras de los “grises”. La mayoría de nosotros no pudo disfrutar ese deporte hasta la llegada de los “maderos”. Nuestra memoria histórica es para el olvido. Si bien vivimos la Transición, nadie nos pidió permiso ni opinión, a pesar de que éramos conscientes del engaño que se ocultaba en los pactos de aquel momento.

¿Qué no tenemos ideales?

¿Quién puede tener ideales en un país que vota tan masivamente a los mismos que defienden a los que nos enseñaron a vivir de rodillas?

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, churro, la comba, la goma, a crometes, el rescate, policías y ladrones o el bote bote y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos.

Hemos ido a parques de atracciones urbanos o visto dibujos animados en blanco y negro.

Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después tenían mucho más.

Como añoramos las series de entonces y que hoy, cuando son repuestas, descubrimos que tenían colores. Pero vimos llegar el color y una nueva forma de hacer dibujos con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer.Y, como no, Mazinguer Z… Z como nuestra generación.

Somos una generación que hemos visto a Maradona jugar, hacer campaña contra la droga y esnifarse las rayas del campo hasta el banderín de corner, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes gracias a Antonio Díaz Miguel.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante. Nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca eran de loneta azul o blanca y se llamaban Ked’s o Victoria.

Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso. Fuimos los últimos en hacer Bachillerato Superior y PREU y los primeros en BUP y COU. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo. De hecho ahora, cuando nos echan, ya no nos quiere nadie, porque cuando pasas de los cuarenta sólo sirves para engrosar las listas del paro y ni las ETT’s te quieren.

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nacimos entre las lágrimas de Arias Navarro y lloramos con los Alfaques. Vivimos la perestrika, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación nos chupamos los últimos secuestros legalizados a los que llamaban “mili”; gritamos: ¡OTAN no! ¡Bases fuera!, teniendo muy claro qué significaba y enterramos nuestros sueños de libertad con las consecuencias del 11 de septiembre.

Aprendimos a programar el video antes que nadie, nos iniciamos en la informática con el Spectrum, hicimos de Bill Gates y Steve Allen nuestros ídolos, nos reímos de los primeros móviles y seguimos luchando, cada vez con menos esperanzas, por lograr que Internet sea mundo libre.

Somos la generación de la perrita Marilín, de Marta, Popi y Manzanillo, de “Un globo, dos globos, tres globos” y los “Electroduendes”… y lloramos por última vez, a nuestra infancia agonizante o perdida, cuando Enrique y Ana dijeron adiós a Félix Rodriguez de la Fuente. Aún contamos traduciendo a pesetas. Y un día nos sentimos supermán y quisimos pilotar un X-Wing, pero seguimos negando que no entendiéramos un pijo de “2001, Una odisea en el Espacio”.

Lejos vivimos de esas mariconadas de los Bollycaos, nosotros tirábamos de pan y chocolate naturales… y el pan de ayer. Si nos compraban un Bony, un Bucanero, un Cropán o un Phosquitos era fiesta mayor.

Vimos nacer las autonómicas y, ya de mayores, las privadas.

Hasta los zancajos de oír a los carrozas hablar de los 60, nos desquitamos con la música disco, con los Barón Rojo, con Mecano y rescatando a un Miguel Ríos más marchoso que nunca.

La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos el patrioterismo de España y le pusimos la letra que su himno necesita: “Chan chan, chan chan, tachincho chincho chin chan chan…”

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones, cuando había vacaciones.

La última generación que aún fumaba porros que no eran de mierda y, qué coño, la última generación cuerda que ha habido (aunque me parece que eso ya lo dijo la generación anterior).

La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia. Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes:

Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad, ¿existían las sillitas especiales? y los air-bags no los usaban ni las féminas, porque aún no se había inventado la silicona; hacíamos viajes de más de 3h (aunque no llegábamos muy lejos) sin descanso con cinco personas apretujadas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista.

No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. De hecho hasta los farmacéuticos nos invitaban a automedicarnos.

Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Llevábamos en los bolsillos petardos sin seguridad junto a tirachinas, ganchos de metal…

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando en la oscuridad de la noche tu madre gritaba por la ventana: ¡PAAAQUIIIIITOOOOOO!

No había móviles, pero había cosas que se movían a un ritmo que no veas.

Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Excepto la ley del Talión callejero.

Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente fardábamos ante los amigos de las cicatrices de guerra.

Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas de esas que hoy dejan los zurullitos de perro cortados por la mitad.

Comíamos dulces (si los pillábamos) y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. De hecho bebíamos café y bebidas alcohólicas sin ser borrachos ni hiperactivos.

Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando.

