viernes, 27 de mayo de 2011

AcampadaBCN

Los sucesos de hoy en la plaza Catalunya me ha recordado viejos tiempos. Aquellos en que temías acercarte a las Ramblas (lugar de las manifestaciones de la época) donde los antidisturbios cargaban con violencia extrema. Sobre todo cuando llevaban el pañuelo amarillo que distinguía a las brigadas policiales leonesas. Por aquel entonces yo solo era un niño, pero recuerdo que no estabas a salvo ni a dos o tres calles de distancia. La imagen más impactante que aparece en mi memoria fue una vez que paseando por aquella zona del casco antiguo dio comienzo una “mani” del movimiento gay (serían homosexuales, pero desde luego que tenían güebos para manifestarse en aquella época). Los polis andaban tan indignados y violentos que penetraron en las calles adyacentes como elefantes en una cacharrería. Una parejita que salía de un bar y montaba en su moto fue envestida por uno de aquellos energúmenos. El chaval logró arrancar el vehículo y un último porrazo erró el golpe pero alcanzó el faro posterior destrozándolo. Mis acompañantes y yo nos metimos en el umbral de una iglesia y el poli nos miró con un bufido de Miura, pero antes de embestirnos localizó otra presa. De repente se lanzó sobre un anciano con boina cuyas piernas no le habían permitido alcanzar ningún portal y le arreó de porrazos hasta que le saltó aquel negro trapo. Después de aquello  le llamó otro de aquellos bestias y se fueron a repartir hostias a otra parte.
Esos eran los temidos grises de la dictadura, pero hoy los que apaleaban a jóvenes que esgrimían flores como única defensa, eran los Mossos d’Escuadra, la policía autonómica de una supuesta democracia. El movimiento 15M, precisamente, argumenta que esta democracia no lo es tanto y, desde esta mañana, tiene un poco más de razón.
En tiempos de los grises había cantautores que expresaban las ideas de los jóvenes. Tal vez deberíamos recuperar algunas de esas canciones. Creo que en el actual momento que vivimos estas dos canciones de Lluis Llach parecen muy apropiadas:

Cal que neixin flors a cada instant.
Fe no és esperar, 
fe no és somniar. 
Fe és penosa lluita per l'avui i pel demà. 
Fe és un cop de falç, 
fe és donar la mà. 
La fe no és viure d'un record passat. 

No esperem el blat 
sense haver sembrat, 
no esperem que l'arbre doni fruits sense podar-lo, 
l'hem de treballar, 
l'hem d'anar regant, 
encara que l'osada ens faci mal. 

No somniem passats 
que el vent s'ha emportat. 
Una flor d'avui es marceix just a l'endemà. 
Cal que neixin flors a cada instant. 

Fe no és esperar, 
fe no és somniar. 
Fe és penosa lluita per l'avui i pel demà. 
Fe és un cop de falç, 
fe és donar la mà. 
La fe no és viure d'un record passat. 

Enterrem la nit, 
enterrem la por. 
Apartem els núvols que ens amaguen la claror. 
Hem de veure-hi clar, 
el camí és llarg 
i ja no tenim temps d'equivocar-nos. 

Cal anar endavant 
sense perdre el pas. 
Cal regar la terra amb la suor del dur treball. 
Cal que neixin flors a cada instant. 

Abril 74.
Companys, si sabeu on dorm la lluna blanca 
digueu-li que la vull 
però no puc anar a estimar-la. 
Que encara hi ha combat. 

Companys, si coneixeu el cant de la sirena 
allà enmig del mar 
jo l'aniria a veure. 
Però encara hi ha combat. 

I si un trist atzar m'atura i caic a terra 
porteu tots els meus cants 
i un ram de flors vermelles 
a qui tant he estimat. 

Companys, si busqueu les primaveres lliures 
amb vosaltres vull anar 
que per poder-les viure 
jo me n'he fet soldat. 

I si un trist atzar m'atura i caic a terra 
porteu tots els meus cants 
i un ram de flors vermelles 
a qui tant he estimat. 
Quan guanyem el combat. 

