viernes, 29 de abril de 2011

How is “el puto amo”?



How is “el puto amo”?

En los últimos días ha pasado un terremoto… (iba a decir que futbolístico, pero no encuentro la palabra correcta) por nuestro país. Desde que ya hace unas cuantas semanas sabíamos que en pocos días Barça y Madrid se verían las caras hasta cuatro veces en un lapso de tiempo muy breve, se había creado una enorme expectación, hasta cierto punto artificial. Lo cierto es que solo en muy contadas ocasiones los grandes duelos Barça-Madrid han ofrecido ese magnífico espectáculo futbolístico que se supone. Emocionantes, seguramente; apasionantes, sin duda; pero como espectáculo exclusivamente futbolístico, casi siempre decepcionantes. Pero han ocurrido varias cosas que han abierto esas expectativas. Por una parte en los últimos años el F.C. Barcelona ha culminado un proyecto futbolístico, después de muchos años de trabajo (según dicen), que ha admirado al mundo entero con un fútbol de una plasticidad admirable y que incluso se ha trasladado a la selección española con éxitos espectaculares y rotundos. Del otro lado había un entrenador herido en el orgullo por que ha visto como ese equipo admirable se ha atravesado, una y otra vez, en su exitosa, pero ramplona carrera, para robarle parte de su notoriedad. Pero las razones no acaban aquí. Todos sabemos lo que es un duelo entre estos dos equipos y que muchos quieren trasladarlo a un duelo entre las ciudades, entre Catalunya y España (sobre todo desde que en el año 1997 el gobierno del PP decidirá supeditar la política de infraestructuras al crecimiento de Madrid en lugar de procurar una ayuda al desarrollo económico del país, y que con la continuidad política en este aspecto del PSOE ha enconado las diferencias entre ambos puntos opuestos de la política económica). De aquí a que determinados medios de prensa, de aquí y de allí, le den una trascendencia que el match no debería tener, solo hay un paso y puedo asegurar que todos lo han dado.
Y eso que el llamado Derby, Clásico o el partido del año, de la década o del siglo, ya acarrea una enorme expectación por la envergadura de los equipos, el poderío  de sus plantillas y el tamaño de sus vitrinas. Pues, aunque parezca increíble, esta vez aún hay más. Parece ser que el Real Madrid volvió a recuperar, de una forma harto sospechosa, a un presidente que ya había tenido que salir del club por la puerta pequeña. Don Florentino se inventó aquel Madrid galáctico que tras despedir a Vicente Del Bosque y a Manolo Hierro, alcanzó la excelencia en piernas valiosas (también en estética futbolística individual), pero que fue una nulidad a la hora de obtener títulos. Aquel Madrid terminó económicamente hundido y, lo que es peor, con su cantera tocada. Después de años de titubeos, en que los blancos lograron varias ligas, pero ensombrecidos por un eterno rival que empezaba a mostrar sus dotes para hacer espectáculo futbolístico, se creó un fuerte grupo de opinión para intentar traer otra vez al rey del talonario. Ahora que Florentino está otra vez al frente no pueden tolerar que el Barça, a pesar de las enormes inversiones de los blancos, les humille una y otra vez. Así que en un esfuerzo desesperado y sin parangón, han dado carta blanca al entrenador más resultadista de la historia del futbol (bueno, esto, tal vez, sea una exageración, en la historia podemos hablar de algunos que lo han sido tanto o más como Helenio Herrera, Van Gaal, Arrigo Sacchi, Bilardo, Fabio Capello, Van Marwijk, Otto Rehhagel, Javier Clemente, Nereo Rocco…). Después del cinco a cero de la primera vuelta de la liga, Mourinho ya era consciente de que por méritos futbolísticos no podría superar a los blaugranas. Con todo, sus amplios conocimientos balompédicos le llevaron a idear un plan algo casi suicida, pero que podía darle la victoria en alguno de los encuentros y, de paso desgastar tanto al Barça que, si no lograba una amplia ventaja en Liga de Campeones, darle la puntilla en el último partido.
