lunes, 8 de diciembre de 2008

Flores escogidas.



He elegido la actual imagen a lo Tomás Molina del “Polonia”, es decir, porque no tiene nada que ver.



Seguimos con “Libertad Analógica”, un blog que logró lo que pretendía “Vice Vhön Khamy”, pero a través del escándalo. Si la idea original fue la de llevar a este blog todas las polémicas, la realidad es que, durante bastantes meses se convirtió en el centro neurálgico de mis blog’s.


Pero sigamos con la visita turística.



24/2/2007


El país de la derrota.


Los españoles hemos nacido para perder. La historia de España es una continua derrota. Tan acostumbrados estamos a perder que hasta lo hemos convertido en nuestra forma de ser y vivir. Por eso nos sorprende tanto cuando nuestros deportistas alcanzan el éxito o cuando vemos el gran número de ciudadanos de nuestro país que empiezan a abrirse hueco y a tener un nombre en el mundo. Somos incapaces de creernos lo más positivo de nuestra realidad. Padecemos un extremo complejo de inferioridad.
Pero los españoles, España, también hemos brillado, sobre todo en dos momentos estelares de la historia de la humanidad, dos momentos en que fuimos el gran referente para el mundo: la conquista de América y la Segunda República. En la primera, fuimos dejando que otros ocuparan nuestro sitio y se nos expulsó de las colonias antes que a nadie; en la segunda, rendimos nuestro derecho a ser grandes en una épica guerra donde España sólo podía perder. El mundo, considerablemente mezquino, nunca vio el momento de remojar sus barbas cuando España perdía, pero todos, tarde o temprano tuvieron que abandonar sus colonias con la deshonra de quien se ha aprovechado de otros, y de nuestra guerra, la que acabó con la democracia de las esperanzas y a la que abandonaron, para sufrir luego, en sus carnes, el azote del fascismo, cuando lo hubieran podido derrotar en las playas de España.
Y nuestro presente, otra derrota, renuncia tras renuncia. Primero renunciamos a castigar a cuantos, durante cuarenta años, habían vampirizado a los españoles, después renunciamos a una constitución completa, a unas fuerzas del orden y a un ejercito, depurados. Y así, renuncia tras renuncia, hemos llegado al día de hoy, sin saber qué está bien y qué está mal y a escuchar la palabra libertad de los labios de aquellos que siempre nos la han negado.
Si dejamos que la palabra libertad pierda, ahora, su verdadero significado, será como si España perdiera de nuevo la guerra.



17/6/2007


Mentiras.


La historia la escriben los vencedores, pero la leen los vivos. Cuando los vencedores mueren deben hacerlo con sus mentiras. En nuestro país los muertos se resisten a ser enterrados. Franco todavía escupe veneno al pueblo español donde su mausoleo del Valle de los Caídos, anacrónica y faraónica desdicha que el dictador construyó con el beneplácito de una iglesia católica que se convirtió en un poder más contra el pueblo sufridor.
Hoy, más de treinta años después de la muerte de Franco, se debate la ley para la recuperación de la memoria histórica nacional. Una ley que invalida los juicios arbitrarios del régimen del infame general, pero una ley que no califica como terrorista a un régimen que, ya acabada la contienda bélica, mató a más seres inocentes que mil ETA's.
El tiempo tapa mejor que la tierra, pero aún así los huesos asoman entre las arrugas del suelo. La lengua cambia su significado, pero solo si nosotros queremos. Hoy escuchamos libertad en la boca de quienes nos la arrebataron y no se refieren a lo mismo. Ellos hablan de una libertad, que cuando la gozaron, fue el origen de nuestras cadenas. Ellos hablan de asesinos y terroristas y mientras tanto, nuestros padres y nuestros abuelos, cuyo único delito fue el de ser pobres e intentar discrepar, se remueven en alguna tumba olvidad. A ellos se les llena la boca de España, pero fueron ellos los que pusieron un arma la sien de su pueblo.
Que no nos engañen, recuperar la memoria es importante, pero no dejar que modifiquen el lenguaje aún lo es más.




8/10/2007


Cuarenta aniversario de la muerte de “El Che”.