Imagen y canciones tomadas de http://www.kumbaworld.com

martes, 24 de mayo de 2011

15M


He recibido algunos correos preguntando que cómo era posible que no hubiera sacado ni un solo artículo sobre el movimiento 15M, indignados, spanish revolutión, acampada, o como quiera que cada uno de vosotros lo conozca. Lo fácil sería contestar que quería tener una buena perspectiva antes de decir nada, pero eso no sería del todo cierto. La verdad es que lo del 15M me ha tenido muy ocupado. Aunque solo he pisado la plaza Catalunya en dos ocasiones en todos estos días (mañana volveré para actuar en un Flashmob reivindicativo), si he estado formando parte de la acampada web.  Mi labor principal ha sido la de hacer de ECO. Es decir, mediante dos cuentas de Tweeter y tres de faceebok, he estado copiando las peticiones de las organizaciones y aumentando un poco más su alcance mediante el método que en la primera red se conoce como retwitear. También he retwiteado y comentado todos aquellos mensajes que me parecían interesantes. He pegado enlaces sobre noticias relevantes y, sobre todo, me he escurrido los sesos buscando slogans y mensajes que pudieran ser útiles para el movimiento.
Así que mi labor ha sido oscura y, probablemente no haya llegado muy lejos con mi trabajo, pero pienso que si solo un centenar de viejos como yo han sido capaces de hacer esta labor de forma aislada, la cosa puede no haber ido tan mal. Por supuesto, no son lo mismo mis retweets que como mucho llegan a un centenar de personas (si los enlazo bien), que cuando lo hace alguien famoso como Berto Romero o Santiago Segura, ellos pueden llegar a miles. Sin embargo sus necesidades “masmedia” no les permite dedicarse a esta labor con tanta energía como podamos emplear los peones.
Estos días de labor han tenido sus momentos malos, como cuando, el pasado domingo por la tarde, aparecieron como seguidores a uno de mis perfiles los señores del PP. Digamos que me asusté un poco y lo comenté en la red para descubrir que había varios ECOs que estaban sufriendo la misma persecución. Posiblemente intentaban analizar los mensajes para intentar, con todo su poderío económico extraído de las imperfecciones de nuestra democracia, llevar a su gabinete jurídico cualquier mensaje al que pudieran extraerle jugo criminalizador. Después de todo ya había sufrido tiempo atrás algo parecido con el sindicato UGT.
Ni que decir tiene que otro mal momento, no por previsto, fue el de conocer los resultados electorales. Pero lo que realmente fue duro, estuvo en algunas de las caceroladas en que me quedé solo con la familia dándole a la cazuela. Claro que, esas mismas caceroladas, que en algún momento fueron tan decepcionantes, me… nos reportaron un momento glorioso ayer, cuando después de cinco minutos dándole a la cazuela (cuando veáis mi diferencial musculatura del brazo derecho no penséis mal), empezó a salir gente a algunos balcones de la zona y, tímidamente empezaron a hacer sonar artilugios de cocina propios.
Otro momento en el que no pude evitar que se me saltara alguna lágrima, fue al visitar la acampada el domingo. Me encantaron los mensajes que la gente había dejado en hojas de papel pegadas al suelo. En ingles, griego, ruso, árabe… Los había emocionados, simples, ingeniosos, pero ante todo había muchos. Tanto tiempo viendo el conformismo y la decepción en los ojos de todos, este movimiento me ha hecho recuperar la ilusión y creer que un futuro mejor es posible.
La verdad es que todo el movimiento 15M ha tenido más de bueno que de malo. Ya el pasado miércoles fue agradable ver colgadas fotocopias con algunos de mis diseños en aquella plaza. Pero lo verdaderamente importante es encauzar toda esa fuerza superdemocrática.
Pasados los días, creo que ha llegado el momento de sublimar lo que ha sido la spanish revolution. Porque es cierto que todos los que han apoyado esta batalla contra la adulteración democrática de nuestro país (y que posiblemente comparta con la mayoría de teóricas democracias), son gente muy heterogénea. Si se quiere hacer un programa muy amplio de reivindicaciones siempre empezarán a descolgarse individuos y, como explica el dicho popular, el camino más largo se empieza con un pequeño paso. Por eso yo les pediría a que todos se centraran en los tres hechos esenciales que han llevado a 15M: una nueva ley electoral, una nueva ley de financiación de partidos y un control absoluto de la corrupción. Por mi parte creo que lo primero de todo tendría que ser la abolición de la mal llamada ley d’Hont que es la base de la nociva endogamia que padece la política española.
Bueno se me ha alargado un poco el texto y ha llegado la hora de la cacerolada. Hoy ha vuelto a ser un poco decepcionante, pero me niego a cejar en mi cuota de compromiso social. Ahora tengo la mano derecha algo entumecida (la mía, no la del país que parece más que suelta…) y me cuesta escribir, así que aquí acaba mi primer artículo sobre el movimiento 15M.
¡Hasta pronto!

Imagen extraída de un fotograma de TV1 y tomada de http://tecnofans.es  

domingo, 15 de mayo de 2011

Pasado, presente y futuro de los equipos de Mou.