El gran plan pasaba por destruir la zona de creación del Barcelona para que no pudiera generar pases letales a sus delanteros. Para ello los dos laterales debían extremar su agresividad, pero a los dos centrocampistas de destrucción habituales en el juego del Madrid se añadía un defensa central que actuaría como tal, pero en la parte alta del centro del campo. Por supuesto, este jugador, que fue Pepe, debía ser de una agresividad extrema y cubrir, rápidamente, una zona muy extensa del campo. Entre tanto, el coatch luso esperaba de los tres medias puntas que actuarían como falsos delanteros (Di Maria, Özil y CR) que ayudaran a la hora de frenar las subidas del Barça. En cuanto a sus labores de ataque, cuando no se pudieran resolver rápidamente los ataques, deberían buscar faltas lo más próximas al área posible. Pepe, al jugar tan avanzado, debía recuperar muchos balones que deberían ofrecer a sus compañeros buenas oportunidades de contraataque. El resto del tiempo el Madrid se cerraría atrás al estilo italiano.
Hasta aquí un creativo planteamiento de Maurinho que, con suerte evitaría la goleada blaugrana, pero que tenía muchas posibilidades de que Pepe, Marcelo o Arbeloa no terminaran el partido por cuestiones disciplinarias. Supongo que, a pesar de las declaraciones realizadas por el técnico portugués, era un riesgo plenamente asumido por él. Sin embargo, para ahuyentar esta posibilidad y ampliar aquellas otras que pudieran darle la victoria, creó otras estrategias menos deportivas y específicas para cada partido. El Show de Mou, si bien en todos los casos tuvo la tangana como base filosófica, fue matizado, con una esmerada puesta en escena, a cada partido y a cada circunstancia. Mientras en el primer partido los tres “delanteros” y ocasionalmente Marcelo, tenían orden de buscar la falta y la tarjeta del rival, si era necesario dejándose caer. Además, para frenar aún más el juego, cada acción era seguida por una abrumadora protesta masiva al árbitro para presionarlo. La fórmula funcionó bastante bien hasta que el árbitro se dio cuenta de alguna de estas acciones por un lado (aunque lo de sancionar con tarjeta al cuentista no estuvo en sus intenciones, por lo que el público siguió calentándose como si las faltas fueran ciertas), por otra parte, a partir de un momento dado, el Barça decide sacar rápidamente las faltas que le pitan a favor, y eso imposibilita a los jugadores blancos rodear al árbitro por temor a una acción de gol. A partir de ese momento el Barça empieza a superar todos los impedimentos y a fabricar fútbol. En una de las jugadas Villa dribla al último defensa y este comete el error de hacerle una llave de judo. Penalti y expulsión y, lo que era peor para Mourinho, un jugador que no debía haber sido expulsado dentro de su plan. Sin embargo, igual que fue capaz de empezar a jugar a fútbol, tras el gol, el Barça se vuelve dubitativo. Además, el árbitro, tal vez “enternecido” por la inferioridad numérica del Madrid, vuelve a tolerar durezas que hubiera debido sancionar y perdona reiteradas acciones de tarjeta a todos los peones del Madrid. Conocedor de su debilidad, y para compensar, agrava  más la situación perdonando una tarjeta a Alves que hubiese podido significar su expulsión. En campo de los blancos nadie va a darse cuenta de lo tolerante que ha sido con su equipo, ni a reconocer que las decisiones del árbitro han perjudicado claramente a los visitantes. Esa es la razón de que el penalti en que perdona la tarjeta al blaugrana, una vez convertido en gol, suena a victoria para los locales, a pesar de que significa dar la espalda definitivamente al título de liga. Por su parte la afición blaugrana, a pesar de la superioridad de su equipo, se queda con una cierta sensación de derrota.
Este primer partido pudo no tener mayor trascendencia y en pocos días haber llevado las aguas a su cauce, pero ni la prensa de Madrid (que recordemos apoya realmente a Florentino y no a Maurinho, pero que, por ahora son lo mismo), ni el propio Mou lo pueden permitir. En pocos días tiene que llegar la final de la copa del rey.
Para el Barça el partido ha significado también algunas bajas que, posiblemente no puedan jugar en el siguiente duelo. Finalmente Adriano y Puyol terminan quedando fuera de la Copa.
Mou plantea el segundo duelo como el más cicatero de todos, pero aún así, gracias a que la defensa blaugrana aún tiene que acoplarse, las rápidas acciones de los tres medias puntas del Madrid generan serias dudas en los catalanes que dan una floja impresión durante la primera parte. Sin embargo, en la segunda, vuelve el fútbol y los blancos tienen que manifestar una dureza superior aún a la del primer partido. Esa dureza también supone un esfuerzo extra para sus jugadores. Özil termina siendo substituido por Adebayor. Ya había sido substituido en el partido anterior, pero las circunstancias no lo habían hecho importante. Más tarde Khedira también vería sus sobrecargas musculares transformadas en una lesión más seria.