Cuarenta aniversario de la muerte de Che Guevara… “el Che”. Y en sólo ese tiempo se ha convertido en algo muy diferente de lo que fue. Baluarte de las luchas de liberación de los pueblos en Latinoamérica bajo un ideal marxista-leninista hoy se le dedican misas e incluso procesiones. San Che de los Andes, San Che de Cuba y La Habana… San Che de Argentina. Dos imágenes del eminente guerrillero han dado la vuelta al mundo, la que algunos, como el propio Maradona se han tatuado o ha adornado las carpetas escolares de adolescentes con sueños y la de un hombre sonriente que con un puro habano en la boca se abraza a Fidel Castro. Como diría el anuncio de BIC, serían dos Che’s a elegir.


Pero quién era verdaderamente Che Guevara. Para unos un héroe, para otros un villano, pero para muy pocos la dimensión del hombre trascendió en su justa medida. Hoy el verdadero Che ya no tiene sentido pues ha nacido un nuevo Che más allá de lo que él fue realmente. La religión del Che donde una imagen se ha convertido en el icono al que, incluso, se le piden milagros. Al ver esta realidad uno no puede dejar de pensar en otro icono de nuestra sociedad, en otra religión, e Jesús de Nazaret del que ya nadie puede decir quién es.


El Che es muy reciente, cuarenta años nos separan de su muerte y, sin embargo, el mito ya ha sustituido a la imagen del hombre, cómo no habrán afectado a Jesús dos mil años. Mientras nadie pone en duda la imagen del guerrillero con su gorra revolucionaria como imagen, ningún cristiano, en los doscientos años que siguieron a la muerte de Cristo, abrazó la cruz como su símbolo, en aquella época era un dibujo de un pez el que identificaba a los primitivos cristianos. Quién sabe, tal vez dentro de dos mil años, la religión guevarista sobre la economía productiva, lo identifique con una hoja de tabaco.


El tiempo crea olvido en los hombres, pero lejos de simplemente borrar, la traidora memoria colectiva rellena los huecos de ese olvido con retazos de lo que en cada momento desea y así nacen las religiones y esto va a misa.


Si este Che ya no es el Che, si a Jesús aún se le interpreta, alguien me puede decir… ¿Quién es Dios, Iahvé, Alá? ¿Jesús, Buda, Mahoma, El Che?


Y ahora que alguien me explique para qué sirve la religión, que me expliquen a quién beneficia la fe. Yo, por mi parte, voy a seguir adorando a Sócrates el filósofo y rezando al Barça, que si se ha de vivir de dogmas prefiero elegirlos a mi gusto y no al beneficio de obispos, imanes o rabinos iracundos.



21/10/2007


Memoria histórica.


El 6 de agosto de 1945 a las 8:15 hora japonesa murió Shinishi Tetsutani. Le faltaba muy poco para cumplir los cuatro años. Se había levantado muy temprano para salir al jardín y jugar con el nuevo triciclo que le había comprado su padre. Su madre le llamaba para desayunar cuando todo cambió. Un silencio enorme y abrasador se comió a Shinishi y su triciclo, al jardín, a la casa, a su madre… a Hisoshima. 6000 metros más arriba se alejaba un B-29 de nombre Enola Gay. El ruido de sus motores contrastaba con el silencio que se vivía en su interior. La enormidad de la explosión les había pillado a todos por sorpresa. Desde el principio habían sido conscientes de que llevaban una poderosa arma, pero nunca imaginaron que bajo sus pies desaparecería una ciudad con todos sus habitantes. Sin embargo, aún no eran plenamente conscientes de la enormidad de la desgracia que habían producido, tal vez, de haberlo sido, Luís Walter Álvarez, el observador científico del proyecto Manhatan que volaba en el B-29, hubiera seguido un camino similar al de Little Boy (la bomba). Hubiera sido una pena, pues hubiesen desaparecido muchos experimentos de física nuclear para la paz que nos han ayudado a comprender mejor la materia, pero, sobre todo, hoy desconoceríamos lo que pasó con los dinosaurios, ya que él y su hijo descubrieron la banda de iridio en los sustratos geológicos de hace 65 millones de años y su hijo detectó el origen en el Yucatán.