Después de acabar con el poco prestigio que le quedaba a la entidad blanca, ahora Mourinho, con la colaboración de la directiva, destrozara la plantilla como ya hiciera en los clubs que el luso entrenó con anterioridad (el Oporto es una excepción). Cuando Xose deje el Real Madrid, que será la temporada después de que gane la Champions o después de cinco temporadas de fracasos (es lo más que está dispuesto a aguantar antes de buscar nuevos caladeros), el club deberá enfrentarse a una carísima renovación de su plantilla y a un año, al menos, de aclimatación psicológica para que sus jugadores sepan dónde se encuentran y quiénes son realmente. El entrenador que le siga tiene garantizado el fracaso.
Mourinho nunca se ha  distinguido por la calidad futbolística de sus equipos, ni siquiera por la eficacia, sin embargo si se han distinguido por la claridad de sus objetivos bajo el lema del “todo vale”. Un fútbol fresco donde la velocidad, un sistema defensivo eficaz y la calidad de algunos jugadores aún no muy conocidos, le llevó a lograr con el Oporto, primero la UEFA y un año después, la Copa de Europa. Después nada nuevo bajo el cielo. En el Chelsea, club al que entreno por más años, fue un compendio de fracasos con, tal vez, la plantilla más cara del momento. Durante un tiempo el millonario Abramovich le buscó todos los jugadores que quiso, creando una plantilla mercenaria que, aunque logró algunos éxitos locales, tuvo que compartirlos con Liverpool y Manchester United, además, mientras estos dos clubs seguía luciendo en Europa, el Chelsea solo conseguía sacar la mala cara de Mou.
El Chelsea siempre fue un equipo que jugaba al límite de la legalidad (y más allá) y que, en los  partidos importantes terminaba por conseguir que alguno de sus jugadores perdiera los papeles. Tal fue la respuesta de un joven Del Horno ante un desconocido Messi que le regateo tres veces seguidas en la banda, junto a otro jugador del Chelsea que le hacía el apoyo al lateral (en defensa los equipos de Mourinho son muy completos) y respondió con una agresión ante todos los ojos del mundo (incluso, tiempo después, e jugador vasco pediría disculpas por ella), pero Mou siempre sostendría que aquello era teatro. Desde aquel instante siempre contestó a las grandes derrotas con indignación y acusando a los árbitros de equivocarse y a los rivales de falta de “fair play”… ¡Precisamente él! Tal vez gracias a eso logró muchos arbitrajes extrañamente consentidos con el juego bronco que sus jugadores empezaron a desarrollar en el campo. Así fue como, hace dos temporadas, logró un arbitraje tan permisivo en el partido de ida de semifinales de Champions, contra el Barça (el del Camp Nou), que evito una merecida goleada de escándalo que dejase sentenciada la eliminatoria y esta tendría que decidirse en Londres. No es de extrañar pues que, aunque el arbitraje de la vuelta fuera igualmente permisivo (el Chelsea jugaba en casa), el portugués magnificara los dos errores que, de no cometerse, le hubiesen favorecido a su equipo. La realidad es que en aquel épico partido Drogba hubiese tenido que ser expulsado ya en la primera parte y no hubiese habido lugar a especular con los grandes errores que toda la vida reivindicará la memoria selectiva y envidiosa del entrenador luso.
Aquel fracaso debió ser definitivo, no sabemos si para Mou o para Abramovich, pero lo cierto es que hoy, dos años después, y también dos entrenadores, aún están intentando reconstruir el Chelsea. Gracias a Mou las inversiones del millonario ruso se han ido por un agujero.
Así que la pasada temporada Mourinho aterrizó en Milán donde el Inter le esperaba con una buena plantilla elaborada durante años. El portugués le dio unas pinceladas y el visto bueno a la partida de Maxwell y la figura Ibraimovich. A cambio recibió a un Eto’o que sería sacrificado a unas funciones que nunca quiso hacer en el Barça. Tal vez por eso el camerunés es uno de los pocos jugadores que, tras la marcha del portugués, no ha necesitado ningún tipo de rehabilitación psicológica para recuperar su buen futbol. La suerte de Mou en Italia es que a nadie le extraña el futbol cicatero y de control en la parte posterior del campo. Una liga donde nació el Cadenaccio y donde casi todo lo marrullero está bien visto, Mourinho no podía fracasar. Pero ahora tenía una espinita clavada, porque Mou había sido considerado el mejor  entrenador del mundo por sus hazañas en el Oporto, sin embargo Guardiola le había arrebatado esa aureola el año anterior. El primer equipo español que había ganado Liga, Copa y Champions. Precisamente teniendo España, junto con Inglaterra, la liga más larga y difícil de Europa. Lo que no entendía (o no quería entender el portugués) era que la fascinación por el Barça no estaba en los resultados obtenidos, sino en el fútbol desarrollado. El público no va al campo a ver peleas de gladiadores, quiere, en general, un espectáculo acorde con el precio que valen las entradas. Tuvo, sin embargo, la diosa fortuna a bien concederle un duelo con ese Barça en las semifinales de Champions. En Milán un árbitro portugués hizo la mitad de la faena permitiendo  (con más errores de los que Mourinho pueda inventar en su derrota al frente del Chelsea) a los milanistas un 3 a 1 increíble. La vuelta en Barcelona, a pesar de la expulsión de Motta, fue igualmente tolerante con los italianos, e incluso se llegó a anular un gol válido de Bojan que, a la postre hubiese supuesto la eliminación de los interistas.