El Madrid sobrevive al tiempo reglamentario, pero al llegar la prorroga parece que se abren más espacios en el centro del campo y, sorprendentemente permiten que los blancos enlacen varios contraataques que buscan a Cristiano y Adebayor. Es el delantero portugués el que con un magnífico cabezazo logra el tanto que, a la postre le dará la Copa al Madrid. Porque con un gol a favor los de Mourinho saben cómo tapar todos los huecos. Cuando faltan dos minutos el árbitro se atreve a hacer lo que no hizo en todo el partido: expulsar a Arbeloa, lo que sirve para terminar de agotar el tiempo en el asedio a la desesperada de la portería de Casillas. Como después dirá sin percatarse el propio portugués: Mourinho ha ganado.
Con el ambiente ultracalentado llega el tercer partido que, además, es el partido de ida de las semifinales de la Champions League. La prensa de Madrid no ha dudado en convertir el partido en zona de guerra y Mourinho, para no perder comba, se propasa verbalmente para provocar, cosa que logra con un menos moderado que de costumbre Guardiola. Tan tensa está la situación que, más que un partido de fútbol, parece que se va a producir una batalla campal.
Por si no hubiese suficiente con el panorama prebélico, el Barça ya arrastra las bajas físicas de Iniesta y Máxwell, el último de los tres laterales izquierdos del equipo.
Empieza el lance y las premisas, a pesar de las bajas de ambos (en el Madrid también es baja Carvalho por sanción), no parecen diferir demasiado de los anteriores encuentros. Sin embargo pronto se ve que, en esta ocasión los jugadores del Madrid no persiguen al árbitro por todo el campo. La presión parece quedar en manos del público, pero los jugadores del Madrid vuelven a la práctica descarada del primer partido de buscar las faltas en la zona de ataque para intentar jugadas a balón parado y tarjetas a los defensas del Barça. Y en principio parece que la cosa va bien, pero el Madrid no logra contraatacar, parece que los blaugranas han logrado frenar su velocidad. Por otro lado el Madrid se muestra tan violento como siempre, pero los jugadores del Barcelona tienen orden de no seguir las jugadas cuando se les golpee. Deben lograr que el árbitro vea la dureza del juego. Muchos de los jugadores azulgranas no tienen demasiada práctica en parar el juego y parece que hasta hagan cuento. Guardiola parece que, en un momento dado les dice que vayan al ataque porque esa parte no funciona.  Cuando se retiran a vestuarios a la media parte, toda la tensión se desata en una tangana donde Pinto es expulsado por agresión. Al volver al campo el juego se acelera, pero el Madrid sigue en el mismo escalón y el riesgo que corrió Pepe en todos los partidos sin manifestarse en tarjetas, se condensa en una brutal entrada que el árbitro elige zanjar en roja directa. Dentro del show de Mou es el momento de lanzarse a la yugular de los árbitros y él también es expulsado, lo que no le impide ser el centro de atención de los siguientes minutos de calentamiento bélico. Sin Pepe atenazando la zona de creación del Barça el partido es un baile aún a pesar de la violencia pseudotolerada de los blancos. Tras una agresión de Marcelo Pedro tiene que ser substituido, pero sale un Afelay que supera en velocidad al lateral brasileño y pone un impresionante centro que Messi transforma en gol. Poco después un enorme Messi realiza una de sus cabalgadas “derrumbadefensas” y marca un golazo. Punto y final… o debería. Pero ni el perverso entrenador portugués, ni la prensa y televisión de Madrid lo pueden permitir y montan un escándalo vergonzoso que parece que se estirará en el tiempo como un chicle.
Parece mentira que TeleMadrid sirviera las imágenes del partido y en su región pase una y otra vez una versión amputada de la realidad a su audiencia para convencerlos de una falsa realidad que les persigue. Gracias a unas estratagemas impropias del entorno de un club con el supuesto prestigio del Real Madrid, lo que fue un brillante triunfo a pesar de las circunstancias, se ha convertido en un insúltate “¿Por qué?”.
Por si todo esto no fuera suficiente y en un país que tiene muchas cosas importantes de las que hablar, se ha dado a estos encuentros una absurda proyección política.
Ahora queda el último de los cuatro partidos. Ya sabemos que, una vez más se van a sumar bajas en ambos equipos. El resultado es una incógnita, pero una cosa es segura, no será muy difícil ver más fútbol del que hemos visto hasta ahora. Porque de fútbol, hasta ahora, muy poquito.

