martes, 19 de junio de 2012

A vueltas con HIPERCOR



El atentado de Hipercor fue algo muy cercano para mí. Todo y que ningún conocido estaba en aquel instante en los almacenes, supuso un episodio de miedo y difícil de olvidar. De hecho, durante cerca de dos horas revoloteó la posibilidad de que algunos familiares se encontraran allí. Fue, ya pasadas las 17 horas, cuando pudimos ponernos en contacto con todos y poder descartar que alguno de nosotros pudiera haberse visto afectado directamente por tamaña salvajada. Con todo, la pena y el miedo por las victimas que si lo fueron, resultaron realmente sentidas.
El barrio de Sant Adreu y La Sagrera ya había sido golpeado por el terrorismo con anterioridad y lo sería en más ocasiones, pero lo de Hipercor tuvo una dimensión, incluso a nivel nacional, muy superior.
Yo no escuche la explosión. De hecho, hacía cerca de veinte minutos que ya había tenido lugar, cuando mi tren llegó a la ciudad desde Girona, donde estaba haciendo la mili. Recuerdo la gente agolpándose en las ventanas del lado derecho para mirar la enorme columna de humo. No me pregunten cómo, pero ya en aquel instante tenía una idea bastante clara de qué y dónde ocurría, y sentí miedo. Posiblemente si hubiese tenido conocimiento, en aquellos momento, de lo que hoy ha contado el ex –lehendakari Ardanza, el miedo aún hubiese sido mayor.  Me cuesta imaginar a esos militares, siempre dispuestos a ahogar cualquier vestigio de libertad, tomando el poder tras un atentado que había tenido como víctimas a personas que de ningún modo habrían estado de acuerdo con ellos. Pero aún me es más difícil pensando que me hubieran podido haber hecho parte de su traición estando, como estaba, en pleno servicio militar obligatorio. Está claro que sus razones no hubiesen sido las esgrimidas.
Cuenta hoy Ardanza que los militares, según le había narrado el propio presidente del gobierno de la época, Felipe González, que algunos militares consideraban que el gobierno no era eficaz a la hora de acabar con el terrorismo. Para ellos era suficiente, y si bien en aquellos momentos los atentados se sucedían con una elevada frecuencia, no se nos puede antojar nada más allá de una vulgar excusa para arramblar con las limitadas libertades que nos había traído una Transición nunca acabada.
Bajo ese prisma vuelvo a escuchar las voces de los verdaderos culpables del atentado: los etarras que pusieron la bomba. Una frase emerge con fuerza entre mis recuerdos: “avisamos con tiempo suficiente para que pudieran desalojar, y lo hicimos varias veces”. Cuantas veces no se había dado el caso y realmente se habían llevado a cabo desalojos que salvaban vidas. Sin embargo los cuerpos de orden público de la época negaron que hubiese habido tiempo suficiente. Además estaban los numerosos avisos falsos de bomba que la banda también tenía por costumbre realizar para aumentar la sensación de terror. Desde ese punto de vista si no hubiese sido aquel día en Hipercor, hubiese sido cualquier otro en cualquier lugar incluso más concurrido. De hecho, cuando un año después se descubrió un piso franco en la calle Sagrera y otro en Ciutat Vella, se encontraron documentos que apuntaban, incluso, al Campo del Barça.
Con todo, no paro de pensar que alguien miente en todo esto, y las palabras de Ardanza me hacen pensar que, tal vez, esos mismos fachas que dentro del ejercito pretendían un golpe de Estado, también podían tener sus amigos en otros cuerpos del Estado y haber permitido que aquel atentado se convirtiera en lo suficientemente sangrante para servirles de excusa. Aprovechar la traición y la sangre inocente para tomar o aferrarse al poder, ni era nuevo, ni pasaría de moda. Solo hace falta recordar la falta de tacto y vergüenza con la que el PP trató los atentados de Atocha en 2004 y como, aún hoy, persisten en su traición.
De todas formas, no nos engañemos, ETA si fue culpable del atentado de Hipercor. La posibilidad de que otros también sean responsables de él, no les exonera. Hacen bien en mostrar arrepentimiento por ello. Pero si bien ellos han pagado con la cárcel, los que permitieron la masacre, sobre todo si había un fin más maquiavélico detrás, no han pagado en absoluto por ese delito.
Después de Hipercor se inició un proceso de divorcio entre el mundo abertzale y la banda terrorista solo frenado por la guerra sucia que, en la forma del GAL, se apoyó desde entornos próximos al Estado.
Hoy se cumplen 25 años de un uno de esos sucesos que no se pueden borrar de nuestra memoria y surge una pregunta retórica de todo ello: ¿por qué siempre las masacres terroristas se dirigen contra los que difícilmente son responsables de las cuestiones que en teoría generan ese terrorismo?