Pero Mou lo logró y, no teniendo bastante con ello dejo su sucia impronta en la ciudad que le había enseñado a ser entrenador, pero seguramente no de éxito, siempre negaremos que sus sucias maniobras las aprendiera donde no se conocen.
No es de extrañar las declaraciones absurdas del portugués cuando vio a tres blaugranas en la final por el balón de oro. No entendía como sus jugadores interistas, ganadores de todo, habían quedado tan lejos de aquel galardón. Y es que Mou entiende de resultados, pero no tiene ni idea de fútbol.
Pero el Inter jugó la final de Madrid contra el Bayer de Munich entrenado por su verdadero maestro, Louis Van Gaal. Sin duda fue de este holandés que, aun ganando dos ligas consecutivas, logro vaciar las gradas del Camp Nou. De Van Gaal Mou aprendió sus desplantes a la prensa, los malos modos y a crear un futbol efectivo donde el espectáculo no importa: “Todo vale”. Está claro que Mou amplió esos conocimientos y los llevó incluso fuera del terreno de juego para presionar a los estamentos arbitrales antes y después de los partidos. El sabe que las sanciones hacen daño a los equipos limpios, son muy duras para aquellos que no están acostumbrados a funcionar con ellas, pero cuando un equipo cuenta con ellas resultan muy livianas, su dureza no aumenta y siempre quedan recursos. Por eso el actual sistema de sanciones, por duras que estas parezcan, no preocupa al entrenador portugués cuyos modos afirman sin tapujos que el “fair play” es para los demás.
Con todas estas premisas nadie dudaría de que Mourinho llegara al futbol español. Sin embargo, todos creímos que buscaría un club de media tabla al que algún millonario inyectaría millones a manta para adecuar el club a las intenciones del portugués. No sabemos si fue la crisis o las prisas del entrenador por enfrentarse al Barça, pero aceptó la oferta millonaria de Florentino Pérez. Seguramente si el presidente blanco hubiese tenido unas pocas más de luces el luso hubiera llegado al Madrí a mitad de precio… pero en la casa blanca ya hace algún tiempo que turbias intenciones habían metido mucha prisa. Afortunadamente para Mou, Florentino, que en esta situación tiene puesto algo personal, ha confabulado a todos los medios de comunicación a su alcance para manipular la información a su favor haciendo creer que lo es a favor del Real Madrid. Esta dependencia de los medios de comunicación ha permitido al portugués tener un altavoz fenomenal para sus confabulaciones. Y tan fieles han resultado esos medios que, a pesar de los desplantes del portugués, han seguido babeándole en los píes incluso durante los más rotundos fracasos, siendo fieles trasmisores de sus falacias y aranas, y aún inventándose nuevas. Pero no se engañen, que estos medios no trabajan para Mou, ni siquiera para el madridismo, lo hacen para el cesar Florentino que ahora mira a Mou con el pulgar hacia arriba. El día que el emperador de la casa blanca gire su mano los perros de la prensa recordarán todas las afrentas y devorarán al portugués.
Ya no vamos a hablar de lo que ha sido esta temporada en el Madrid, su historia y su obsesión contra el Barcelona, dónde debió ocurrirle alguna tragedia que ignoramos, lo anticipa todo. Si amplificamos esto a cinco partidos disputados entre ambos equipos, sería fácil pensar que ambos clubs están ahora al borde de una guerra. Pero esa violencia es algo que el Barça y el fútbol no se pueden permitir.
Siguiendo con las extrapolaciones el Madrid también debe empezar a pensar lo que le espera. Pronto se desharán de Ramos, Granero, Pedro León, Canales, Kaká y es posible que Mou presione para eliminar también a CR7, Benzemá y Özil. A cambio traerá a jugadores que destaquen en ligas broncas como la alemana o la italiana y aporte otros jugadores cuya mejor cualidad es saber obedecer sin hacer demasiadas preguntas. Como pasaba con Vaan Gaal, el secreto del futbol de Mou no está en los jugadores, sino en el sistema. Después alguna pequeña libertad controlada de algún jugador puede hacer amagos de espectacularidad que el entrenador se atribuye como suyos aún a sabiendas de que no es así.
Y cuando Mou se vaya, ya veremos sin con algunos tristes premios o sin ellos, el Madrid vivirá años de eterna mala suerte. Tendrá que reconstruir su plantilla física y anímicamente porque este tipo de entrenadores deja solo tierra quemada allá por donde pasa.