Imagen tomada de http://docencia.izt.uam.mx

viernes, 22 de abril de 2011

Islandia o el día que falló el capitalismo a medida.


Islandia o el día que falló el capitalismo a medida.

Llevamos mucho tiempo sospechando que existe un gobierno mundial en la sombra. Los paranoicos creen que existe un Gran Hermano que observa cuanto hacemos y vigila que el funcionamiento del mundo no se separe demasiado de sus expectativas. Tal vez no estén demasiado equivocados, pero puedo asegurarles que no todo sale como ellos esperan.
Hubo una vez un país donde el Gran Hermano capitalista quiso hacer un experimento para diseñar su sociedad perfecta. Seguramente ya había probado muchas otras fórmulas en otros muchos países, pero todas fracasaron; al menos en parte. Pero Islandia parecía que, con una especie de matriarcado, había encontrado la fórmula perfecta. Durante años las adolescentes se quedaban embarazadas y tenían bebes que criaban los abuelos maternos. Entre tanto la madre seguía sus estudios orientados a entrar en el mercado de trabajo de la mejor forma posible, pero sin alejar sus expectativas de recuperar la maternidad lo antes posible. En ese tiempo de dedicación las parejas cambiaban y un buen día formaban familias donde los hijos volvían.
Hay quien pensara que esas estructuras familiares eran anómalas. Pero para un sistema capitalista era perfecto. Los individuos femeninos dominaban por su aptitud para la maternidad y esta se ejercía mientras aún no formaba parte del mercado laboral. Cuando llegaban a este mercado estaban perfectamente preparados, pero además tenían un incentivo en forma de hijos, que los hacían lo suficientemente dóciles para los empresarios. Los abuelos se podían permitir cubrir las necesidades de los primeros años de esos bebes porque, a su vez, eran muy jóvenes. Los varones aceptaban parejas con hijos y creaban en torno a ellos esa familia que, a su vez, necesitaba de más hijos para afianzarse.
El verdadero defecto de ese sistema estaba en que era necesario un gran nivel adquisitivo para mantenerse. La reducción del mismo o un encarecimiento inmobiliario podía llevarlo al traste. Y eso es lo que sucedió. El mundo entero confiaba en un sistema bancario como el islandés y este no supo protegerse de los productos financieros tóxicos provenientes de EE.UU.. El problema había sido que muchos ahorradores de la City quisieron invertir en un sistema financiero seguro. El problema es que los productos financieros de la isla eran limitados y tuvo que recurrir a paquetes externos sin pensar en el origen de estos. Las finanzas de Islandia se volvieron tóxicas, pero el exceso de volumen también generó un encarecimiento de los recursos financieros del país… incluidos los inmobiliarios. Cuando estalló la crisis la banca rota estaba asegurada.
Pero aquí llegó otro de los contratiempos con los que no contaba el Gran Hermano. La sociedad islandesa, con su forma de construirse también había permitido que, si bien la cultura media de los islandeses no era muy superior a la de otros países, si que era más uniforme y, por tanto, los individuos que la constituyen son menos manipulables. Así que cuando llegó el momento que en otros países supuso retirar el pan a sus ciudadanos para salvar sus bancos, los islandeses se plantaron. Forzaron a gobierno y jueces para que auditaran a sus entidades financieras y enviaran a prisión a los directivos ineptos que habían propiciado aquella situación. Pero, por su parte, la City sigue exigiendo que le devuelvan los activos invertidos. El resto de países se ha puesto de rodillas ante la City y ha tragado, pero los ciudadanos islandeses han dicho no. ¿Por qué tenemos que pagar las malas inversiones de otros después de perder las nuestras? Y tienen razón, pero como el resto del mundo no ha tenido narices de plantarle cara a la City, esta sigue presionando a Islandia.