Imagen tomada de la web de “El Periódico”

viernes, 15 de junio de 2012

Curiosidades científicas (II): ¿Cuál es el ser vivo más grande del mundo?




¿Cuál es el ser vivo más grande del mundo?

Desde un punto de vista racional intentaríamos comparar el tamaño de una secuoya, el de la ballena azul y el de un anélido abisal sobre el que los científicos no se ponen de acuerdo si es un solo individuo o una colonia. Tradicionalmente hablando esos serían los seres más grandes, pero si pensamos grandeza por extensión, aunque su existencia no sea totalmente continua, la cosa cambia y los tamaños se disparan. De hecho, hasta el verano del 2000 se hablaba de la extensión de los rizomas de un hongo de miel en el estado de Washington que cubría 600 hectáreas, pero aquel mismo verano se pasó a estudiar otro que estaba cepillándose el Bosque Nacional de Malheur, en Oregón. Sin embargo, el tamaño de este no se llego a definir  con la adecuada exactitud por falta de pruebas de ADN que demostraran que estábamos ante la misma entidad.
De todas formas, las verificaciones sobre el tamaño de este espécimen de hongo norteamericano perdieron sentido cuando un miembro del reino vegetal solicitó el título de ser más grande del planeta. Nos referimos a una posidonia, planta herbácea de los fondos marinos y también conocida como pasto marino. Fue en mayo de 2006 cuando científicos de varios países confirmaron que frente a las costas de Formentera (realmente va desde Els Freus en Formentera hasta Les Salines en Ibiza) se hallaba una extensión de unos 700 kilómetros cuadrados de estas plantas, con la característica que muchas de aquellas ramificaciones correspondían a un solo individuo que había alcanzado una extensión, en su lado más largo, de hasta 8 kilómetros. Estudios pormenorizados dataron en 100.000 años al ejemplar que crecía a razón de solo 2 centímetros por año. En la pruebas han intervenido científicos de varios países pero ha sido el CSIC el que ha llevado el peso de las investigaciones. La divulgación a la prensa fue realizada por el investigador Carlos Duarte de este mismo organismo.

Las imágenes se corresponden al rizoma de una seta de miel, tomada de http://maikelnai.elcomercio.es/2007/01/24/%C2%BFcual-es-el-ser-vivo-mas-grande-del-planeta/comment-page-1/#comment-382289  y una posidonia oceánica extraída de la wikipedia.

