miércoles, 27 de junio de 2018

Medio nuevo, tonto nuevo


En 1999 Internet era algo muy nuevo en nuestro país, pero no tanto en otros. Por cuestiones que no revelaré, durante unos días obtuve unas conexiones ultra-rápidas (para la época) y varios PC’s conectados. Una cosa muy lejos de alcance de cualquiera.

Por aquel entonces Federico Jiménez Losantos se asoció con una serie de individuos clave, que se autodenominaban liberales, y crearon una red de web’s con esa supuesta ideología y entre las que destacaba “Libertad Digital”.

Todas esas web’s eran distinguibles por utilizar las palabras “Liberal” o “Digital” en sus nombres, pero también porque en sus portales había enlaces de unas a otras.

Si había algo que distinguía a las web’s de la época y que lograba atraer el máximo de tráfico era los foros. De hecho el conocidísimo “Forocoches” también es de esa época, aunque no se parece en nada a lo que era. Por aquel entonces los tontos del país eran solo eso tontos que hacían gracia y que muy poco tenían que ver con los catetos neonazis y totalmente desinhibidos que hoy dominan, con total impunidad, ese espacio.

A diferencia de Forocoches, Libertad Digital ya apuntaba maneras por aquel entonces, supongo que producto de la personalidad del propio Federico. De entre todos los foros , el más sorprendente era el de Historia, por el que, de tanto, recurría a supuestos expertos para que la editorial pudiera imponer su visión particular y, a menudo, manipulada de la historia.

Pues bien, un día de 1999, encontrándome en tan ventajosa situación, accedí a ese foro y me encontré con una de sus trampas más alucinantes. El tema era la revolución de Asturias y la víctima un chaval que tenía muchísima información de primara mano y al que la jauría neofascista adicta a la web estaba desprestigiando con mentiras indemostrables.

A base de consultar información sobre la marcha a través de varios PC’s, empecé a lanzar enlaces y documentación que, no solo validaban la información que aquel chaval, nieto de uno de los mineros que participaron en aquella revolución, sino que además destrozaban el prestigio de cada uno de los miembros de aquella jauría que, uno a uno fueron desapareciendo de la web.

En un momento en que el tema parecía a punto de quedar zanjado, apareció un siniestro personaje que, como pude comprobar a través de los medios a mi alcance, salía a la palestra muy de tarde en tarde para reencauzar los foros históricos perdidos. Debo reconocer que necesité algo de ayuda, porque no soy precisamente un erudito en temas históricos, pero si algo sé es acudir a quien sí sabe y también localizar la documentación adecuada. Si afirmo que en aquellos inicios de Internet en España yo era de los pocos que tenía un dominio de excelencia en la búsqueda de información, tampoco engañaría a nadie.

El nuevo elemento contaba, supuestamente, con mucha información, pero debo decir que su fondo documental era muy limitado y su procedencia, sin duda, eran la Real Academia de la Historia, el fondo documental manipulado del Instituto Histórico Nacional de la época franquista (posiblemente a través de la Fundación Francisco Franco, aunque esto lo averigüé años más tarde a través de un libro de Paul Preston) y el fondo bibliográfico de Pío Moa. Pronto se hicieron patentes sus contradicciones pretendiendo criminalizar a los obreros asturianos, pero negando las pretensiones genocidas del ejército español. De hecho, en un momento dado, cuando ya se le hizo insostenible el reconocimiento del mal comportamiento de los militares, trató de pasar la responsabilidad a un gobierno de la República que, como todos sabemos, tardaron dos días en conocer la mayor parte de los hechos.

En aquellos momentos este personaje, que alguien me dijo podría ser el propio Pío Moa, tardaba más de 30 minutos en contestar a cada una de mis intervenciones por una media de 5 minutos de cada una de las mías… Y entonces sucedió: la web me bloqueó el acceso.

Nunca más volví a entrar en aquellos foros, pero me permití dar publicidad de aquella actitud en la red y creo que soy en parte responsable de que bien pronto todos supieran quienes eran estos “Liberales” y, en especial la propia “Libertad Digital”.