El Gran hermano, periódicamente, permite que los especuladores generen una espiral de beneficio ficticio que infla los precios de todo en una burbuja que, al reventar, empobrece a las clases medias y bajas, y derriba a los nuevos ricos que no se han afianzado correctamente al sistema. Los miembros de ese sistema centrado en la City no se ven perjudicados, solo se daña a la clase media que seguramente ha ido vendiendo parte de sus derechos por una vida mejor y, cuando ya cree que lo ha logrado, estas crisis les dejan en la miseria y sin poder recuperar los derechos perdidos.
¿Qué o quién es la City?
La City es la herramienta financiera principal del Gran Hermano. Se denomina así porque la mayoría de sus ramificaciones se muestran desde la ciudad de Londres (la City).
El Gran Hermano pretende controlar los recursos naturales y financieros del mundo y para ello controla, mediante los bancos y las multinacionales, a los países más importantes del mundo. Todos estamos supuestamente a su sombra, pero también ellos se equivocan.
El Gran Hermano promociona guerras, revoluciones, medidas políticas y económicas, pero, ante todo, genera movimientos sociales con el pensamiento de que es lo mejor para ellos y tiene que ser lo mejor para todos. Ante una idea general no dudan en sacrificar a peones y, si es necesario, pueblos enteros.
El escritor y periodista Daniel Estulín identificó, creo que con bastante acierto, a este Gran Hermano con el llamado Club Bildelberg. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que, si bien lo forman las personas más poderosas del mundo, sus intereses y pensamientos no siempre son coincidentes. Por estas grietas, que nosotros desde el suelo difícilmente podemos adivinar, se les pueden escapar muchas cosas de su perfecto control. Si somos capaz de hacer palanca en esas gritas podremos desarmar el Estado mundial del Gran Hermano.
¿Cómo y dónde introducir la palanca?
Esta crisis económica mundial significa el fracaso del actual sistema financiero. Pero ante todo tenemos que tener claro que lo que ha fallado es el capitalismo actual. Sin la amenaza del comunismo, el capitalismo ha dejado de dar una parte a los trabajadores. Los directivos de grandes empresas, para su máximo beneficio personal, han decidido cargarse el estado del bienestar que necesita de mucho dinero para mantenerse y sigue el camino de convertir en sus esclavos a toda la sociedad. La crisis ha demostrado que, una vez han asignado a sus directivos el dinero que se dedicaba a trabajadores, inversores y, sobre todo, al resto de la sociedad, esta se contra hasta hacer quebrar los sistemas financieros.
Tenemos que tener muy claro que las empresas deben limitar el número de sus directivos y los ingresos que adquieren y, aunque parezca no tener nada que ver, se debe sancionar con penas de cárcel el uso de cuentas en paraísos financieros. Estos paraísos financieros permiten a la City esconder la mayoría de las acciones que el Gran Hermano va ejercer sobre nosotros.
Y dicho todo esto ya hemos dado el objetivo que debe tener toda revolución que se quiera ejercer para hacernos libres. El próximo día hablaremos de los medios que el Gran hermano utiliza para atenazar nuestros movimientos y evitar que nos sublevemos cuando, según él, no debemos hacerlo. Aunque, no sé porque, pero me parece que ya los intuís… ¿No?