Compartimos los vasos de agua y las bolsas de kikos masticadas y nadie se contagió de nada (y si lo hizo peor para él, sería un flojucho que no se comía los guisados). Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole y no mucho, porque, por lo general, tenían poco para chupar. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente, DDT (o los más afortunados con el spray del Fogo).

En cuanto a lo de ligar… ¡pecado, pecado, pecado! “A escondidas y en voz baja…”

Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. De hecho éramos responsables también de las acciones de los demás y las hostias estaban garantizadas.

No tuvimos libertad, tuvimos que superar el fracaso para el que parecíamos predestinados, ¿respeto? Aprendimos a tenerlo con todos y a que nadie lo tuviera por nosotros, y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello. ¿Eres tú uno de ellos? ¡Pues si lo eres te jodes! O mejor: ¡Te sigues jodiendo! Que eso es lo que has hecho toda tu puta vida.

Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, antes de que el Mundo se acabe porque los que vinieron antes, los que vinieron después y algún que otro traidorzuelo de los nuestros, se lo vendan en lonchas y al por mayor.


-Morticia-
"Un día sin una lágrima, es un día inexistente".

domingo, 29 de marzo de 2009

Roma no paga a traidores



Imagen tomada de www.cbc.ca


El capitalismo neoliberal, que nació tras la segunda guerra mundial y empezó a dominar el mundo tras la caída del muro de Berlín, ya tiene los días contados. De hecho, para quien tenga ojos, los tiene desde que llegaron las primeras respuestas al 11-S.


La concepción de este capitalismo extraduro es muy similar a la de una empresa piramidal. La economía liberal se sostiene frágilmente en una estructura donde una inversión sostiene a la siguiente en una serie de apoyos que aumentan en cada nueva transacción. Esto, como ya nos muestra la lógica, es insostenible, pero si nos fijamos en que en cada transacción se retiran una enorme cantidad de recursos hacia los bolsillos de unos pocos, se recorta su posible recorrido rápidamente.


Ante esto la pregunta obvia sería: ¿por qué entonces entre la crisis del 1992 y la del 2008 han pasado tantos años?


Para empezar entre esas dos crisis han existido otras pequeñas crisis que se han superado más o menos bien. Entre otras destacaríamos la de los “tigres asiáticos” y la de las “punto com”. Pero estas, a pesar de la enorme alarma que generaron, se restringieron a un entorno geográfico o a un entorno financiero determinado. En el caso asiático hubo secuelas en Rusia y Argentina (corralitos) producto de sus circunstancias peculiares. El empobrecimiento brutal de los países origen, “gracias a las medidas del FMI”, evitó que la crisis de los “tigres asiáticos” repercutiera de forma importante en las economías del primer mundo. El estudio concreto de este fenómeno no es el tema actual, pero para quien quiera saber más le recomiendo la lectura “Otro Mundo es posible si…” de Susan George que, entre otros, trata los entresijos de las medidas tomadas entonces.


Pero si la pirámide liberal superó dos crisis arrinconando los problemas en su origen, ya no pudo hacerlo cuando esta surgió en el primer mundo. Si Enron ya nos había mostrado la fragilidad de la autofagotización que tiene lugar en las grandes empresas, el gobierno Bush no quiso poner medidas para evitar que los ejecutivos de otras empresas no se comportaran igual. Esta vez el problema lo tendrían las empresas financieras y nada lo pararía. Todo se inició con la subida del precio del petróleo (tema que tampoco vamos a analizar ahora), esta subida obligo a una subida de precios generalizada. Para controlar la inflación los bancos centrales subieron el precio del dinero. Paralelamente al fenómeno inflacionario se estaban elevando los precios de los productos inmobiliarios por lo que las entidades financieras habían otorgado préstamos hipotecarios por encima de las capacidades de pago (al principio la euforia económica había permitido el pago); con la subida de los intereses apareció el impago en masa. Repentinamente los bancos se encontraron sin dinero y con unos inmuebles embargados que no encontraban comprador y la falta de líquido se trasladó a toda la cadena financiera: la crisis había empezado. Pero el embrión empezó en 2007 y no se le hizo caso porque el gobierno Bush, como ya habían realizado otros presidentes de EE.UU. con anterioridad, pensaba trasladar su profunda crisis al exterior.


Durante 2007, el equipo económico de la Casa Blanca ideó tácticas con ese fin, incluso llegó a poner aranceles a las importaciones de acero, pero la omnipotente agencia que un día impulsó para sus propios fines, la OMC, puso veto a muchas de esas medidas. Finalmente fueron las medidas de las propias multinacionales las que fueron llevando la crisis por el mundo.


