jueves, 1 de marzo de 2018

Las mentiras de María


El THC (tetrahidrocannabinol) es el psicotrópico básico por el que la marihuana es consumida. Sin embargo, en general, un “porrito de  maría” puede introducir en el organismo de su consumidor, más de 500 sustancias no inocuas. De hecho, salvo la nicotina, puede ser tanto o más nocivo que un cigarrillo de tabaco, con el agravante de que los cigarritos de la risa ni siquiera llevan filtro. Las similitudes entre ambas sustancias aún son mayores si en lugar de consumir las hojas de la planta, se consume pasta hecha con sus semillas o las flores secas (“chocolate”, grifa, “piedra de fus”…).

Pero el THC no es el único psicotrópico que contienen los diferentes cáñamos y, en especial el Cannabis Sativa, que normalmente conocemos como marihuana. Están bastante estudiados, también, el  CBD (cannabidiol), el CBN (cannabinol) y el THCV (tetrahidrocannabivarina).  En realidad, se han contabilizado hasta 113 sustancias que establecen algún tipo de interacción con el sistema nervioso humano. Por todo esto es muy importante no infravalorar las posibles consecuencias de su consumo. No obstante, este artículo no pretende ser ni un estudio químico, ni farmacéutico sobre la marihuana y sus derivados.

Hablando de farmacéuticas, la marihuana ha encontrado una sorprendente salida en este negocio, fruto de todas esas sustancias que hemos comentado. Cabe destacar la aplicación, que sus derivados industriales o los simples porros artesanos, en el tratamiento de dolores crónicos y mitigando los efectos secundarios de la quimioterapia en tratamientos agresivos contra el cáncer. Son innegables sus beneficios en puntuales tratamientos médicos que, además, han permitido la reducción del consumo de calmantes opiáceos, con mayores efectos secundarios y también de adicción. No obstante, alrededor del cannabis también han aparecido cremas, jabones y hasta alimentos, de dudosa efectividad y cuestionable moralidad.

Para la marihuana, el cannabis, la maría, la marijuana o como le queráis decir, la realidad es que toda su fama está dirigida por uso lúdico que tiene sobre el sistema nervioso, y que todo lo demás se usa como cortina de humo para superar las barreras morales que supone su consumo. En ese aspecto, no obstante, tienen razón aquellos que lo comparan con el alcohol, ya que sus implicaciones no son tan diferentes. El gran problema de la marihuana, no obstante, es el mismo que el del tabaco. Porque mientras el alcohol se puede consumir individualmente, sin necesidad de que parte de sus toxinas químicas vayan al organismo de terceras personas, el modo común de consumo, tanto de tabaco como de marihuana, implica el padecimiento del entorno que queda expuesto a las mismas toxinas que el consumidor.

La marihuana, además cuenta con un problema adicional al del tabaco, y es que muchas de las sustancias que acompañan a los cigarritos de la risa, son capaces de estresar  los sistemas inmunitarios de los fumadores pasivos, provocando innumerables alergias. Bueno, algún caso se ha dado también con el tabaco, poro son más frecuentes las alergias cutáneas en contacto con la ceniza.

Por otra parte, mientras la marihuana no sea totalmente legalizada y perfectamente controlados sus cultivos, siempre está el riesgo del uso de pesticidas y otras sustancias que introduzcan toxinas letales en las plantas y que se liberan en los “porritos”.

Me preocupa, pues, mucho, la enorme publicidad que se está dando a la marihuana para hacer casi una virtud de su consumo, cuando, en general, en un grave riesgo para la salud pública. No obstante, sigo estando a favor de su legalización total, porque es lo único que permitiría tener un control efectivo de este producto y, en especial de sus formas de consumo.

También me preocupa que se compare la marihuana con cualquier otra sustancia, porque difícilmente va a tener los mismos problemas que esta y, a menudo, obviamos las verdaderas desventajas de la que queremos apoyar. Sin ir más lejos, en el dibujo que he encontrado en Pinterest, se hace una comparación con el alcohol, pero se omiten importantes puntos básicos que no son nada favorables a la marihuna, por ejemplo, que los efectos de la marihuna se dan desde la primera calada, pero que se puede llegar a consumir alcohol sin llegar a alcanzar la sintomatología expuesta…Cuestión, también de efectividad y cantidad.