
viernes, 28 de octubre de 2011
Crisis: ¿hemos tocado fondo?

lunes, 24 de octubre de 2011
Encuestas y otros engaños electorales.

No todos los estudios que se realizan antes de unas elecciones son publicados. De hecho, algunas de las encuestas de las que después nos ofrecen unos resultados en porcentajes de intención de voto, realmente dan algunas otras conclusiones mucho más interesantes, pero que son solo para los ojos de quienes encargaron la encuesta.
Para desentrañar los misterios que aquí se ocultan empecemos por saber quién solicita o lleva a cabo esas encuestas. Para empezar existen una infinidad de empresas que realizan encuestas preelectorales, unas más conocidas que otras, algunas con cierto prestigio o nombres conocidos, y otras sin él. Seguro que alguna vez han escuchado aquello de “en una encuesta realizada por demoscopia”, o “eco-consulting”, o… bueno hay muchas empresas que se dedican a ello. Se supone que hay un amplio mercado y, seguramente, muchas de esas encuestas, parcial o totalmente, serán adquiridas o encargadas por más de un interesado. Pero vayamos al ojo del huracán y pensemos en quienes son estas personas o sociedades interesadas en una de estas encuestas.
El primer objetivo de una encuesta en general, o más bien del resultado final, es el público y posible votante. Dado que los porcentajes de intención de voto pueden influir a su vez en la intención del voto de los propios votantes, estas encuestas pueden utilizarse para variar o afianzar el voto de los mismos. Desde este punto de vista los partidos políticos serán los primeros interesados en filtrar estos resultados. Una filtración que vendrá acompañada, sin lugar a dudas, de la explicación más conveniente a los intereses del partido que la realiza. Así, unos resultados idénticos o similares, serán expuestos de formas diferentes y acompañados de, también diferentes, explicaciones según el partido que los manifieste. Pero no todos los partidos se pueden permitir elaborar una encuesta por su cuenta. En nuestro país, a nivel nacional, solo PP y PSOE manejan dinero suficiente para realizar una encuesta completa. Por otra parte, a nivel de comunidades autónomas, también lo pueden hacer PNV y CiU. Hay que tener en cuenta que estas encuestas no solo hablan de la intención de voto, que es lo que nos dejan ver a los mortales de a pie, sino que, si alguna vez han contestado a alguna de estas encuestas habrán visto, también se hacen otra serie de preguntas que verifican la fortaleza de esa intención, el estatus social, como han penetrado las ideas de cada partido y toda una serie de detalles que, una vez estudiados, pueden permitir al contratante establecer una estrategia ganadora. Así pues, estas estadísticas ya dan una sustancial ventaja a los partidos más ricos y que muy poco tiene que ver con sus verdaderas capacidades para el ejercicio del gobierno. No es de extrañar, pues, que ocasionalmente algún nuevo partido, como UPyD, utilicen esta herramienta para intentar mejorar sus resultados.
Otro cliente habitual de estas encuestas son los medios de prensa. Es cierto que estos acuden en ocasiones a encuestas tan complejas como las anteriores con oscuras finalidades, pero lo cierto es que a la prensa solo le interesa realmente aquello que puede divulgar. No es de extrañar así que, muchas veces, en lugar de realizar sus propias encuestas, acepte los resultados interesados que le brindan los propios partidos políticos. Después de todo, para ellos lo verdaderamente importante es tener información interesante que poder vender a sus lectores, oyentes, espectadores… Sin embargo la prensa necesita informaciones nuevas cada poco tiempo así que ellos mismos o empresas contratadas, están haciendo encuestas continuas cuyos resultados dan a conocer cada pocos días. Estas encuestas se limitan, en muchas ocasiones, a una sola pregunta: “¿A quién va a votar?”.
Por supuesto, los partidos comentan estas otras estadísticas y las valoran en su propia clave partidista. Sobre todo los partidos antes nombrados, que así quitan valor externo a sus propias encuestas más completas que son las que les servirán para elaborar su discurso.
Pero existen un tercer grupo de clientes mucho menos conocido y que acude a encuestas tan profundas o más que las que elaboran los partidos. Por lo general hablamos de grupos de poder como fundaciones, bancos, grupos financieros, asociaciones… Detrás de estas corporaciones hay personas que por lógica no deberían interesarse abiertamente por estos temas. Y no lo hacen, lo que les importa es ayudar a ganar a aquellos que puedan favorecerles en un futuro no muy lejano.