Mientras EE.UU. luchaba con su incipiente crisis, otros países, como España, también llevaban años incubando su propio desastre. De hecho nuestro país había empezado a poner sus cimientos a principios de los noventa. Tras la crisis postolímpica la fiebre inmobiliaria volvió y creció aún más bajo el irracional apoyo del gabinete Aznar. Es curioso que para superar aquella crisis las técnicas de Solchaga fueron las de imponer medidas tradicionales dejaron a las clases trabajadoras tan tocadas que ello propició el cambio de gobierno. Pero el remedio de cambiar hacia más liberalismo, como es lógico, fue peor que la enfermedad. Cuando la crisis ya estaba salvada no se retiraron las medidas así que los recursos sociales, acumulados con mucho tiempo y esfuerzo, se agotaron totalmente. El nuevo gobierno, además, abrió los recursos de suelo a la jauría de constructores que creó una falaz bonanza económica. En realidad los ricos se lucraban, el empleo aumentaba (se abrían las puertas a la emigración, aunque luego se tomaran medidas de deportación), pero el nivel adquisitivo de los trabajadores se deterioraba año tras año. El negocio era comprar una casa y venderla poco tiempo después, pero, a pesar de la abundante afluencia de compradores extranjeros (especialmente británicos y rusos), esto era una pirámide clarísima.


El desgaste del PP lo llevó fuera del poder y las nuevas medidas del nuevo gabinete de Zapatero hicieron subir el nivel adquisitivo de los españoles y rehacer en parte las estructuras sociales, pero sólo ha tenido cuatro años para reconstruir lo que se destruyó en diez. Además, el aumento de la inmigración y la avaricia de algunos sectores, han ralentizado esa recuperación social. El PSOE se encuentra ahora ante la crisis sin casi elementos para maniobrar, pero además con una bajísima colaboración de los que fomentaron esa crisis para obtener beneficios millonarios: ejecutivos, banqueros e intermediarios. El gobierno está al pairo en medio del temporal y, encima, no se puede sujetar a las economías extranjeras porque estas están intentando escapar de la misma crisis y, algunas de ellas (como la islandesa) con menor fortuna.


EE.UU. empieza a emerger de su agujero, pero algunas economías han quedado brutalmente tocadas. Sin embargo no se están tomando acciones que posibiliten un cambio para el futuro. Si hemos visto como los ejecutivos pedían moderaciones salariales cuando, en medio de tremendas perdidas que ellos habían fomentado, seguían cobrando sueldos descomunales y primas millonarias como si hubieran generado beneficios. No hemos aprendido que la mayoría de esos ejecutivos no sólo no son indispensables, sino que sus salarios suman muchas veces los del total de las plantillas de trabajadores… y, sin embargo, son los trabajadores el problema. Se despide a los obreros, que ya no producirán más, y se les paga unas indemnizaciones que eliminan el poco cash que permitiría sacar a la empresa de su estancamiento. Ese es el racionalismo del capitalismo liberal.


Nada hemos aprendido si bajo estas premisas aceptamos la moderación salarial. Si una cosa nos enseña el liberalismo es que, para que la economía funcione, el dinero debe moverse y, mientras las exagerados millones que cobran los ejecutivos no mueven la economía, lo cientos de euros que llegan a los trabajadores se mueven rápidamente y pagan las hipotecas que los bancos necesitan cobrar para seguir teniendo liquidez.


El neoliberalismo ha fracasado porque los egoísmos individuales frenan la economía, para que esta funcione debe suprimirse a los millonarios que no generen riqueza general. Debemos aprender que el capitalismo es bueno, pero el liberalismo no. Si bien los grandes mercados tienden a autoregularse, no es ético que lo hagan a costa de vidas humanas. Cualquier sistema que no sea sensible a la máxima de que “una sola vida humana vale por todos los mercados”, es un fracaso. En nuestro caso el neoliberalismo ha traicionado las razones de la existencia del capitalismo y, por lo tanto, debe ser eliminado.


Roma no paga a traidores, en eso ya nos llevaban ventaja.


miércoles, 25 de marzo de 2009

Seguimos como blog de guardia.

En principio era sólo para diez días, pero me temo que va a tener que alargarse sin una fecha fija.

Seguimos como blog de guardia.

Experiment

martes, 24 de marzo de 2009

El Mamut quería bloguear... y se llenó de virus.

Imagen tomada de www.pudreteflanders.com

Hace unos días me encontré en el blog con la desagradable sorpresa de que alguien había introducido (voluntaria o involuntariamente) un virus de código HTML (hasta entonces yo no sabía que pudieran existir, es más, creía que HTML no era realmente un código de programación). Otro tipo de virus no hubiera representado mayor problema para mí, pero este me obligó a aprender muchas cosas, de la peor manera posible, antes de poder desterrarlo del blog.