Imagen bandera extraída de www.33ff.com

miércoles, 6 de abril de 2011

Tanto monta, monta tanto...

Tanto monta, monta tanto (Ferran II en el siglo XV) (fuente wikipedia)

En tiempos de los Reyes Católicos la frase implicaba que tanto importa cortar el nudo gordiano como desatarlo, y remite a la anécdota clásica de la biografía de Alejandro Magno. Curiosamente los unitaristas franquistas quisieron centrar la idea de esta frase en la unidad de ambos monarcas y la unidad de los reinos de España (o las Españas, como aparece en los documentos de la época). Sin embargo a la muerte de Isabel despojaron a Fernando de su autoridad sobre las tierras castellanas nombrando a su hija Juana y su marido Felipe como monarcas de Castilla. Aunque en algún documento de poca trascendencia, no se sabe si manipulado a posteriori, aparece la denominación de Juana reina de España (en singular), aunque no reina ni de la corona de Aragón, ni del reino de Navarra (en los mismos documentos se omite a su marido).
La fórmula correcta es Tanto Monta..., y fue el lema personal del rey Rey Católico, Fernando II de Aragón, aludiendo al yugo y al nudo que figuran en sus armas.
Estas armas fueron tomadas del famoso Nudo Gordiano, del cual la leyenda del historiador Quinto Curcio cuenta que cuando el emperador Alejandro Magno llegó a un templo de Gordio, halló un yugo atado por un nudo muy intricado del que se decía que quien lo desatase sería señor de Asia. Alejandro, sin pensárselo dos veces, sacó la espada y cortó el nudo, diciendo: da lo mismo (tanto monta) cortar como desatar. Se dice que fue el maestro Antonio de Nebrija quien sugirió al rey Fernando el Nudo Gordiano como símbolo (yugo con una cuerda suelta) y la frase Tanto Monta...como divisa personal, dada la tradición del reino aragonés en expandirse por el Mediterráneo; es decir, hacia Oriente.
Hoy se pueden encontrar la frase Tanto Monta, así como los símbolos del yugo y las flechas, en los escudos de algunas ciudades y municipios en referencia a los monarcas que unificaron las coronas de Aragón y Castilla y no, como es creencia general, en referencia a la dictadura franquista que utilizó la simbología de los Reyes Católicos. Como ejemplo de ello, en el escudo de Puerto Rico están el yugo y un haz de flechas.
Tampoco debemos creer el otro mito que los “historioclastas” (como Ricardo de la Cierva, o el propio Cesar Vidal)  han dado por bueno de que esta era la “abreviatura” de una expresión falsa: “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”.
El haz de flechas, atado con una cuerda (sin el yugo), por tanto, era el símbolo de Isabel I.

Imagen del escudo de los reyes católicos también extraída de la wikipedia.

martes, 5 de abril de 2011

Sobre el bien y el mal.