Imagen tomada de http://www.eurochampions.es

lunes, 9 de mayo de 2011

Anécdotas, terribles anécdotas.



Las juventudes socialistas de Málaga han editado un video donde, rescatando imágenes de un No-Do de 1971, se observa al actual alcalde del PP, Francisco de la Torre, que por entonces era presidente de la Diputación provincial. En el video dicen: “¿Después de 40 años vas a seguir que siga viajando en coche oficial?”. Siempre pensé que la transición podría darse por terminada cuando todos los partidos políticos hubiesen depurado, con la entrada de sangre nueva, todos los cargos que tuvieron algo que ver con el franquismo. No es que no dude de una convincente trasformación de los franquistas hacia posturas más democráticas. No seré yo quien llame marranos a los conversos, como la iglesia católica hizo con los siempre sospechosos judíos que abrazaron la fe católica. Pero tampoco podemos ignorar declaraciones como las que periódicamente se le escapan al mismísimo Mayor Oreja, o algún otro insigne miembro del PP y que denotan que el régimen terrorista del Generalísimo sigue muy vivo en ellos.
Tal vez la Transición, lejos de ser algo anclado en el pasado, resulte ser un proceso falseado para permitir dar fuerza a aquellas palabras del infame dictador que afirmaban haber dejado atado y bien atado el futuro de España.
Pero lo que más me preocupa de esto no es ver como neofascistas, corruptos y la propia Falange Española y de las J.O.N.S., plateaban un pleito por corrupción al único juez que se atrevía a dar cobertura a la recuperación de los restos mortales de aquellos asesinados tras el fin de la contienda civil. Tampoco es el hecho de ver como un excesivamente numeroso grupo de jueces da curso a estas demandas y desarma a los acusados, al tiempo que frenan cualquier legalidad o iniciativa política que haga avanzar a nuestra sociedad mediante abstrusas e increíbles interpretaciones. Ni siquiera es el pavoneo franquista de elementos tan impresentables como el tal Mayor Oreja. No, señores, lo que me preocupa es que todo esto sucede porque al partido socialista le ha dado la gana. Sí, señores, el PSOE también sale favorecido de este absurdo bipartidismo, porque se han marchado tanto al centro derecha que sólo pueden comparar su progresismo frente a un partido de extrema derecha como es el PP.
El parlamento español, para dar por finiquitado ese periodo que ya se hace demasiado largo llamado Transición, aún tiene que cerrar algunos temas importantes como reconocer a la UMD y, sobre todo, aprobar una declaración sobre el régimen franquista como régimen terrorista. Solo a partir de ese principio podríamos empezar a construir un país nuevo porque la ley de partidos también podría aplicarse a Falange. Pero, sobre todo, se podría declarar como apología política las declaraciones de algunos impresentables que están envenenando nuestra sociedad.
Pues bien, por lo menos en dos ocasiones, si el PSOE lo hubiese querido, esa declaración hubiese sido posible… y eso es lo que realmente me preocupa. Después, videos como el realizado por las juventudes socialistas son mera anécdota, porque el olvido y la falta de principios inculcados a nuestra sociedad, nos llevan directos al abismo.

domingo, 8 de mayo de 2011

¿Quién sirve a quién entre el pueblo y los políticos?