Alguno de los amigos a quienes consulté me dijo que, tal vez, el citado virus pudo ser introducido por alguien que no quería que escribiera determinado tipo de artículos. Eso es terriblemente alarmante porque si el ejercicio de la censura, en sí mismo, ya resulta una iniquidad, el hecho de que un individuo cualquiera se erija en juez y verdugo, es ya aterrador.

Solucionado el problema decidí olvidarme de la cuestión. Sobre todo cuando la empresa del antivirus de que dispongo me proveyera de parche específico para que este virus fuera detectado antes de acceder a ninguna web donde se pudiera encontrar esperando.

Dos meses después veo que, a pesar de empezar a trabajar un poquito más los artículos, hay una bajada de accesos, pero con una extraña excepción: “El mamut se hizo... ¡MIERDA!”. Un artículo que se diseñó exprofeso para probar las posibilidades gráficas y de paginación de las diferentes plantillas de blogger y el acceso para diferentes buscadores. Nada especial, cuatro frases introductorias mezclando palabras específicas de diferentes hablas del castellano y una ventana al YouTuve a un conocido video… el que da título a aquel post.

La cuestión parece digna de investigarse porque su posicionamiento en los buscadores ha empeorado y, sin embargo, las visitas a ese post han aumentado espectacularmente. El estudio de esa anomalía me invita a retrasar la publicación del tercer capítulo de “¿Cómo hacer un blog de éxito?”. Tal vez he encontrado, sin saberlo, una fórmula mucho mejor para dar fama al blog, pero pronto descubrí el error. Al parecer, en algunos foros, se ha dado la dirección del citado post para hacer críticas caústicas y, precisamente todo empezó cuando llegó el citado virus. De hecho, no he sido el único atacado con este elemento. Gracias al parche antes citado, he encontrado otros blogs que hablan o exponen el citado vídeo y canción y… saben qué… a muchos de esos blog’s y web’s no puedo acceder porque el parche lo impide. Sí, están contaminados por aquel virus rastrero. Especial atención y cuidado deben tener con “http://necudeco.com/” ya que parece en peor estado que los otros y dispuesto a llenar, cualquier PC despistado, de unos bichitos binarios muy desagradables.


viernes, 20 de marzo de 2009

Venta profesional


ExperimentImagen tomada de www.terra.es/personal/luisuxio/ahorcado.jpg


Se venden dos subsegmentos de cuerda con muy poco uso.
El primero esta realizado con fibras de cáñamo y esparto en un doble trenzado homogéneo y están suficientemente bien apaleados los cabos para mantener la suavidad necesaria como para hacer eficaz su nudo corredizo con cargas inferiores, incluso, a los 12Kg. Por su parte ya se les comprobó una resistencia mayor a 600 kilos. El problema de esta primera pieza es su grosor ya que alcanza los dos centímetros y medio de diámetro.
El segundo, más moderno, es una mezcla de algodón, licra y kevlar, con sobrecosidos de naylon y elastina, y unidos por el procedimiento de suma de cadenas hasta el grososr máximo de 1 centímetro de diámetro. Para facilitar el buen funcionamiento del nudo corredizo reglamentario, posee una superficie tratada con cera natural de abeja. El nudo es practicable con pesos insignificantes y la resistencia del conjunto es superior a los 900 kilos. El único problema lo constituye el algo exagerado colorido que puede parecer poco apropiado para este menester.
El precio del conjunto es de 30 € y junto a los subsegmentos se sirve una garantía así como un manual de instrucciones para adaptarlos a cualquier modelo de horca homologado.

miércoles, 18 de marzo de 2009

El Plan Bolonia nos afecta a todos.


Hoy hemos sido testigos de un acto que puede cambiar la historia de nuestro país a peor... a mucho peor. No tiene que ver con la crisis, no tiene que ver con el sabotaje a la democracia dirigido por jueces, curas y otros sectores reaccionarios de rancio abolengo y que aún acaparan más facetas del poder de las que en teoría les pertenecen.

Nada de eso importa hoy… o, tal vez... todo.

A estas alturas, a pesar de la tibieza con que la prensa ha procurado tratar el tema, todo el mundo ha escuchado hablar del Plan Bolonia. Tampoco, casi nadie, sabe en qué consiste el citado plan. No hay interés en definirlo y sólo algunas pinceladas han llegado hasta nosotros. Sin embargo, la mayoría de esas pinceladas suponen un cambio estructural para la vida estudiantil y la concepción de toda nuestra sociedad, con unas implicaciones tan tremendas, que convendría analizarlas con lupa ya que las consecuencias que implican para nuestro futuro deberían decidirse en un referéndum.