Alguno de estos entes puede realizar sus consultas en ambientes cerrados como la comunidad católica. Tal vez para conocer la ideología de sus feligreses o quizá para usar esas encuestas para idear una forma de inducción del voto… ellos sabrán. Pero la mayoría de estas encuestas no se divulgan nunca o aparecen tiempo después, como hizo alguna entidad financiera hace unos años, reflejadas en un estudio relacionando la fidelidad de las encuestas con los resultados en función de la renta en cada zona del país… ¡Impresionante!
Finalmente están las encuestas realizadas por las instituciones públicas. Antes eran obra del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero con el tiempo se han limitado sus preguntas, aún así, Estado Y Comunidades Autónomas, siguen encargando a empresas especializadas, unas encuestas que son susceptibles de usarse con fines partidistas.
De cualquier forma, a los pocos partidos con posibilidades de gobernarnos, a los grupos de poder y a los centros administrativos, solo hay dos tipos de datos que verdaderamente les preocupen y son los que llevan las siglas: “n.s./n.c.”.
Para CiU, PNV y PP el “no sabe o no contesta” quiere decir que están frente a una posible abstención y deben lograr que así se quede. Porque estos partidos ya tienen sus votos totalmente definidos, con un grupo de votantes fieles que varían muy poco y que les otorgan la victoria cada vez que el resto de votantes deja de ejercer su derecho a voto o desperdicia este entre las trampas de la ley d’Hondt.
La interpretación de PSOE (PSV, PSC…) es ligeramente diferente. Para los socialistas (de nombre) este es el grupo de los indecisos. Votantes que han dejado de serlo, que hay que hacer que vuelvan y, sobre todo, evitar que se abstengan o voten a partidos sin representación que, en último término, también favorecería a sus rivales más inmediatos: los partidos anteriores.
De este modo, cuando nos preguntan por nuestro voto en una encuesta, no deberíamos de contestar, decir que no sabemos a quién votar, o deberíamos mentir (personalmente veo más utilidad y decencia en las dos primeras opciones), porque estamos entregando a partidos y grupos de poder una información que solo les favorece a ellos, no a nosotros. Pero es que la prensa presenta de una forma tan bonita las estadísticas, y los partidos les dan un sentido tan emocional, que no podemos resistirnos a ser orgullosos con nuestra tendencia de voto. Aunque estemos dispuestos a cambiarla mañana. Tanto tiempo luchando para que nuestro voto sea secreto y qué fácilmente se lo vendemos a esa encuestadora de ojos verdes. Pero no se engañen, no son los ojos, ni las piernas, ni la sonrisa… hablamos porque nos creemos que con nuestras palabras estamos colaborando en la victoria de nuestro candidato favorito… ¡Ilusos! ¡Por favor, que estamos cien puntos abajo!
Y ya el colmo son esas encuestas llamadas a pie de urnas. Sí, cuando se te acercan de una importante emisora de televisión con cámara y micrófono en ristre a la salida del colegio electoral. Que pocos se resisten a dar explicaciones de su voto que tendría que haber sido secreto. Pero todos esperan verse en el noticiario de las 20h; cuando los únicos datos que existen son esas encuestas a pie de urna. Ante ese deseo nadie es capaz de ver que no hay ningún piloto encendido en la cámara y que lo único que les interesa a los de la TV es el dato de su voto que anotan mientras el despistado votante sonríe a la cámara apagada y ofrece su voz de barítono al micrófono sordo.
Y entre tanto llegan los primeros resultados y manifiestan que los de siempre ganan, seguidos por los de siempre también y a continuación, muy lejos, hay otros que se quedan castigados otra vez sin voz ni voto. Y todo eso lo vemos en la tele, seleccionando el canal de quien nos encuestó para comprobar que nos han robado nuestro minuto de gloria. O tal vez visionemos nuestro canal favorito mientras deleitamos nuestro paladar con una buena “birra” y eructando al presentador nuestra tranquila abstención de descreído democrático apoltronado en el sofá.