Han pasado los meses y algunos se han olvidado de lo sucedido, otros se han limitado a guardar su absurdo rencor en el buzón de las ventas por correo. Pero de cualquier modo alguien ha impuesto su aventajada visión de un suceso cuyo significado trasciende todos los planos de la estructura social.
Hasta hace unos años (cada vez más) las huelgas eran un arma eficaz para reivindicar los derechos de los trabajadores. Sin embargo, ya en aquel pasado, que hoy se nos antoja tan lejano, había enormes diferencias entre los colectivos que ejercían ese derecho. Los había que por su número se convertían en un ejército a la hora de tomar las calles. También se encontraban los que, por estratégicos, podían hacer sucumbir la estructura económica del país o simplemente dar muchos dolores de cabeza a la ciudadanía. Por último estaban aquellos que podíamos denominar  “talleres Paco” que, como mucho, podían causar algún problema económico al empresario de turno o la pérdida de clientes. En esos últimos casos el trabajo de los huelguistas, tanto como su salario, era lo que más peligro corría ante tal evento. Digamos que Talleres Paco, para lograr un cambio en sus condiciones laborales dependía totalmente de los resultados obtenidos por las grandes empresas y por las estratégicas, para lograr alguna mejora, ya fuera por competencia o por correcciones a un posible convenio de sector.
Pero todo eso cambio a finales de los 80 y comienzos de los 90 y el cambio, en nuestro país, fue definitivo cuando la UGT hincó su rodilla en tierra tras el fiasco de la PSV. Podemos decir que en aquellos momentos el sindicato socialista tiro por la borda 100 años de lucha obrera y vendió, definitivamente, su alma al diablo de la política que le rescató económicamente a costa del erario público (es decir, del dinero de todos los trabajadores). Eso, y una nueva ley de huelga que imponía los servicios mínimos de una forma que, en realidad amputaba el derecho de huelga, acababan de dar la vuelta a la evolución histórica (y necesaria) de los derechos de los trabajadores. Desde aquel instante sólo unos pocos privilegiados (cada vez menos) pudieron seguir poniendo en jaque a financieros y políticos, cuando ejercían sus derechos reivindicativos.
Pero también eso ha ido cambiando con el tiempo porque si en un principio veíamos en las huelgas de esos colectivos gloriosos una oportunidad para apoyarnos los demás sectores, con el tiempo empezamos a criticarlos… ¿Y cómo sucedió ese cambio?
Aquí es donde entran los medios de comunicación. No sé si alguien recordará el primer proyecto de ley para regularizar los grupos de emisoras radiofónicas. Aquella primera ley impedía que una cadena tuviera más de una emisora en una misma zona con una misma calificación de contenidos. De este modo, en cada lugar de la geografía española una cadena sólo podía poseer un solo canal de noticia, un solo canal musical, un solo canal generalista… Aunque parezca mentira ya eran muchos canales para una sola cadena. Aún así esta ley no se cumplió ni se hizo cumplir y ello degeneró en una corrupta acaparación de poder de opinión y, por tanto, de influencia. Si en la radio, donde la ley tenía un texto claro, se había podido superar la legalidad con ciertas triquiñuelas asociadas de la compra-venta, en TV y prensa, donde la ley andaba peor definida, la cuestión fue aún más escandalosa.
Alguno ya se estará preguntando qué tiene esto que ver con el cambio de la opinión pública respecto al derecho de huelga. Y la respuesta es muy obvia… ¿Quién tiene poder para modificar la opinión de las masas o el de embotar sus cabezas para que no piensen en obviedades que no convienen a los poderosos?
Un familiar me preguntaba que qué ganaban los medios de prensa con esto. Y yo le contestaba con otra pregunta: ¿Has visto algún medio de prensa de izquierdas? Él, inocente, me decía que el grupo Prisa, salvo en contadas ocasiones, había apoyado a los socialistas. Nuevamente le pregunté si estaba seguro de que el PSOE era un partido de izquierdas. Como no contestaba le empecé a relatar hechos.
Al principio del socialismo hubo un ministro de economía que tuvo las narices de nacionalizar una empresa como Rumasa. Desgraciadamente se hizo tan mal y con tanta cobardía, que nos costó miles de millones y luego, una vez saneadas las cuentas de todas aquellas empresas, se volvieron a privatizar a bajo precio para jolgorio de los más poderosos que, en poco tiempo hicieron trizas la mayoría de ellas y mandaron al paro a cientos de trabajadores. O si más no hicieron trizas sus derechos laborales. Aquel marxista de pro se llamaba Miguel Boyer, y después de dejar el cago dirigió varias grandes empresas y se casó con la reina de corazones; hoy milita en FAES y vive en una casa que tiene tantos lavabos que es conocida popularmente como “Villa Meona”.
Luis Corcuera, que llegaba desde el sindicalismo, intentó colar una ley por la que la policía podía tirar abajo la puerta de tu casa impunemente saltándose los más elementales derechos democráticos. Su predecesor, José Barrionuevo, anda hoy defendiendo, en medios de comunicación, posturas similares para acabar con ETA, todo y que ya le costó estar en la cárcel.