Los hechos que hoy importan empiezan ahí, en el Plan Bolonia. Hoy una cincuentena de sufridos estudiantes, en contra de este segregacionista plan, y que se encerraron hace unos meses en la rectoría de la Universidad de Barcelona han sido desalojados por los mossos d’escuadra a petición del rector. Los estudiantes han defendido su cota con las armas que tenían a mano, sillas y mesas, pero las bien entrenadas tropas oficiales, a pesar de las fortificaciones, haciendo uso de la brutalidad “necesaria”, han logrado tomar la sala y expulsar a los insurrectos. La prensa se ha llenado con informaciones sobre los 16 mossos heridos, de ellos uno grave, y con los 6 detenidos y 16 denunciados. No habla de bajas entre los jóvenes, sin embargo una de las imágenes mostraba un trapo ensangrentado en la cabeza de uno de ellos ¿Habría más? Sabemos de la extrema violencia en ambos bandos y la televisión nos regaló una escena en que se enfrentan frontalmente, los mossos con porras y escudos, los estudiantes con sus manos (ya no tenían mesas ni sillas).

Los estudiantes han seguido con unas protestas que llevan meses sin lograr prácticamente nada. Ellos saben lo que viene y nadie les escucha, no les quieren escuchar… no les interesa escuchar. Según los anti-Bolonia se pretende privatizar y mercantilizar las universidades y no sé si es cierto, pero, de entre lo poco que conozco, hay algo que me intranquiliza mucho: “los estudiantes no podrán compaginar trabajo y estudios”. Yo trabajaba mientras estudiaba en la universidad y la mayoría de los exuniversitarios que conozco también. Era complicada esa compaginación y limitaba los resultados, pero era la única alternativa para obtener una buena educación. Hoy pretenden substituirlo por “becas”, cuando en Alemania, que ya impuso esa norma hace años, paga un sueldo a los estudiantes por serlo. Las becas, para otorgarse, obligan a cumplir una serie de criterios, que por reducidos que sean, terminan por excluir a muchos de los que los necesitan. Las becas se pagan tarde y mal. Y las becas no producen experiencia… salvo la de los sentimientos de frustración.

Si se cierra la universidad a las clases populares, como parece indicar este punto, la diferencia entre los que dominan el cotarro y los que sobreviven a su sombra crecerá… ¿Qué futuro les espera a los hijos de los pobres? Sobre todo ahora que hemos llenado nuestro país de mano de obra no cualificada. La deducción obvia es que este simple punto del Plan ya será un generador de miseria, xenofobia y salarios miserrísimos.

Los estudiantes, una vez más, han salido a la calle por lo que de verdad importa y, una vez más, nadie quiere escucharlos. Es más fácil escuchar al clero cuando satura la calle pidiendo la abolición del condón, a los jueces haciendo huelga para que les dejen seguir engordando sus gordos culos o a la mafia de los “Esperancita Boys” reivindicando su inocencia mientras ponen trabas a toda investigación imparcial.

La crisis, la crisis, la crisis… todo es culpa de la crisis. Y con estas saltamos a las páginas de deportes o hacemos zapping hacia el programa amarillo que más bilis trivial destile. Pero nuestro futuro se dirime en las luchas de las aulas. Y, si al principio muchos decanos y catedráticos se resistieron al modelo que ese Plan nos trae de Europa, hoy son mayoría los que se han hecho adeptos. Esto me hace creer que los anti-Bolonia tienen razón, pues hemos visto que la privatización de empresas ha enriquecido a sus directivos, a costa de sus productos y trabajadores, de igual modo, Bolonia parece que puede enriquecer a decanos y catedráticos a costa de alumnos y profesores.

El hijo del rico ya no tendrá que codearse con el hijo del pobre por una posición de poder. Si hasta ahora el primero contaba con una enorme ventaja que no dependía de sus conocimientos y capacidades, ahora también contara con ese estado diferencial. Bolonia terminará por hacer más ricos los ricos y más pobres a los pobres. Si hasta ahora acceder a la universidad obligaba a unos pagos nada razonables, a partir de ahora también nos retirarán la posibilidad de obtener el dinero que los cubra.

¿Por qué tenemos que dejar solos a los estudiantes? Es cierto que están luchando por ellos, pero también lo están haciendo por nosotros. Por los nietos de sus abuelos, por los hijos de sus padres, por aquellos otros que puedan nacer un día y por esos emigrantes que han quedado embarrancados en nuestro país con la crisis. Por todos, todos contra Bolonia.