Pero dejemos que el Enola Gay se aleje sobre el océano y volvamos a las ruinas de la ciudad donde empezaba posarse de nuevo el hirviente vapor. El padre de Shinishi había regresado a casa lo antes que pudo y encontró a su hijo carbonizado sobre el triciclo. A pesar de las enseñanzas shinto, el ánimo le falló y fue incapaz de llevar los restos de su hijo hasta el cementerio… lo enterró en el mismo jardín y a su lado también enterró el triciclo. Quería que la felicidad de la infancia en aquel jardín y con aquel juguete, nunca desaparecieran a pesar de la calcinación que lo cubría todo. Años más tarde, con el valor que otorga el tiempo, pero no el olvido, el padre llevó a su hijo hasta el panteón familiar, pero el triciclo fue donado al Hisoshima Peace Memorial Museum donde hoy puede ser admirado cuando no está de gira, como en abril de 2006 cuando fue expuesto en el museo del juguete de Figueres.


Una explosión nuclear condena al olvido a muchas vidas, pero el valor de los hombres está en recordar para que nunca más se vuelva a repetir un suceso semejante. Esconder los muertos en la orilla de una carretera y poner sobre ellos la tierra del olvido no es de cobardes, es de insensatos. En nuestro país tenemos el Valle de Los Caídos que nos recuerda los muertos de una sola ideología, el Vaticano va a beatificar a las víctimas del mismo bando y, sin embargo, otro bando siguió muriendo durante cuarenta años y algunos quieren que sólo el polvo del camino sea su recuerdo, tienen miedo de que los esqueletos salidos del armario vueles a sus camas para enturbiar sus onerosas noches. Tienen miedo a la verdad a pesar de que saben que sólo la verdad les hará libres ¿Quién teme a la verdad?


Harry S. Truman murió en 1972 sin arrepentirse de dar la orden de lanzar a Little Boy y otra bomba más una semana después sobre Nagashaky, pero la tripulación al completo del Enola Gay, incluido Luís Walter Álvarez, quedaron marcados de por vida por aquella acción y necesitaron de tratamiento psiquiátrico. Hoy, Robert Lewis, copiloto de la misión, muestra en New York, con orgullo, la maqueta del avión, atrás quedaron años de arrepentimiento, aceptó la necesidad de sus actos, pero olvidar es algo que ni quiere ni puede… a no ser que una enfermedad, como el Alzheimer se coma su memoria.


Tal vez sea eso, enfermedad, lo que embota la memoria de nuestro país. Un Alzheimer que nos mata desde dentro. Una enfermedad para la cual no existe cura… o tal vez sí, pero algunos se han empeñado en negarnos la única medicina posible. De qué sirve que de pequeños nos enseñen que está bien y que está mal, que nos enseñen a rectificar los errores porque ello es de sabios… de qué sirve si no podemos rectificar los errores de España.




22/11/2007


No es lo mismo.


Cuando se intenta recuperar la memoria histórica bajo una tibia ley que apenas rasca la superficie del problema, aún hay quien se permite sacar a colación los crímenes de los republicanos (que los hubo, tampoco es cuestión de negar lo obvio), unos crímenes por los que los fascistas condenaron al pueblo español, incluyendo muertes sumariales, durante cuarenta años (o más). Vamos a dejar en claro que no es lo mismo, por mucho que alguna concejala de Madrid, con apellido apropiado para una juerga juvenil, se empeñe en mentir. Estas son las cosas que hay que tener claras:



1.-La 2ª República llegó como consecuencia de unas elecciones municipales en que el pueblo, harto de un Alfonso XIII que había dejado gobernar a un dictador en su nombre y, después del fracaso, aún pretendía modernizar una nación bajo el signo del inmovilismo, voto en masa a los partidos antimonárquicos. Don Alfonso, que había aprendido la lección, tomo la digna decisión de abandonar el país para que el pueblo ejerciera su derecho a gobernarse sin su triste tutela o la de algún otro dictador en su nombre como ya había hecho (muy mal por cierto) Primo de Rivera.