Curioso que los unos y los otros salieron a la calle el 15M, el 19J y el 15O, pero cada uno ha seguido dando la misma respuesta en las encuestas y entregando, o no, la misma papeleta en las urnas. Ni por un momento han pensado en cambiar el guión de la película y dejar de contestar a los grupos de poder para mantener en secreto su voto como le da derecho la ley, y al final votar decidido a un partido que tenga algo que decir aunque no tenga esperanzas de ganar. Solo así se completa la revolución de las palabras, de la paz y de la ingratitud de todos esos que han gobernado, gobiernan y gobernarán olvidando que son meros albaceas temporales de un pueblo soberano.
Imagen tomada de comunicacionelectoral.wordpress.com
sábado, 22 de octubre de 2011
ETA, ¿fin de la violencia?

El 23 de marzo de 2006 ETA anunció una tregua que causó gran impacto mediático y una enorme polémica. Los medios de comunicación de la ultraderecha (que en España son demasiados y muy influyentes) denostaron y desvirtuaron aquel instante que ahora, más de cinco años después, rescatamos su historicidad. Recuerdo que por aquel entonces yo también saqué un artículo en Internet que fue duramente atacado (en especial meses después, cuando tuvo lugar el atentado de
Recuerdo que las excusas de la prensa “facha” estaban basadas en una tregua anterior, durante el cuatrienio moderado de gobierno Aznar, en que este hizo abundantes concesiones a la banda terrorista para descubrir que la tan cacareada tregua solo había sido una excusa para reorganizar las estructuras de un grupo que empezaba a notar el descenso de jóvenes deseosos de prorrogar la lucha armada en el país vasco. Es cierto que en 1999 se habían burlado de Aznar, pero en 2006 habían cambiado mucho las cosas.
Posiblemente si Aznar no hubiese estado tan deseoso de alcanzar notoriedad aquella tregua hubiese podido tener otro sentido, porque lo cierto es que los errores de la banda, ya por aquel entonces, habían generado grandes disensiones, no manifestadas, entre el entorno abertzale. El atentado de Hipercor en 1987 y el asesinato de Miguel Ángel Blanco diez años después, habían planteado preguntas a los simpatizantes de ETA en que la banda pasaba a ser la respuesta errónea. Perdido el apoyo popular la banda pudo hacerse más violenta, pero también había puesto en marcha el reloj de su asfixia social.
En 2004 un atentado ajeno al terrorismo etarra le dio la puntilla. Los atentados del 11M en Madrid cambiaron definitivamente las simpatías que algunos aún profesaban al terrorismo. Ya en las primeras horas pudimos escuchar al líder de HB y eternamente sospechoso de pertenecer a la banda, Arnaldo Otegi, negando la autoría de ETA en aquellos sangrientos atentados. Pero lo que a mi me impresionó no fue la negación que hizo de la autoría, porque para mi ya era obvio que aquello no tenía la estructura de los atentados etarras, por mucho que el desquiciado ministro Aceves dijese lo contrario. Lo que me impresionó fue la afectación en la voz del supuesto etarra. En su voz, el tantas veces encarnado tono de reproche, de orgullo y de agresividad, se había tornado en otro de consternación, de tristeza, casi de luto y, incluso, de culpabilidad por pertenecer a un entorno que tantas veces se había aliado con el terror. Su voz me hizo comprender, además, que el 11M había supera hasta a ETA y, aunque aún era aquel un momento de dolor, algo estaba a punto de cambiar. De no tener ojos, las palabras de Otegi ya me habrían convencido de la inocencia de ETA respecto a aquellos brutales atentados, pero no por su contenido (aunque ETA eran criminales y no mentirosos, a diferencia de la prensa facha que insistió durante días, y aún lo hace, en la falsedad de las mismas), sino por la forma y el pesar. El 11M también hirió a ETA.
En los meses que siguieron se vio una ETA menos dispuesta a atentar, sin duda corrían entre sus filas más preguntas que respuestas. Encima el CNI se había infiltrado hasta sus centros vitales, Francia había dejado de ser su santuario y los jóvenes independentistas vascos que antes les consideraban dioses ahora les denostaban como una barrera para sus intereses.