NOTA FINAL: Por la noche los estudiantes han vuelto a salir a la calle. Durante el día se les ha perseguido en todas las sedes universitarias, mientras el rector de la UAB se justificaba en la transgresión de una virtual línea roja como excusa para el desalojo. Se referirá a la línea que desde hace semanas, meses, vine a produciendose en la forma de un acoso y derribo continuados a esos estudiantes (especialmente en la Pompeu Fabra, más próxima a las prácticas de privatización y el proselitismo). Creo que no, pues el hablaba de una presunta agresión en la facultad de geografía e historia (junto al campo del Barça), bastante lejos de la plaza Universidad.
Esta noche los estudiantes han formado una belicosa y enorme multitud, pero si esta era grande, la agresividad de los antidisturbios ha sido mayor y han zurrado sin descanso a estudiantes, transeúntes y periodistas. Ahora si hablan de 20 heridos en el lado estudiantil: la prensa ha sido atacada. Tal ha sido el desatino oficial que, al final, el jefe de los mossos ha tenido que salir pidiendo disculpas por los desmanes de sus chicos.
Pero, que más da, insisten los políticos y los beneficiarios para desalentar a los estudiantes: “Alea jacta est”.

viernes, 13 de marzo de 2009

Blog de guardia

Este espacio tan poco renovado últimamente va a quedar como ventanilla de emergencia, durante los próximos diez días, para publicar todas esas cosas que se me puedan ocurrir con destino a cualquiera de mis otros blogs. Es decir, este va a ser mi blog de guardia en mi descenso de actividad, porque durante ese período de tiempo, me voy a comportar como una empresa que ha despedido a la mayor parte de su personal y ahora, después de haberlo hecho, se da cuenta de que no puede llevar a cabo los encargos y pedidos a que debía responder.
Sí señores, muchas de las grandes empresas, cuando aparece el cartel de oficialización de una crisis, aprovechan para despedir personal en masa, más incluso del que deben, y luego pretenden que el restante los cubra… “aumentando la productividad”. Como consecuencia a esos desajustes, la empresa incumple sus plazos de entrega, se sobrecarga con una deuda inmediata (la de las indemnizaciones) y satura al país de “no compradores”. Estas empresas generan un efecto de amplificación de la crisis más grave, en ocasiones, que la propia crisis.
Bueno. Sin andarme con rodeos. Durante los próximos días este será el blog de guardia, de servicios mínimos… como le queráis decir. Pero en definitiva, lo poco que llegue a publicar lo hare aquí.


Experiment

sábado, 7 de marzo de 2009

Me llamo Ismael... y los libros son de miel...



Antes de empezar pido disculpas por mi alargada ausencia de la güe, pero ahora no cuento con el tiempo que necesito. Le debo, en estos momentos, a Víctor Morata Cortado, el premio “Olha que blog Maneiro!”, ver “Mentecreativa”. Por ello le doy las gracias y prometo que, en breve, en cuanto disponga del tiempo necesario, procederé con el protocolo que ese premio supone y otorgaré el mismo a los diez blog’s que más me han impresionado. Entre tanto aquí está el artículo que llevo más de tres semanas preparando y ya no podía demorar más.



“Llamadme Ismael…”, pero no contento con deleitarme en privado con la historia de amistad entre un mahorí y un protagonista que deja de serlo cuando Acab y la ballena blanca entran en liza, le leí esta historia a mi hijo, de noche en noche, como un cuento, para su fascinación. Personalmente me pareció más aburrido “El guardián entre el centeno” y muy poco instructivo, aunque era mucho más breve. Creo que esa brevedad es lo que ha hecho de ese libro una obra tan importante. Lo mismo que sucede con “El viejo y el mar”, ¿no son mejores el “Adiós a la guerra” y “Por quién doblan las campanas”?


Respecto al “Caballo de Troya”, cuando lo leí me quedé horrorizado pues soy un forofo de la SF y no hacía ni una semana que había leído otro libro de los años cincuenta con un viaje al pasado de casi idénticas características… ¿casualidad o plagio?


Personalmente me reí mucho con Gurp, me pareció muy flojo “El caballero de la armadura oxidada” y en cuanto a “El Ocho” fue uno de esos libros que te apena terminar porque ya le has cogido cariño después de semanas acompañándote en los transportes públicos.