Francisco Vázquez Vázquez, ex alcalde de A Coruña, ex embajador en el Vaticano, es otro de esos personajes “peculiares”. Recientemente ha sido propuesto para defensor del pueblo y se ha soliviantado toda la comunidad gay que nos ha recordado algunas de sus diatribas homófobas y también machistas, propias de los católicos de más rancio abolengo. En una línea similar estaría el errático señor Bono, actual presidente del congreso. Bueno, algunos abandonaron sus tapujos y el partido para seguir de democracia tan particular, como Rosa Díez. Y otros se fueron a ocupar espacios donde ejercer esos “principios democráticos sin tener que renunciar a nada, como el señor Mújica.
Sin embargo, puestos a preocuparnos, lo haríamos más por aquellos que abandonaron la política para ocupar cargos ejecutivos en empresas punteras que, después, no dudarán en deshacerse de trabajadores mientras siguen entregando sus beneficios a estos expolíticos (Narcís Serra, Carlos Solchaga…).
La lista siguió hasta que mi interlocutor tuvo que aceptar que el PSOE no era un partido de izquierdas, como mucho de centro o centro-derecha, lo que sucede es que, comparado con un PP que se vende como partido de centro siendo, obviamente, de extrema derecha, a veces resultaba refrescante. Sólo hay que ver como es con el PSOE que se han aprobado todas las leyes que amputan derechos laborales (alguna también con el PP, pero menos). Entre tanto, un partido de derechas cuando accede al poder debería imponer políticas que generaran riqueza a largo plazo, sin embargo el PP, al ser un partido populista y de extrema derecha, han buscado el cambio rápido y políticas demasiado territoriales para beneficiar las trayectorias económicas. Los ejemplos claros y evidentes son, por un lado los esfuerzos en volver a gastar el dinero de infraestructuras de telecomunicaciones impulsando el kilómetro cero en lugar de potenciar las estructuras económicas del país. Después de más de 100 años esperando los corredores del Mediterráneo y el Cantábrico que posibiliten comparar la economía española a las del resto de Europa y el señor Asunción (primer ministro de fomento del PP) nos sale otra vez con las políticas del París borbónico y le da a las infraestructuras otro par de vueltas al revés al reloj de nuestro atraso. Desde entonces (1997), cada ministro nuevo le ha dado un cuarto de vuelta más para atrás. Y así no lleva ahora la crisis. El otro ejemplo fueron las llamadas leyes del ladrillo. Es decir, todas aquellas que potenciaron el enriquecimiento de los más vivos, hicieron subir artificialmente nuestra cotización económica, destruyeron nuestras reservas de suelo sin una orientación lógica y beneficiosa e instituyeron el estado de la corrupción. A los socialistas que llegaron después hay que culparles de no atreverse a frenar a tiempo la orgía de especulación generada por el ladrillo y de, no solo no modificar el plan de infraestructuras del PP, sino potenciarlo en el mimo erróneo sentido del gasto público. Así que cuando llegó la crisis el barco de nuestra economía no estaba preparado para la tormenta y sólo el tamaño de la misma, y la costumbre de haber pasado por ello demasiadas veces, impide que se extienda el pánico y todo se hunda.
Sí, porque mientras la ciudadanía rema y nada para mantener la cabeza por encima del agua, nuestros políticos de siempre aún pelean, como niños, por el juguete que entre todos han roto. Aunque claro, también como niños, se culpan el uno al otro.
Niños o no tienen muchos medios para salirse con la suya y si en su día dieron a las multinacionales y al capital extranjero la llave, si no de nuestra economía, si de nuestro fondo de empleo.
Los medios de comunicación son un poderoso aliado de estos políticos y cuando toca manipular algo para salirse con la suya, ellos se encargan de llevar una imagen falsa ante la opinión pública. Así, si a comienzos de los 90 el derecho de huelga fue amputado y los grandes sindicatos maniatados y asimilados por la maquinaria del Estado, ahora cuando un colectivo logra las formas o la fuerza para plantar cara, son los medios de comunicación los que se encargan de separarlos de la ciudadanía. Así vemos hoy como la prensa da voz y voto a Telefónica en su caótica destrucción de empleo y jamás escuchamos a los trabajadores. Como mucho, los medios de prensa más comprometidos con su deber informativo, cede el micrófono a algún sindicalista sin conocer verdaderamente la razón y representatividad de sus opiniones. Y esto es extensible a otras muchas empresas y sectores. Quien no recuerda, por ejemplo,  los sucesos del metro de Madrid, pero, de todos los sucesos de manipulación de la opinión pública destaca, sobre todo, el de los controladores aéreos.
Precisamente a aquella famosa “huelga encubierta” de controladores aéreos en el puente de la Constitución, al que nos referíamos al principio.