En ese ambiente en el 2006 se anunció la famosa tregua. Y no cabe duda de que algo se movía dentro de la banda para encaminarse hacia la paz, pero también hay que tener claro que había disensiones y aún quedaban muchos y muy violentos, que no deseaban la paz. Fruto de esas disensiones fue el atentado de
En mi artículo de 2006 hablé del momento histórico que significaba aquella tregua, e insistí en que, a pesar de la presión del entorno mediático y del PP, el gobierno debía buscar alternativas negociadoras. También expuse a modo de intuición que aquella tregua no sería definitiva, pero que habría más, porque no tenía nada que ver con la de 1999. Posiblemente algunos etarras entendían que aquel era otro proceso reorganizativo, pero los que tenían una visión más amplia o habían podido hablar con líderes históricos, ahora apartados de la lucha armada, sabían que existía un nuevo Euzkadi donde no cabía ETA. Otra de las cosas que dije en aquel artículo era que, a pesar de los triunfos policiales, la banda armada nunca sería erradicada solamente mediante ellos. Si solo se creía en la solución policial había el riesgo de convertir la banda en un simple entorno de crimen organizado. Algo similar a lo que pasó en su día con la mafia siciliana. De hecho, para su financiación, muchos miembros de la banda en el pasado no han dudado en traspasar las barreras de la delincuencia común. Vivir en la clandestinidad termina por facilitar la creencia de que todo vale y llegados a ese estado de lucha por la supervivencia la policía nunca podría acabar totalmente con esa otra forma de crimen organizado. Así pues, a pesar de gran estado de debilidad manifestado por ETA la negociación sigue siendo necesaria.
Otra cuestión pueden ser los problemas morales que suscita la negociación con personas que han cometido, o simplemente han visto con buenos ojos, la ejecución de delitos, incluidos los de sangre, como parte de una lucha en pos de sus objetivos. Realmente nuestras emociones nos impelen a rechazar ese estado de cosas, pero es que en nuestro país eso ya se ha hecho “les hemos perdonado”, he incluso les hemos permitido ganar en unas elecciones y volver a gobernar en nuestro país. Aznar, Fraga, Mayor Oreja... son personas que han poseído cargos electos en nuestro país y sin embargo, ya en periodos democráticos han defendido particularidades de la dictadura terrorista de Franco, e incluso alguno de ellos participó en las acciones de aquel Estado radical. Así pues, conceder perdones parciales a los miembros de este otro terrorismo puede darnos mucho repelús, pero lejos de ser algo nuevo puede ser algo necesario para nuestra salud democrática.
Otro problema diferente se nos planteara el día que ETA acepte su disolución, ya que a partir de entonces no serán tampoco tolerables los actos de ese otro terrorismo sin sangre, pero con víctimas, con que nos sacude a diario la ultraderecha de nuestro país. Pero esa ya es otra historia.
Lo dije en el 2006 y lo repito ahora. En este mundo nada es definitivo, ni siquiera la muerte. Pero la voluntad de ETA en estos momentos es seguir el camino de la paz. Que alguno de sus miembros se arrepienta y cambie de idea sigue siendo posible. Incluso cuando la banda esté disuelta y las armas entregadas. Pero eso no debería cambiar nada… A no ser que, otra vez, los más violentos tomen el mando; aunque esta vez algo me dice que no va a ser así si el gobierno que entra no prefiere la humillación a la solución. Solo el PP me da algo de miedo. Rajoy moderó sus palabras, pero a su alrededor hay muchos neofranquistas vengativos que en cualquier momento pueden enviarlo todo al traste. Que nadie se olvide que ETA está muy débil, pero para matar a una sola persona solo hace falta una bala y no nos lo podemos permitir. Ahora ya no.
miércoles, 19 de octubre de 2011
El dinero ni se crea ni se destruye, solo cambia de manos.
martes, 27 de septiembre de 2011
"Jabalí Style"

Hace un tiempo escuché que esta fórmula utilizada por el “universo pepero” para crispar allí donde van, se denomina “Jabali Style”. Y en contra de lo que suponía hasta ahora, tiene muchísimos precedentes e incluso está muy estudiada. De hecho el Jabalí Style puede adquirir diversas apariencias, aunque persigue un objetivo muy obvio, que es el de mermar la validez de los valores democráticos (así que de entrada su uso ya los hace menos demócratas de lo que dicen ser).