Por lo que me contaron poco tiempo después los foros de Libertad Digital fueron restringidos y murieron en su propia endogamia. Imagino que pudieron lavar  los cerebros de sus seguidores con mayor eficacia, pero sus posibilidades de captar a nuevas víctimas se desplomaron.

Con esto lo que pretendo dejar claro es que no hay que confiarse en esa extendida idea de que los fascistas son más tontos, porque también cuentan con más dinero y tiempo para dedicar en exclusividad, ya que siempre existe gentuza para la que, sin tener una verdadera ideología, les beneficia económicamente apoyar a estos descerebrados y, por eso, siempre que aparezca un nuevo medio, por complicado que sea, se llenará de estos mercenarios a los que habrá que ir marcando y expulsando poco a poco para acabar con las manipulaciones.

Si alguien tiene dudas sobre el poderío económico de estas posturas y la capacidad para contaminarlo todo, solo hay que darse una vuelta por la prensa española y su nulo valor informativo.

miércoles, 6 de junio de 2018

España o es plurinacional o no será


España será plurinacional o no será. Y, hoy por hoy, sus gentes no están preparadas para asumirlo. Porque desde el centralismo jamás se podrá construir una democracia, ni desde la homogeneización y mucho menos desde la negación de la realidad. Así que cada vez que un facha grita “España una”, le está asestando una puñalada por la espalda a “su propia” España.

Valle Inclán, Unamuno, Pío Baroja y hasta Antonio Machado, comprendieron que España debía entenderse como algo más amplio o que, tarde o temprano perecería. Que tanto la exclusivista visión de una España castellana, como la denominación de “español” únicamente a la lengua castellana, hacían de España un lugar donde no cabían la mitad de los españoles.

La España una, castiza y cuartelaría, jamás tendrá un sentido democrático, y su imposición siempre pondrá en marcha todos los procesos de independencia de la España periférica que, irremediablemente, se sentirán como territorios invadidos o meras colonias. Cuanto más se alargue esta situación, más fuertes y necesarias serán las fuerzas centrífugas y menos democrática se mostrara una España que se habrá convertido en mera represora.

Son tontos los que, como el señor Muñoz Molina, se creen que el ultranacionalismo es el que trae los aires de independencia. El ultranacionalismo, señores, es aquel que niega una o miles de realidades que oprimen a unos ciudadanos para que otros, como él, mantengan una comodidad intelectual poco meditada y nada empática.

España debe ser multicultural y plurinacional para que pueda existir la democracia, porque las ideas unificadoras solo son una mordaza para una importante parte de su ciudadanos ¿Tan tontos son como para no darse cuenta de la dictadura insufrible que representa la España unificada?

Del mismo modo, la denominación exclusivista de español al castellano, ya fue una negación de la españolidad de la mitad de la población de España. Poco importa los años que llevemos con estas mentiras a medias, porque no se puede edificar una democracia basándose en ideales exclusivistas como este y mucho menos llamando racistas a aquellos que se rebelan contra ellos, porque, como se puede ver, se está invirtiendo la realidad y con ello matando las pocas posibilidades de solucionar el problema.

No sé si España, a estas alturas tiene salvación, pero estoy seguro que si tiene alguna posibilidad no es siguiendo el equivocado camino del PP o la decidida beligerancia nativa de Ciudadanos en pro de un castellanismo supremo. El PSOE debe meditar y suprimir de sus filas a individuos, como el actual ministro de asuntos exteriores, que tienen una visión tan centralista, aun habiendo nacido tan lejos de ese mismo centro.

Sinceramente, yo no creo que España tenga muchas posibilidades, personalmente no daría ya ni un duro por ella. Lo mejor que le podría pasar es que Catalunya se independizara para que pudieran empezar a ver la realidad de lo que es, lo que fue y lo que puede ser. Aunque sin un cambio radical de mentalidad, España solo será una entelequia represiva hasta su disolución final.