Son muchas las cosas que se han olvidado. El sustrato que ha quedado en el recuerdo popular es que esos señores, que terminarán pagando en los tribunales, dejaron en tierra a miles de trabajadores que se iban de vacaciones… ¿De vacaciones a comienzos de diciembre, en avión y en la mayor crisis que se recuerda? Cuando preguntas esto los hay que no salen de su línea, pero los hay que pretenden tapar la figura hablando de las divisas por turismo que se perdieron esos días. Pero es que resulta que el 6 y el 8 de diciembre son solo fiesta en España, así que de divisas nada de nada. La absolutista mayoría de los que intentaron viajar en esas fechas (incluido Rajoy que le pilló en Canarias) eran juerguistas nacionales y, con una crisis tan galopante como la nuestra, que aún eleven sus gritos al cielo resulta obsceno en comparación con la lucha por sus derechos de un grupo de trabajadores. Nadie se percató de que este colectivo no tenía prevista ninguna huelga, pero horas antes de iniciarse ese puente el gobierno les lanzó una hondonada que destruía de un plumazo y unilateralmente, todos los acuerdos previos. Hay que recordar que la beneficiada de todo aquello era AENA y no el gobierno. Además, hasta entonces, habían sido las prácticas de esa empresa estatal y sus inútiles y millonarios ejecutivos, la que había propiciado todas las posibles irregularidades.
Para unos trabajadores que podían llegar a trabajar más de 100 horas semanales y que, en muchos casos, se sostenían en sus puestos de trabajo por apuntalamiento, coger la baja no era difícil. La actuación gubernamental se convirtió en una ola que llevó a todos los controladores a la consulta médica y, de ellos, tres cuartas partes tenían razones para coger una baja laboral. Bajo las nuevas premisas ya no había razones para seguir apuntalándose, pro aún así, el gobierno primero, y los medios de comunicación después, no dudaron en denominar aquella situación como huelga encubierta.
También es cierto que muchos centros de control importantes quedaron bajo mínimos, pero no todos.  Sin embargo, AENA cerró el espacio aéreo para dejar en tierra incluso aquellos pasajeros que seguían rutas abiertas. De hecho había un remanente de controladores que hubiese podido mover por todo el territorio vuelos a los que se diera prioridad, pero AENA se negó a permitir, incluso las supuestas emergencias. Los medios de comunicación omitieron estos datos, aunque muchos los conocían o eran extrapolables de las mismas informaciones que ellos daban matizados, eso sí, de otra manera para culpabilizar más a este colectivo.
Cuando las caras de personas atrapadas en los aeropuertos (pobrecitos) se acabaron, empezó la carga personal. La cadena SER colgó en su web una nómina (nunca se supo de donde la sacó) de un controlador. En ella se veía claramente un pago neto final de unos 30.000 euros en un solo mes (aunque nosotros hemos localizado en  http://blog.mirayvuela.com otra nómina de un controlador que con 150 horas a sus espaldas solo cobra 5.900 euros). Nadie le dio un vistazo a toda ella y los periodistas de la citada cadena tampoco animaron a ello. Pero yo si lo hice y me di cuenta que el sueldo base bruto no superaba los 3.000 euros mensuales. Sin duda tres mil euros brutos mensuales es buen salario, pero si tenemos en cuenta que estos señores deben dominar muy bien el inglés, tienen un trabajo técnico muy sofisticado y, además, dependen de ellos miles de vidas, lo que les somete a un enorme estrés, ya no parece un salario tan bueno. Entonces… qué hacía subir la nómina tanto. Pues simplemente eran las horas de más que trabajaba esta persona. Pero lo peor no era eso, lo peor es que había casos en que las nóminas podían ser el doble de esta. Se imaginan el estado en que se terminan vigilando nuestros cielos. Obviamente estos trabajadores deben estar pagando unas fuertes comisiones a la asociación de ángeles de la guarda para que no se produzcan accidentes aéreos. El nivel de profesionalidad de este colectivo tiene que ser excepcional. ¿Pero que lleva a hacer tantas horas? Lo mismo de siempre, claro. AENA no quiere un colectivo demasiado grande para poderlo controlar y sacarle, así, al estado más dinero que se puede quedar en manos de sus ejecutivos (sí, esos que no hacen huelgas ni se señala con el dedo en los medios de comunicación).
Por aquellas fechas alguien intentó informar de lo necesario para ser controlador y ahora las cosas han cambiado (aunque menos de lo que se imaginan y, sin duda, hacia peor). Resulta que para poder acceder a unos de los cursos que, hasta entonces organizaba AENA, hacía falta un gran dominio del inglés y pasar unas notables pruebas de estrés. Después el curso de nueve meses costaba más de 60.000 euros… y no había garantías de conseguir el título.
Todo esto me recuerda un taxista de Barcelona que en el año 1991 compró cuatro licencias de taxi por veintidós millones de pesetas. Hoy tiene contratados a ocho conductores paquistaníes que se alternan y le dan un porcentaje que le reporta más de 30.000 euros al mes. Claro que este taxista, diabético y medio ciego, hace años que ya no conduce… supongo que viaja en taxi. Claro que no me imagino a este taxista haciendo huelga, ni a los paquistaníes poniéndose enfermos, aunque auguro que más de un viajero ha contraído la gripe en esos vehículos.
Lo que intento hacer ver es que en nuestro país existen pequeñas revoluciones cada día que son ocultadas por los medios de comunicación hasta que adquieren una cierta evidencia y, a partir de ese momento son desprestigiadas por estos con el conocimiento y la colaboración de PP y PSOE y, como es lógico el gobierno. No es verdad que estemos tan contentos con nuestra situación, ni antes ni ahora, pero mientras para los que ostentan el poder la palabra democracia signifique que el pueblo está al servicio de los políticos y no al revés, poco se puede hacer… ¿o sí?

Nómina extraída de http://blog.mirayvuela.com