La idea central de esta táctica se enraíza con una flaqueza humana: la de perder la confianza en lo general cuando falla estrepitosamente en lo particular. De este modo sus practicantes intentan arrastrar al resto de políticos, a los que consideran rivales, a un diálogo crispado y crispante para desautorizar a estos frente al electorado. Es decir, hacer que el electorado retire la confianza a estos e incluso a la propia democracia.
Por lo general estas prácticas siempre fueron del ámbito de los más extremistas, ya fueran la ultra-derecha o la extrema izquierda. Partidos con pocos votantes, pero fijos, y que no tienen ninguna afinidad por los ámbitos verdaderamente democráticos. Estos partidos no cuentan con la posibilidad de aumentar su influencia de voto, por ello su única posibilidad de obtener representación es la de lograr que los indecisos se abstengan de votar. Si consiguen deslegitimar la democracia ante sus ojos, la falta de confianza y la abulia lograrán mantenerlos alejados de las urnas.
Muchos de estos partidos, sobre todo si se hallan en la oposición, hacen propuestas populistas aún a sabiendas de que pueden llevar a cabo o de que su cumplimiento podría dañar las estructuras económicas o del Estado.
Claro está que en todos los partidos existen algunas “ovejas negras” a los que no les parezca mal usar y abusar del “Jabalí Style”, pero cuando se trata de sus líderes o de un modo habitual de hacer y deshacer del conjunto del partido, estamos frente a unos ventajistas que violan el propio concepto de Democracia. Unos traidores al pueblo en definitiva.
Como ejemplo de estas prácticas tenemos la república de Weimar, cuando Hitler lanzó su ataque al poder. El partido Nazi era una fuerza minoritaria, pero mediante estas prácticas pudo lograr desestabilizar todo el sistema y terminar alzándose con el poder. No es de extrañar que, desde entonces, todos los sistemas democráticos hayan buscado fórmulas capaces de evitar una situación similar. Lo cierto es que todas han fallado y lo único que ha evitado el advenimiento de otro Hitler es que la situación del entorno socio-económico no ha creado el caldo de cultivo adecuado. Claro, que si vemos las situaciones de injusticia que está creando la actual crisis en todo el mundo, tal vez se estén empezando a dar esas circunstancias críticas.
Otro momento estelar del Jabalí Style lo tenemos en la segunda República española, cuando Falange primero y la CEDA más adelante, quisieron desequilibrar el sistema. Cierto que hubo sindicalistas que picaron el anzuelo, pero el virtuosismo verbal de la mayoría de los ponentes parlamentarios era tal que muchas veces esta crispación se limitaba a una violencia extrema del terrorismo patronal, con armas de Falange y algunas respuestas anticlericales de la izquierda sindicalista. Jabalí Style o pistolerismo, logró el grado de desestabilización necesario y suficiente para abrir la brecha de la esperada (aunque floja, porque tuvimos más violencia con ETA, GRAPO y un montón de corpúsculos ultras, a comienzos de la democracia, que en la vilipendiada y breve etapa del Frente Popular) excusa para un golpe de Estado militar.
Hoy en España el PP es un ejemplo de libro, pero también lo es Hugo Chávez en Venezuela, o lo fue Herri Batasuna en muchos ayuntamientos de Guipúzcoa durante años. Y es que los extremos se tocan.
Imagen tomada de la web motomkracing.com aunque el tema poco tenga que ver con jabalís de verdad… ¿o sí?
miércoles, 31 de agosto de 2011
¿Es usted nacionalista?

El nacionalismo es una palabra que se utiliza muy a la ligera y que cada cual le da el significado que le viene en gana. También eso mismo pasa con otras palabras que terminan identificando tendencias políticas o económicas. Sin duda muchas de estas palabras se han rodeado de numerosos sinónimos que, a su vez, empezaron por designar una sola cosa y acabaron cubriendo demasiados significados. En este grupo tendríamos separatismo, socialismo, nazismo, fascismo, comunismo, keynesianismo… Por eso si hablamos de economía o de política nos es imposible hacer una definición en una sola palabra. De todas formas ya hablaremos otro día de todas esas palabras que hoy lo haremos del nacionalismo.
