martes, 27 de septiembre de 2011

"Jabalí Style"


Hace un tiempo escuché que esta fórmula utilizada por el “universo pepero” para crispar allí donde van, se denomina “Jabali Style”. Y en contra de lo que suponía hasta ahora, tiene muchísimos precedentes e incluso está muy estudiada. De hecho el Jabalí Style puede adquirir diversas apariencias, aunque persigue un objetivo muy obvio, que es el de mermar la validez de los valores democráticos (así que de entrada su uso ya los hace menos demócratas de lo que dicen ser).

La idea central de esta táctica se enraíza con una flaqueza humana: la de perder la confianza en lo general cuando falla estrepitosamente en lo particular. De este modo sus practicantes intentan arrastrar al resto de políticos, a los que consideran rivales, a un diálogo crispado y crispante para desautorizar a estos frente al electorado. Es decir, hacer que el electorado retire la confianza a estos e incluso a la propia democracia.

Por lo general estas prácticas siempre fueron del ámbito de los más extremistas, ya fueran la ultra-derecha o la extrema izquierda. Partidos con pocos votantes, pero fijos, y que no tienen ninguna afinidad por los ámbitos verdaderamente democráticos. Estos partidos no cuentan con la posibilidad de aumentar su influencia de voto, por ello su única posibilidad de obtener representación es la de lograr que los indecisos se abstengan de votar. Si consiguen deslegitimar la democracia ante sus ojos, la falta de confianza y la abulia lograrán mantenerlos alejados de las urnas.

Muchos de estos partidos, sobre todo si se hallan en la oposición, hacen propuestas populistas aún a sabiendas de que pueden llevar a cabo o de que su cumplimiento podría dañar las estructuras económicas o del Estado.

Claro está que en todos los partidos existen algunas “ovejas negras” a los que no les parezca mal usar y abusar del “Jabalí Style”, pero cuando se trata de sus líderes o de un modo habitual de hacer y deshacer del conjunto del partido, estamos frente a unos ventajistas que violan el propio concepto de Democracia. Unos traidores al pueblo en definitiva.

Como ejemplo de estas prácticas tenemos la república de Weimar, cuando Hitler lanzó su ataque al poder. El partido Nazi era una fuerza minoritaria, pero mediante estas prácticas pudo lograr desestabilizar todo el sistema y terminar alzándose con el poder. No es de extrañar que, desde entonces, todos los sistemas democráticos hayan buscado fórmulas capaces de evitar una situación similar. Lo cierto es que todas han fallado y lo único que ha evitado el advenimiento de otro Hitler es que la situación del entorno socio-económico no ha creado el caldo de cultivo adecuado. Claro, que si vemos las situaciones de injusticia que está creando la actual crisis en todo el mundo, tal vez se estén empezando a dar esas circunstancias críticas.

Otro momento estelar del Jabalí Style lo tenemos en la segunda República española, cuando Falange primero y la CEDA más adelante, quisieron desequilibrar el sistema. Cierto que hubo sindicalistas que picaron el anzuelo, pero el virtuosismo verbal de la mayoría de los ponentes parlamentarios era tal que muchas veces esta crispación se limitaba a una violencia extrema del terrorismo patronal, con armas de Falange y algunas respuestas anticlericales de la izquierda sindicalista. Jabalí Style o pistolerismo, logró el grado de desestabilización necesario y suficiente para abrir la brecha de la esperada (aunque floja, porque tuvimos más violencia con ETA, GRAPO y un montón de corpúsculos ultras, a comienzos de la democracia, que en la vilipendiada y breve etapa del Frente Popular) excusa para un golpe de Estado militar.

Hoy en España el PP es un ejemplo de libro, pero también lo es Hugo Chávez en Venezuela, o lo fue Herri Batasuna en muchos ayuntamientos de Guipúzcoa durante años. Y es que los extremos se tocan.

Imagen tomada de la web motomkracing.com aunque el tema poco tenga que ver con jabalís de verdad… ¿o sí?