“Lo único necesario para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada”.
                                                                       Edmund Burke

Estas palabras en boca de un liberal-conservador inglés y crítico de la Revolución francesa pueden contener un malicioso significado. La cosa se vuelve más extraña cuando Burke se manifiesta partidario de la ataraxia, disciplina por la que se debe intentar extraer todo sentimiento a los razonamientos para hacerlos mejores. No parece, pues, esa frase, una expresión sincera de un conservador “vulcaniano”.
No obstante, al leer sus comentarios políticos, vemos que fue partidario de liberar las colonias en la segunda mitad del siglo XVIII. Pero se opone a los principios de la Revolución francesa por desembarazarse de la tradición jurisprudencial y propiciar el caos en su nueva reformulación. Hacia el final de su carrera política se enemistó, por sus ideas, con teóricos de la democracia como el ya norteamericanizado Thomas Paine, que fue el principal ideólogo de la Declaración de Independencia estadounidense.

Con la imagen ya muy alejada en el tiempo del que pudo ser en realidad Edmund Burke, sorprende la gran cantidad de veces que últimamente se cita esta frase. Uno toma conciencia de que el mal y los hombres buenos tienen que ser muy diferentes en concepto, según quien haga la cita, y seguramente difieren mucho más de la imagen mental de su autor.

Una vez puestos en antecedentes sobre la expresión, vamos a omitir su origen y vamos a centrarnos en su uso actual. Imaginemos esas palabras en las bocas de personas muy diferentes, pero no las reales, sino aquellas que llegan a nuestra comprensión a través de los medios.
Si la frase fuera enunciada por Bin Laden seguramente sería una llamada a la guerra santa contra los infieles de occidente. Por otro lado en la boca de Bush hubiese sido un tirón de orejas a todos aquellos que no le apoyaron en su cruzada. Por su parte en Julian Assange constituiría a un tiempo una justificación de su obra como la solicitud a que muchos otros se presten a filtrar contenidos ocultos.
En definitiva, el bien y el mal dependen de cada uno, no son valores tan absolutos como muchos pretenden hacernos creer. El mal es todo aquello que se opone a mis creencias e intereses y los hombres buenos todos aquellos que espero se pongan de mi lado. Que significado tan vulgar e interesado, pero dispuesto en una cita tan gloriosa tiene una fuerza increíble.

Lo curioso de estas frases tan emotivas (algo muy poco relacionado con la ataraxia) es que su análisis más profundo siempre nos lleva a pensar qué son realmente el bien y el mal. Y si tenemos la mente lo suficientemente abierta, llegamos a la conclusión de que, salvo en cuatro o cinco puntos muy concretos, no se ha establecido una convención sobre lo que está bien o mal de forma universal y, por ello, entre tanto concepto y ambigüedad muchos han filtrado sus mensajes dogmáticos y se han apropiado de enormes parcelas de poder que no les pertenecen.
Para quién aún tenga dudas solo ha de analizar las diferentes ideas de bueno y malo que existen para el trabajo infantil, la igualdad de sexos, el aborto, la pena de muerte, la inmersión en dogmatismos religiosos de los niños, las sectas, el satanismo, la libertad sexual, el matrimonio, las revoluciones, las ideologías políticas, los nacionalismos, el espionaje, el capitalismo, el liberalismo, las religiones, la posesión de armas, las drogas, la educación, la inmigración ilegal, las energías alternativas...
Cada uno de estos temas abre un abanico de opiniones hasta alcanzar niveles tan extremos como para ser capaces de ver grandes males en las ideas opuestas y al tiempo expresarse como en la cita de Burke. Seguramente los más moderados podrían dar la imagen de esos hombres buenos que no piensan mover ni un dedo en ninguna dirección... o no.
Otro día hablaremos de las razones que puedan tener las personas que no mueven un dedo en ninguna dirección y veremos que no todos son esos “hombres buenos”. Hoy lo importante es fijar que el concepto de bien y mal no son más que un prejuicio que nos aleja de aquellos que no constituyen nuestro entorno más inmediato, es decir, de los que han aprendido los mismos conceptos capaces de generar los mismos prejuicios, o similares.