Para empezar con esta palabra hay que decir que nadie puede decir categóricamente que no lo es. Cuando alguien ataca los nacionalismos en realidad solo está atacando a aquellos otros nacionalismos a los que él no pertenece. Cuando uno dice simplemente que no es nacionalista solo está reconociendo que es un hipócrita y no lo sabe.
En España es habitual que cuando uno habla de nacionalismos se refiere al catalanismo y al nacionalismo vasco, pero lo cierto es que existen otros nacionalismos como el gallego, el andaluz, el canario y el castellano. Por otra parte aún existen otros nacionalismos más difusos, pero, a un tiempo, más extremistas: el españolismo castellanizante, el neofranquismo y el españolismo católico. Estos tres últimos son diferentes grados de lo que los nacionalistas anteriores denominan fascismo o “fachendismo” (que no es bien bien lo mismo aunque algunos así lo crean; no es lo mismo llamar a alguien facha que fascista). Lo normal es que cualquier ciudadano de este país simpatice con alguna de estas tendencias, pero es igualmente normal no reconocerlo e inventar nuevas categorías para poder autodeterminarse erróneamente como “no nacionalistas”.
Les voy a contar un secreto, entre mi grupo de amigos hay nacionalistas de todo tipo e incluso independentistas (vascos y catalanes) y hasta un neofranquista, pero ninguno de ellos se muestra intolerante, porque todos ellos se reconocen como son y eso les permite moderar sus ímpetus irracionales. Por eso es más confiable una persona que se reconoce moderadamente nacionalista (sea del tipo que sea), que los que afirman no serlo y, lo que es peor, están contra los nacionalismos. El ser humano es nacionalista, siempre. Primero lo es de sí mismo, después de su familia, de su edificio, de su manzana de casas, de su barrio, de su ciudad, de su provincia, de su comunidad autónoma, de su Estado, de su asociación de países, de su continente… e incluso el día que colonicemos nuevos planetas tendremos que vivir con los nacionalismos planetarios.
Cuando uno analiza cualquier ideología puede discrepar en un par de cosas, pero salvo aquellas que incitan al odio, la violencia o la discriminación, todas son en teoría muy bonitas y, a la hora de la práctica, muy utópicas. Y que conste que no estoy hablando solo de los nacionalismos. Si uno lee Mein Kampf, más allá de la apología del odio, está lleno de figuras idílicas y bellas. Tanto es así que si en lugar de Hitler el que hubiese llevado a la práctica aquella ideología hubiese sido San Francisco de Asís, el resultado hubiese sido muy diferente y seguro que hoy no hablaríamos del terror del nazismo. Lo que sucede es que, por lo general, los líderes suelen ser los individuos más agresivos y que, a la hora de llevar a cabo los procedimientos, acostumbran a no detenerse ante nada. Así ante cualquier traba moral, en lugar de pararse a pensar y modificar las teorías para no crear un daño irreparable, tiran todo recto dando por hecho que los principios ideológicos son los primero, sin pararse a pensar en las personas.
Pero desde ese punto de vista no solo fue malo el nazismo o el fascismo, también lo es cualquier tipo de nacionalismo y de no nacionalismo. Sin pararse a evitar los daños a terceros, es malo el cristianismo, el budismo, el comunismo, el liberalismo, el capitalismo, el socialismo, el ateísmo, el barcelonismo, el madridismo y cualquier otro ismo que se nos pueda ocurrir. Siempre que pongamos a las personas por delante de las ideas podemos hacer encajar hasta la más ruin de las teorías.
Sin embargo, para comprender todo esto tendremos que definir correctamente nacionalismo y para ello, me temo que también tendremos que definir, con igual o mayor corrección, el término “nación”.
Veamos que decía la edición de 1992 del diccionario de la RAE en sus tres acepciones del término “nacionalismo”:
1. Apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece.
2. Doctrina que exalta en todos los órdenes la personalidad nacional completa, o lo que reputan como tal sus partidarios.
3. Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a constituirse en estado autónomo.