jueves, 14 de junio de 2012

Bankia debe caer para salvar la economía



La burbuja inmobiliaria era el gran enemigo de nuestra economía. El PP, en tiempos de Aznar, lo vendió como el milagro económico, pero lo cierto es que solo unos cuantos se enriquecieron a costa de ello. Lo peor del caso es que el ladrillo arrastro enormes flujos económicos ilícitos. La corrupción y el blanqueo de dinero se disparó y la población, en general, se empobreció. Afortunadamente había empleos que mantenían un estado de cierta tranquilidad, aunque los que pretendían hacer un análisis de la situación eran conscientes de que se estaban gastando unos recursos de suelo que no se podían sostener y, además, la subida del precio de la vivienda continuado, en que se basaba  aquel “milagro” no era sostenible durante demasiado tiempo. Las leyes económicas no son muy diferentes de las de la física: todo lo que sube baja y los globos solo pueden seguir inflándose mientras no se alcance la presión límite, una vez superada el globo explota.
Aquel PP de Aznar nunca pensó en combatir el fraude, ni siquiera ante la valiosa oportunidad que significó el paso de la peseta al euro que, con muy pocos recursos, hubiese sido muy fácil detectar el fraude fiscal. Las razones nos las imaginamos, aunque no lo digamos. Y la banca muy contenta de que no se tomaran medidas respecto a ello.
El PSOE, cuando llegó al poder, pensó en intentar desinflar el globo antes de que explotara, pero se encontró con varios problemas.  El más importante de todos era que la inercia económica generada de aquel “crecimiento” reportaba ingentes cantidades de dinero en forma de impuestos. Hubiese sido un buen momento para compensar esos impuestos con una persecución al fraude y haber empezado a desinflar el globo. Pero había más razones y los bancos, que siempre se han beneficiado del fraude de algunos, también habían edificado una importante fuente de beneficios ligados al mercado inmobiliario, por ello presionaron para no cortar el negocio. Con todo, el mercado inmobiliario, quizá porque sus precios ya habían tocado techo, empezó a ralentizar su crecimiento. No fue hasta el segundo mandato socialista, ya en 2007, que no nos dimos cuenta de que alguien estaba evitando, de forma artificial, que los precios de la vivienda empezaran a recuperar valores algo más normales.
Un estudio de aquellas fechas apuntaba a determinadas inmobiliarias y la banca como responsables de corromper ese mercado alterando la ley de la oferta y la demanda. Las leyes sobre el alquiler establecidas por el gobierno no hicieron más que empeorar la situación. Curiosamente si en aquel momento el mercado hubiese bajado entre un 20 y un 25% hoy no sufriríamos esta crisis. Pero casualmente, en aquellos momentos, BBVA y Santander hubiesen quedado atrapados por el mercado. Estos fueron los más listos y empezaron a desplazar su dinero en ladrillo hacia inversiones hacia otros sectores, en especial telecomunicaciones, energético y fondos financieros en el extranjero. Desgraciadamente esta tendencia les llevó a toparse con Lehman Broders y los paquetes basados en hipotecas Subprime que alteraron la liquibilidad del mercado financiero y, a la postre, supusieron la aguja que reventó la burbuja inmobiliaria.
Reventada la burbuja los bancos tuvieron que asumir la quiebra de muchas empresas constructoras y se quedaron con sus pisos sin vender, y en ocasiones a medio construir, como único activo de estos. A pesar de ello la banca pudo haber asumido aquellas pérdidas tolerando la bajada de precios, pero como siempre, ellos nunca aceptarán ni un solo céntimo de pérdida y se pusieron manos a la obra a evitarlo. Para ello embargaron todo cuanto pudieron. Sabían que alguien que tuviese problemas para pagar optaría por vender al precio que quisieran comprárselo y eso haría caer el precio general, por ello si ellos se adelantaban y retiraban del mercado esas propiedades, evitarían la caída de precios.
En 2008 se calculo que si la vivienda bajaba en el siguiente año entre un 40 y un 60%, la economía se reactivaría, pero los bancos frenaron esa caída y solo lo hizo entre un 7 y un 15% según zonas.
El problema es que esta técnica paralizaba el mercado y la economía, dejaba familias en la calle y reducía los recursos económicos de los posibles compradores. Como consecuencia los bancos también perdían líquido y sus capitales se convertían en más bienes inmobiliarios con precios inflados. Y esa situación se ha ido agravando hasta 2012 en que el valor real de toda esa vivienda es entre un 60 y 75% inferior al que la banca le mantiene artificialmente. El problema es que ahora, sumados todos los abusos bancarios, si la banca contara esa vivienda a su valor real, el agujero económico llevaría a la quiebra a la mitad de las entidades.
Otro problema adicional de la vivienda acumulada por la banca, es que, por ley, no paga los pertinentes impuestos a las instituciones públicas y, por tanto, perdemos todos.
Está claro que, con estos precedentes, donde la banca es uno de los principales responsables de nuestra situación, a la par de haberse aprovechado vilmente de los ciudadanos más frágiles, no parece nada ético rescatarla mediante obligaciones y sacrificios para la ciudadanía. Algunos expertos hablan de dejar caer algunas entidades financieras para facilitar su reconstrucción, pero hablan de Banco de Valencia, Catalunya Caixa y Caixa Galicia. Yo creo que estas entidades son poco representativas y realmente no supondrían ningún alivio, pero si dejáramos caer Bankia, que pide 40.000.000.000€ para su supervivencia, el efecto podría ser liberador y, por otra parte, nada impediría investigar a fondo sus cuentas y a sus responsables de los últimos 10 años.
Ya lo dije en enero… y en febrero… y también en mayo: ¡Bankia debe caer! Creo que la caída de esta entidad podría ser suficientemente ejemplificadora para salvar al resto de la banca, pero de una forma sostenible. Una vez hecho esto hay que reintroducir en el mercado inmobiliario todas las propiedades retenidas a fin de bajar el precio por debajo del 75%. En cuanto a las familias hipotecadas al borde del desahucio, se recomienda renegociar su deuda y darles a todas ellas el margen de un año. Otra opción es alquilarles su propia vivienda a bajo precio para frenar las bolsas de pobreza. En cualquier caso hay que evitar que la población siga pagando la avaricia de la banca… ¡Ya no más! O frenamos estas inercias o no saldremos nunca de la crisis. 