Imagen tomada de www.guardian.co.uk

sábado, 2 de abril de 2011

Partido político virtual: PAN y CIRCO


Tenemos  la idea de que un partido político solo sirve para presentarse a las elecciones porque esa es la orientación de todos los partidos que conocemos. Desde ese punto de vista todo partido político se orienta, pues, a la consecución de espacios de poder. No es de extrañar, entonces, que estos partidos se llenen de individuos arribistas y potencialmente corruptos. Pero que sucedería si apareciese un partido político que se reconstruyera cada día, generara el dialogo político, apoyara opciones populares y no se presentara a las elecciones.
La primera respuesta obvia es que eso no sería un partido político, sino, más bien, lo que se denomina una agrupación cultural. Desde un punto de vista legal no tendría que inscribirse en el censo de partidos, pero sí podría ejercer otras fórmulas de política activa y, si un día fuese necesario, podría dar el salto e inscribirse a un proceso electoral. Pero también podría apoyar a otros partidos que, en un momento determinado, pudieran llevar a las elecciones un programa próximo al ideario que en ese momento se considerara adecuado.
Ahora imaginemos un lugar donde discutir lo que debe hacer y lo que no el parlamento, el gobierno central, el autonómico, el ayuntamiento… Dónde discutir qué forma deberían tener ciertas leyes para que fueran de utilidad pública, cómo evitar que los poderosos se enriquezcan a consta del empobrecimiento de otros, cuál debe ser nuestra postura frente a los problemas del mundo. Un lugar en el que buscar soluciones originales a los problemas de siempre y, cómo no, votarlas.
Y si ese partido no tuviera una sede y fuese virtual. Sí, un partido político virtual al que podrían acceder personas de todas las ideologías y principios, pero que, sin lugar a dudas, tendrán más cosas en común de lo que realmente se creen.
Pues bien, la idea está lanzada. Un grupo de personas de creencias muy diferentes pensábamos crear este partido como un partido real, pero creo que avanzar en un partido político virtual podría darnos una idea más aproximada de la realidad.
Así nace “Pan y Circo” (PyC), un partido político en el que agrupar todas las ideas comunes de personas con convencimientos muy diferentes.
¿Debe protegerse el empleo o la libertad de las empresas?
¿Debe abaratarse el empleo o el despido?
¿Es adecuado elevar la edad de jubilación?
¿Son tolerables las prebendas que tienen los políticos profesionales?
¿Un expresidente de gobierno debería tener prohibido pasar al sector privado? ¿Es peligroso para la seguridad del país?
¿Deberían realizarse controles de doping a nuestros representantes políticos?
¿Tendríamos que declarar al régimen franquista como terrorista y aplicar la ley de partidos a sus defensores?
¿Es decente que la casa real presente facturas frívolas cuando se está desarbolando el estado del bienestar?
¿Es lógico que nos gastemos el dinero en unas infraestructuras centralizadas en lugar de desarrollarlas en función de las necesidades económicas del país?
¿Debería frenarse la “telebasura”?
Religión, publicidad, educación, nacionalismo, centralismo… ¿Qué conocimiento tenemos de estos temas y que postura es la más adecuada?
¿Es lógico que la ley de huelga proteja de la indefensión a las empresas y no de la de los trabajadores?
¿Cómo se ha de desarrollar la economía?
¿Se debería tipificar como delito toda amoralidad que dañe a terceros?
¿Tenemos que tener memoria histórica o solo una ligera idea?
Todas estas preguntas y otras, tienen muchas respuestas, pero también se pueden plantear de diferentes maneras, según las ideas de cada uno. Pan y Circo pretende abrir estos temas a todo el mundo para que dejen de manipularnos. El conocimiento es poder y es el momento de que el poder sea del pueblo. Brindemos ese conocimiento.
En los próximos días daremos a conocer unas bases simples sobre este partido virtual.