Como podemos darnos cuenta de las tres definiciones el término ha experimentado una evolución de la que sus “partidarios y detractores” no parecen haberse dado cuenta. De hecho la primera definición es realmente idílica y hasta lógica. La segunda definición ya posee unos oscuros nubarrones en las palabras “doctrina” y “reputan” (de reputación), pero en esencia su significado no varía demasiado del anterior. Finalmente la tercera definición es deliberadamente diferente a las anteriores y se marca con las palabras iniciales “aspiración” y “tendencia” que denotan una total condescendencia a la hora de tratar a los objetos de tal definición. Parece muy importante, para los que establecieron esta definición, que no se confunda con las dos anteriores, y en especial con la primera. Y, sin embargo, para el objeto de ella, hay muy poca diferencia precisamente con la primera. Más allá del tratamiento despectivo que le dan, claro. Y es que uno pensaría que a la hora de hacer una obra de consulta lingüística, como es un diccionario, estaríamos exentos de dogmatismos y publicidad ideológica, pero ya vemos que no es así. Con todo, la tercera acepción tiene un error implícito y es que si hay un deseo o aspiración de constituir un estado autónomo, es decir, de independizarse, estamos hablando de independentismo y no de nacionalismo. La tercera acepción, pues, está deliberadamente equivocada ya que nacionalismo e independentismo pueden coincidir puntualmente, pero en ningún caso son sinónimos. Está claro que al definir esta acepción, los que lo fabricaron, fueron algo tendenciosos. Desgraciadamente estas actitudes dentro de ámbitos supuestamente serios son muy habituales, lo que hace que la opinión pública adquiera posicionamientos enconados que le enfrentan a los nacionalismos inversos al que profesan. De ahí a tachar de “fachas”, “nazis” o “etarras” a todos los que piensan diferente solo hay un paso: el del fanatismo radical. Curioso que entre estos fanáticos radicales podremos distinguir a personalidades supuestamente muy serias.
Sé que alguno tachará este texto de una defensa a ultranza del nacionalismo. Y puede que tenga razón, pero sin duda él será una persona a quien le vendría bien pensar un poco en las razones y un poco menos en la finalidad. Realmente usted es de los que cree que todos los castellano parlantes están contra los vascos y los catalanes, o tal vez sea de los que se creen a pie juntillas las palabras del señor Arenas cuando dice que n Catalunya se persigue al castellano. Yo sé que si usted se reconoce nacionalista, del tipo que sea, no se creerá esas pantomimas de aprovechados que no pretenden un bien colectivo sino únicamente un bien particular. Eso sí, dejando al paso de sus palabras una oleada de resentimientos a dos bandas que no puede favorecer a nadie honrado.
Estoy cansado de todos esos fanáticos que dicen estar contra el nacionalismo, así, en genérico. Esas son las personas que debemos evitar, las personas que apoyan a ese poder que un día le robaron a todos los pueblos del mundo.
Antes de acabar voy a dar una definición de “nación” con la que todos podremos comulgar en algún tipo de nacionalismo:
“Conjunto de marcadas particularidades que definen a un grupo de personas, sin ser estas superiores ni inferiores al resto en función de ellas”.
Imagen extraída del Fotolog propiedad de “ausaes_mi_vida” (http://www.fotolog.com/ausaes_mi_vida/64436497).
domingo, 21 de agosto de 2011
¿Se marcha el Papa?

Hoy se marcha el Papa y algunos quieren hacer una fiesta para celebrarlo ¿Celebrar… qué? La visita se ha llevado 50 millones de euros de las arcas del Estado, más la firma de un compromiso de que este le seguirá pagando ese impuesto revolucionario con el que la iglesia nos ha estad exprimiendo durante siglos y desde mucho antes de que este trozo de piel de toro fuese llamado España.
El Papa se ha marchado descansado y fortalecido después de haber forzado nuevamente el cuerpo democrático de nuestra risible monarquía parlamentaria. De esta violación nacerá una nueva miseria en el vientre del pueblo, pero no podremos abortarla sopena de excomunión.
Nos contaron la milonga de que esos gastos eran una inversión pues el evento reportaría pingües beneficios para todos. Pero los mochileros solo han dejado algo de su dinero en algunas tiendas de souvenirs, licorerías y heladerías. Sin embargo muchos acompañantes han copado las plazas hoteleras. Ahora, durante los próximos días, muchos de esos mochileros dormirán en plazas por toda la península, hasta que les llegue el momento de volver a sus patrias.