viernes, 8 de junio de 2012

El mundo que nos venden... El mundo que compramos




Un millonario de 68 años (callaremos su nombre porque a la mayoría nos la trae al pairo), recostado en una tumbona, junto a su flamante piscina, contesta a las preguntas de un periodista especializado en temas de economía. En un momento dado, como no quiere la cosa, dice:
-Si Europa quiere salir de verdad de la crisis debe elevar la edad de jubilación a los ochenta años. De este modo se puede liberar a los jóvenes de este gasto... de esta carga.
Si esto no les indigna ni un poquito es que están ustedes muertos. Aunque usted pueda ser otro millonario más, solo que su mente posea el más pequeño atisbo de instinto de justicia, estas palabras deben indignarle hasta lo más profundo de su ser. Y me temo que ni siquiera hace falta acudir a las aberrantes contradicciones contenidas en las dos frases de ese individuo. El solo hecho de imaginar a un anciano de más de setenta años cavando una zanja, a mi me recuerda a aquel sepulturero que cavaba su propia tumba.
Otro caso similar lo tenemos con Esperanza Aguirre (aquí si diremos su nombre). Sale a los medios de comunicación para explicar las bondades de su plan de ahorro a base de reducir a la mitad el número de diputados de su parlamento autonómico. Aquellos con neuronas fáciles de contentar jalean su idea y no faltan otros presidentes autonómicos (de su misma ideología política, claro) que afirman haber pensado la misma solución ¿Cómo no? Sin embargo no es capaz de darnos una cifra cuando le preguntan que cuánto se ha bajado su sueldo... “Mucho y demasiadas veces” viene a ser, a groso modo, su respuesta. Nos recuerda aquel “Això ara no toca” de Jordi Pujol, pero en sibilino. La Doña quiere ahorrar en diputados, en sindicatos y en partidos políticos... siempre que no se trate del propio, claro. Pero esto último tampoco nos lo va a aclarar y si alguno de sus despistados hampones abre boca para decir que los recortes serán 96, ella se la tapará diciendo aquello de que “no dijiste que eran solo 36”. No vaya a tener ahora que detallar que le quitará la dentadura postiza al anciano, la piruleta al niño y, si se tercia (que si le sale del moño hacerlo lo hará, que no es por no hacerlo...) la silla de ruedas al paralítico.
Sonrisa y para casa que los tontos se quedan con eso y a los listos no hay que darles tiempo a pensar.
¿Pero no estábamos pidiendo democracia real? ¿Pues si reducimos el número de diputados no descenderá la representatividad y serán los partidos mayoritarios los favorecidos? Claro, así el PP se mantendrá en el poder aunque los votos sigan bajando. Así pues no se trata de ahorrar dinero... sino ahorrar en democracia. Porque también está claro que cuando la cámara no es todo lo representativa que debe de ser la corrupción la termina por dominar y, como ya sabemos, la corrupción es uno de los mecanismos de perpetuación de las crisis más efectivo que se conoce. Por eso con el PP nunca saldremos de este agujero en que nos hemos metido.
Y ahora díganme… dígannos… díganse, ¿no hay razones para protestar? ¿Siguen pensando que el movimiento 15M es una inutilidad?
Si ustedes no, yo sí pienso que ha llegado la hora del cambio. Pero no hablo de esos miles de cambios que barren la mierda bajo la alfombra y que el partido en la oposición nos ofrece en cada cita electoral. Hablo de un cambio profundo y decidido como el de aquella canción de los Sirex que se llamaba “La Escoba”.