Por cierto, “La conjura de los necios” sí me parece algo sobrevalorado y muy aburrido. También hay libros que debería haber leído y preferí ver la película: “Matar a un Ruiseñor” me pareció… entretenida, “La gata sobre el tejado de Zinc” fascinante. Pero no sigamos por este camino porque cine y literatura no son lo mismo; como ejemplo “El Doctor Zhivago” ,cuya película es una obra maestra y el libro un tostonazo de los que hacen época… y la hizo


A pesar de lo que dije ya una vez, sí voy a entrar en ese juego y daré mi lista de libros sobrevalorados y, espero, que nadie se eche las manos a la cabeza:


--“El Quijote”: creo que la esencia de la historia perdió su valor cuando concluyó la época de su crítica. Es decir, aquella en que se leían historias de caballerías y en lugar de caballeros con armadura, las calles estaban habitadas de pícaros con viruelas.


--“Ulises”: para algunos no hacen falta comentarios y para otros un sacrilegio. Ojalá estuviera aquí alguien con la sinceridad de Pepe Rubianes para comentarlo. Yo me inhibiré cual un Garzón frente a un aforado.


--“Los siete pilares de la sabiduría”: alguien lo aconsejó por la radio y yo… Cuando quieras leer algo ve a la librería, lee lo que pone en las tapas y échale un ojo al primer capítulo. Si hubiese seguido esta norma me hubiera ahorrado algún dinerillo.


--“El manuscrito carmesí”: No conseguí acabarlo, el aburrimiento me termino por vencer.


--“Historia del Tiempo” (Stephen W. Hawking): Supuestamente es un libro de divulgación científica que debe alcanzar a personas poco versadas en esos temas y, sin embargo, aún teniendo una formación científica, tuve que consultar otros libros para comprender completamente de que hablaba.


--“Tropas del Espacio”: Para algunos es una de las grandes obras de la ciencia ficción. Para mí un aburrido relato de guerra donde al autor se le ha ido tanto la olla inventando que, por un poco más, lo ha convertido en SF.


En general todos los libros clásicos anteriores al siglo de Oro. Su lenguaje está tan alejado del nuestro que debería hacerse una traducción al castellano de nuestros días para poder apreciar esas obras adecuadamente. Es un crimen hacérselas leer a un estudiante porque en lugar de apasionarlos por la lectura, consiguen aterrorizarlos ante ella.


Y, cómo no, Cesar Vidal… “quién mucho abarca poco aprieta”. De verdad se esperan que, alguien que publica casi mensualmente, pueda hacer algo decente. Si tanta sed tienen de leer cosas escritas rápidamente, les aconsejo a Corín Tellado y a Marcial Lafuente Estefanía, por lo menos eran profesionales en este campo y daban de sí lo mejor que se puede dar en esas circunstancias. De hecho se está reeditando ahora la obra de Don Marcial que, para los que no lo sepan, se molestó en visitar la América que dio lugar al Far West, lo que da más realismo a sus novelas. Ojalá el tal Vidal se molestara en sacar su cuello de la COPE para visitar la historia de la que se permite hablar.


“Crepúsculo”: lo mismo daría que el libro (o la saga) se llamara opúsculo, ósculo o culo a secas. Gracias a sus vampiros ñoños y otras sagas e historias en A+, está llegando el momento de que Don Quijote cambie el rucio por una capa negra y la lanza y la armadura por unos colmillos postizos. “Estimado Draculote, te espero en la playa de la Barceloneta”.


Y puestos a hablar mal hablemos también bien. Esta es mi lista de libros aconsejados. Esos que pueden hacer que un adolescente se aficione por la lectura. Bueno, como se trata de aficionar a la lectura omitiré aquellos cuya lectura después de ver la película le hacen perder toda su gracia, como la saga de Harry Potter, pero mantendré aquellos que permitan descubrir más cosas a pesar del film.


Para empezar daré tres libros que el sistema de enseñanza acogió con acierto como lectura optativa para estudiantes:


--“La inquietudes de Shanti Andía” de Pío Baroja.


--“El misterio de la cripta embrujada” de Eduardo de Mendoza.


--“El Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Robert Louis Stevenson.


Si te va la historia y estás ya muy metido en el tema de la lectura, hay dos libros de un considerable tamaño que te pueden interesar:


--“Shogun” de James Clavell. No te desesperes, aunque hayas visto la serie con Richrad Chanverlain, el libro aún guarda muchas sorpresas que lo harán atractivo.


--“Hawaii” de James A. Michener. Aunque en algunos momentos puede ser algo pesado descubres una realidad fascinante.


Hay libros que son clásicos y no se sabe por qué hasta que los lees:


--“Viento del Este, viento del Oeste” y “La buena tierra” Pearl S. Buck. Si bien todos los libros de la autora tienen un encanto especial, estos dos tienen suficiente material, sin tener que escarbar en sus palabras, para quedarte pegado a sus páginas.