Grandes beneficios… pero solo para la iglesia, la que siempre gana en nuestro país. Porque el pueblo de Madrid ha sufrido cambios en las rutas de sus transportes públicos, noches sin dormir. Aunque Intereconomía las califique de cánticos de alegría contagiosa. Tan contagiosa como las hostias que repartió la policía contra todos aquellos que manifestaran su repugnancia por el evento… o lo pareciera. Porque el calor bajo los cascos policiales seguramente debía ser intenso.
Las imágenes finales del evento y su entorno no han dado lugar a dudas. Una horda, teóricamente pacifica invadió la capital hispánica. Pero las hordas pacíficas no existen, un solo elemento beligerante de cada mil es suficiente para dirigir la manada a la violenta aberración. Con ese espíritu cientos de peregrinos bloquearon la manifestación laica poniéndose de rodillas a rezar al paso de la misma (la policía se negó a abrir el paso, como era su obligación). Y nadie obliga a un laico a llamar las cosas por su nombre y no blindar su lenguaje en la hipocresía. La respuesta, al final, tampoco fue hipócrita, pero seguían fuera de lugar. Y hubo violencia. Bien es verdad que esta empezó generada por algunos energúmenos que estaban dentro de la manifestación, pero los católicos no se caracterizaron por poner la otra mejilla. Algunas filmaciones pillaron a un sacerdote practicando el pugilismo e incitando a varios peregrinos a seguir su ejemplo.
¿Cómo, teniendo todo Madrid para ellos, se permitió a los peregrinos saturar la puerta del Sol, durante la manifestación? Eso no se puede entender sin la colaboración de algunos guías sacerdotales y medios de comunicación como Intereconomía.
Me pregunto si a los conserjes de colegios que obligaron a volver a su trabajo en pleno agosto, se les compensará adecuadamente por perder lo mejor de sus vacaciones. No ha sido inocuo para algunos ciudadanos el albergar de baratillo a toda esta horda igualmente inocua.
¿Dónde está el paraíso?
Los mercaderes de la iglesia se adueñaron de todo, del verdadero templo de Dios. Y fue el verdadero Dios el que envió un calor sofocante, pero viendo que ni así dejaban en paz a su verdadero pueblo, envió violenta una tormenta contra los que usurpan su iglesia. Pero tal es el poder de los príncipes de la iglesia en los valles terrenales que se permitieron desoír su mensaje y enlustrar la mejor de sus hipócritas sonrisas. Después de todo se marcharían de España otra vez con las alforjas llenas. Poco importa que el pueblo español necesite tanto ese dinero, para ellos es más importante atesorar como siempre se ha hecho, como siempre se hará, hasta el fin de los días. O hasta que Dios vuelva a hacerse hombre y los expulse de nuevo de ese paraíso terrenal que se han forjado con el hambre, la miseria y el genocidio de todos los pueblos a lo largo de los siglos.
Esa es la iglesia católica, que no la de Dios. Una iglesia con copyraight, con derechos de autor, de paso y de pernada. Una iglesia que no acepta que los hombres lleven a Dios en su corazón sin aflojarles primero la cartera. Una iglesia elaborada en el ámbito de los símbolos y donde las palabras de amor se han trasformado en un tótem de poder. Una iglesia que borró de la historia cuanto se le opuso y que ahora y siempre se niega a acatar la verdadera voluntad de Dios: la de los corazones.
Dios desterró a su ángel preferido a los infiernos. El hombre debe desterrar a los príncipes de la iglesia que igualmente han pervertido sus creencias para convertirlas en un arma de poder con la que fustigarnos a todos.
Ha llegado el momento el momento de expulsar a los meros intermediarios, a los mercaderes de nuestra espiritualidad, de los templos de los hombres.
Imagen tomada de www.20minutos.com
jueves, 18 de agosto de 2011
El día del hipócrita
miércoles, 17 de agosto de 2011
JMJ... ¿Terrorismo?
sábado, 6 de agosto de 2011
La manipulación de un caballo de batalla o a vueltas con la Ley Electoral.
Cuidado, una cosa es el ahorro y otra la austeridad, y los significados de ambas palabras deben analizarse con lupa por las implicaciones políticas que llevan implícitas.