Imagen cogida de  http://viejopickup.blogspot.com


 Bueno, antes de acabar, he encontrado en YouTube este video Subido por  el 04/03/2009.   
Para los que no supieran a lo qué me refería.

domingo, 3 de junio de 2012

Filosofía constitucional



El preámbulo de la Constitución dice:
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente…

El preámbulo, si bien no especifica ningún precepto de ley, sí que es muy importante, para esta como para otras constituciones, porque establece la filosofía que explica cómo deben interpretarse todos los artículos que conforman la Carta Magna.
Sorprende, pues, las interpretaciones  que en demasiadas ocasiones se han dado de nuestra Constitución, dando preferencia a mutables leyes orgánicas por encima de esta filosofía, para dictaminar la constitucionalidad de cualquier ley, principio o acción. Así mismo, el propio articulado de la Constitución, en especial el añadido con posterioridad, no ha atendido a la virtud de estos principios y, como en la última reforma, ni siquiera a los más elementales valores democráticos.
Que estas acciones procedan de políticos, que en base a una ideología o a un egoísmo personal, es algo asumible y nunca descartable, pero cuando estos errores proceden de definitivas sentencias del Tribunal Constitucional, el propio valor de esta Carta, como el de la supuesta democracia, más que quedar en entredicho podemos decir que han asesinado su espíritu esencial, dejando de ser la base rectora de la convivencia de nuestro país.
Pero para que nadie tenga dudas de lo que digo, vamos a estudiar con más detalle los valores que todo político, juez, funcionario o español debería promover y defender por precepto constitucional. Los valores esenciales son cuatro: justicia, libertad, seguridad y promover el bien de todos cuantos integran la Nación española. Los tres primeros, aunque ambiguos en su definición, no ofrecen demasiadas dudas en su significado, pero, ¿qué es “promover el bien de todos…”? De todas formas el texto aclara que a continuación nos dirá cómo se hace eso:
-Las leyes se establecerán conforme a un orden económico y social justo. Lo que es lo mismo que decir que las leyes no deben favorecer actitudes de beneficio de unos españoles sobre otros y  procurando evitar situaciones de indefensión por estatus social o económico. Aunque esta afirmación también podría tener muchas interpretaciones, es obvio que no ofrece lugar a dudas de que las actuales acciones del gobierno del PP, cargando todos sus recortes y reformas en contra de los sectores menos desfavorecidos de la población, son una clara violación del espíritu de esta Constitución.
-Las leyes como expresión de la voluntad popular. Generalmente el respaldo parlamentario a la aprobación de las leyes, en una democracia real, sería respaldo suficiente para garantizar este punto. Sin embargo, la actual ley electoral que no hace representativa a esta cámara, otorgando mayorías absolutas a grupos políticos que no poseen el respaldo popular suficiente convierte estas leyes en una burla a la democracia. Así mismo, el uso de los decretos de ley es una clara violación del espíritu de la Constitución.
- Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones. Los últimos dictámenes de los tribunales contra el uso prioritario de lenguas diferentes de la castellana, que intentan proteger sus culturas, también supone una clara violación de esta filosofía constitucional.

- Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida. Los actuales recortes en educación y el aumento de las tasas universitarias también contradice claramente este espíritu de la Constitución.

- Establecer una sociedad democrática avanzada. La ley electoral actual que hace nuestras cámaras de representantes no sean nada representativas (valga la redundancia) es una clara violación de este preámbulo.

- Fortalecimiento de unas relaciones pacíficas. El uso que hacen algunos políticos, e incluso partidos enteros, de ataques verbales y demagógicos contra unos pueblos para enemistarlos con otros, para la obtención de beneficios electorales, debería estar penado por ley, ya que transgrede este principio constitucional. No obstante, tener unos líderes políticos con más testosterona de la necesaria, complica mucho que este principio pueda ser una realidad, así que debería afinarse un poco más.

Con todo esto, sin entrar en un estudio profundo de nuestra Constitución, quiero poner en relevancia que cuando determinados políticos que todos conocemos agitan la letra de nuestra Carta Magna con los fines que a ellos les viene en gana, no merecen ningún respeto, pues en ese mismo ejercicio ya están violando el espíritu más elemental de esta Constitución. No es de extrañar, pues, que hoy veamos como los más constitucionalistas aquellos que en su día más trabas pusieron a su aplicación. No es que hayan cambiado las personas, es que le han robado su espíritu a las letras de la Constitución. Y crean que en esto han tenido más culpa la insensible interpretación de la letra por parte de los tribunales (en especial el TC) que la maledicencia de esos políticos aprovechados.

Imagen tomada de www.iescavaleri.com