--“Fundación e Imperio”, “La Fundación” y “Segunda Fundación” de Isaac Asimov. Sólo después de haber leído estos tres libros sabrás si te gusta la Ciencia Ficción (SF). Si la respuesta es positiva te daré una lista de más de treinta títulos para que empieces a disfrutar, pero no empieces la casa por el tejado porque puede ser muy decepcionante.


--“La pirámide asesinada”, “La justicia del visir” y “La ley del desierto” de Christian Jacq. Y Egipto se hizo ante nosotros. El autor ha escrito otras grandes novelas ambientadas en el antiguo Egipto, pero esta trilogía me sorprendió por su originalidad.


--“El Médico”, “Chamán” y “La doctora Cole” de Noah Gordon. Parece que los grandes libros van de tres en tres, aunque sólo es casualidad porque estos tres libros difieren tanto en el tiempo y la forma, como para considerarse independientes, sin embargo hay un nexo que aumenta su valor.


--“Antaviana” de Pere Calders. En su día se editó en varios idiomas cuando la obra de teatro de Dagoll Dagom obtuvo un gran éxito. Por cierto, uno de los actores principales de la compañía, en aquel entonces, era Pepe Rubianes.


--“Canción de hielo y fuego” de George R.R. Martin. Si tienes más de 18 años y te gusta leer literatura fantástica, pero la saga de “Crepúsculo” te parece ñoña y peñazo (y alguna otra “ñ” que no nombraremos), esta puede ser la salida. Por ahora el autor nos lleva endosados cuatro volúmenes monstruosos y está a punto de salir el quinto. Según el autor serán siete, pero yo tengo ms dudas de que pueda acabarlos porque en las últimas entrevistas se le veía bastante hecho polvo y… como sea otro el que los acabe, no va a ser lo mismo. Después de permanecer secuestrado durante cuatro macrolibros, el síndrome de Estocolmo hace que sientas lástima por la desaparición del más abyecto de sus personajes.


--“Olvidado Rey Gudú” de Ana María Matute. ¿Cuento?, ¿fantasía?... La autora aúna varios géneros, primero, en apariencia, para desmitificarlos o reírse de ellos, pero conforme entra en la historia se va sintiendo tan a gusto que crea un mundo extenso, fantástico y definido que pasaría perfectamente por una historia amable dentro de la “canción de hielo y fuego”, pero más literaria y menos psicológica. El libro también es para personas que ya aman la lectura porque son novecientas páginas o más.


--“Historia de Roma” de Indro Montanelli. Un libro de historia, sobre todo si no te interesa el tema, puede ser un somnífero de los que necesitan de una prescripción médica. “Historia de Roma” no, pero, tal vez, descubras el insomnio por humor… buen humor. Montanelli nos descubre en aquí, como en otros de sus libros, que hay otra forma de explicar la historia más atractiva.


--“El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder. Si Montanelli introducía la historia por el humor, Jostein Gaarder introduce la filosofía por la imaginación. Hace unos años detuvieron a un terrorista muy sanguinario cuando estaba leyendo este libro, pero creo que no era verdad porque no aprendió nada de él y “El mundo de Sofía” es tan ilustrativo que ese hecho lo haría imposible.


En fin… Tengo más libros para aconsejar y para denostar, pero para una sola tacada ya son muchos… demasiados. Así que vamos a dejarlo aquí.


Sí, ya sé que para algunos las explicaciones y razones aquí expuestas no son nada técnicas, pero es que yo soy un lector y no un crítico. No me imagino leyendo un libro con un ojo semicerrado y diciendo chorradas como: “este personaje no tiene dimensiones”, “la historia es rápida pero carece de figuras literarias que le den envergadura”… ¡Anda ya! Que cuando uno lee un libro debe disfrutar y, si al llegar a la página cien, aún no le ha dado una satisfacción, abandonarlo. Pero no opines antes de acabar o abandonar, momento en el que podrás decir si te ha gustado o no (no vale decir lo dejé en la página 99 pero me gustó mucho).


Para acabar quiero insistir en el hecho de que leer por obligación, como sucede en nuestras escuelas, puede ser muy frustrante, por eso deben adecuarse muy bien los libros a la edad mental de los alumnos. Es importante que todos salgan de las escuelas con amor por la lectura y les puedo asegurar que Alfonso X, por muy sabio que fuera, no ayuda en nada a ese fin. Ya sé que en todas las clases existe el futuro filólogo que se come los incunables con patatas, pero lo que importa es que, tanto físico nuclear, como el basurero del barrio, puedan disfrutar, mañana, de un buen libro.