Hay libros que
solo con su presentación ya te están diciendo lo poco preparado en el tema que
estaba su autor para escribirlo y publicarlo. Este es el caso de "Eso no
estaba en mi libro de historia de Cataluña".
En las líneas
de presentación del libro afirma que el "pa amb tomaquet" es una
invención de los trabajadores murcianos que llegaron a Barcelona para emplearse
en las obras del Gran Metro. Por desgracia esa es una falacia que personalmente
había escuchado anteriormente pero atribuida a los almerienses. En aquella
ocasión fue desmentida porque el excedente de este fruto que hoy permite hacer
su "tomatada o tomacada" no existía a comienzos del siglo XX. Ya que
solo desde la creación del mar de plásticos los tomates han sido producidos en
abundancia en esta región.
Con el caso de
los trabajadores murcianos pasa algo parecido, pues si bien la huerta murciana,
mucho más pequeña que la actual, si producía bastantes tomates, el autor de
este libro afirma que fueron los obreros del gran metro y, por tanto, dadas las
limitaciones de transporte de la época, con tomates de los huertos
barceloneses. Claro que, para guardarse en salud, Javier Barraycoa dice, de
forma muy concluyente, eso sí, que "pusieron de moda". Todo ello sin
un documento que lo demuestre.
Personalmente,
como nieto de murcianos que llegaron a Barcelona en aquellas fechas, tengo
conocimiento de que el "pa amb tomaquet" ya existía en Catalunya
antes de su llegada.
Mi abuelo, que
decidió no trabajar en las obras del Metro por motivos éticos, y que conocía
muy bien el uso de los tomates en su tierra, descubrió el "pa amb
tomaquet" trabajando en una masía de la provincia de Girona. Es decir, que
no solo no fue un invento de los trabajadores murcianos, sino que, además, era
algo que ya estaba muy extendido y de uso común por toda Catalunya antes de su
llegada.
El libro
también intenta desvirtuar la gastronomía catalana tratando la escudella como
un cocido más, pero en ningún momento habla lo importante que fue esta cocina para
la invención y difusión de platos tan conocidos como la zarzuela, la tortilla
de patatas o la mismísima pizza.
Creo que con
estos dos ejemplos ya queda clarísimo lo poco fiables que son los argumentos de
este libro, la malísima preparación del autor y la funesta publicación de este
libro... Y solo he tocado la gastronomía.