2.-La Guerra Civil llegó como resultado de que los poderes económicos, terratenientes, la iglesia y el grupo paramilitar fascista denominado Falange, no eran capaces de aceptar el resultado de las urnas, después se incorporaron monárquicos y carlistas. Desde el mismo momento en que llegó la República, estuvieron enrareciendo la vida política y social. Por desgracia, algunos corpúsculos anarquistas y comunistas se dejaron arrastrar a una guerra sucia de pistoleros en las calles que, dada la profesionalidad de los falangistas, no podían ganar.



3.-Durante la guerra los Nacionales fusilaron a 140.000 personas por 50.000 de los Republicanos. Estos datos, seguramente, aún significan una diferencia mayor porque, además, pasaron el filtro de cuarenta años de franquismo, por lo que seguramente aún está inclinada a favor de los Nacionales. Por otra parte, mientras las llamadas Checas torturaban y asesinaban decenas personas que no apoyaban a los comunistas prosoviéticos (incluidos algunos prohombres republicanos) sin consentimiento de las autoridades republicanas y con la reprobación de los restantes miembros del crisol republicano, en el lado Nacional se autorizaban y ordenaban CAMPOS DE EXTERMINIO como el de Castuera en Badajoz, donde se fusilaban, sin juicio previo, centenares de personas.



4.-Los asesinatos sistemáticos del régimen franquista siguieron durante años. De hecho la playa del Campo de la Bota en Barcelona estuvo cerrada hasta casi 1945 porque allí se llevaban a cabo ejecuciones de prisioneros y arrestados sin juicio y al margen de la legalidad. Luego se introducían los cadáveres en camiones y nunca más se supo. El lugar citado es conocido, pero de seguro existían muchos más.



5.-El poderío militar del bando Nacional unido a alemanes e italianos, era muy superior al de las fuerzas aliadas. El enviado del alemán, evidenciando aquella ventaja, le recriminó a Franco no terminar el conflicto antes, pero como este le comentó a sus ayudantes, no quería que quedara un solo rojo vivo y, para ello, no se podía ir demasiado deprisa. Poco le importaban al general las bajas que eso producía en su mismo bando.



6.-Los republicanos ofrecieron a Franco el canje de José Antonio por determinados presos republicanos, pero este contestó ordenando su muerte junto a sus familias secuestradas, incluidos niños, en el Alcázar de Toledo. Esto obligó a la ejecución sumarial del líder fascista como corresponsable.



7.-Además de los muertos, el régimen franquista también se proveyó de esclavos para destrozarlos en jornadas de trabajo abusivas para crear su obra faraónica, el “Valle de los Caídos por Dios y por la Patria”, también usaba a los prisioneros en trabajos varios para empresas de sus allegados. Curiosamente, los que consiguieron sobrevivir, cuando fueron liberados hacia los años cincuenta (los que fueron liberados porque, a veces, no existía nada real de que acusar a esos presos, salvo ser pobres u honrados), no podían trabajar legalmente ya que no obtenían los papeles necesarios para ello al considerárseles delincuentes. Miembros del Opus Dei, como el propio Carrero Blanco, cobraban los teóricos salarios de los presos. Hoy nos dirán que el Opus Dei nada tuvo que ver, que lo hicieron personas, pero lo cierto es que la pertenencia a ciertos corpúsculos católicos era lo que otorgaba ese poder a esas personas de tan altos ideales, para poder ejercer esos bondadosos actos.



8.-A partir de los años cincuenta, el régimen franquista redujo la presión sobre el pueblo para abrir sus puertas al exterior, en especial a EE.UU. Sin embargo, el régimen siguió condenando a muerte por delitos de oposición al régimen, afortunadamente empezaron a limitarse muchos casos a la pena de cárcel. Después de todo, la cárcel también era un lugar donde se podía morir, pero también se puede vivir.



9.-El régimen franquista infundió el terror hasta los últimos días e incluso después. De hecho, gracias a la presión de muchos elementos franquistas, la actual constitución contiene muchas incongruencias y continuidades con aquel régimen. Debería, por todo esto, anularse el valor de sus juicios sumarísimos y faltos a la verdad para restituir la honra de las víctimas, así como formularse la declaración de terrorista al citado régimen, convirtiendo a sus apólogos en algo similar a los que lo son de otros tipos de terrorismo.



10.-Los españoles deben estar preparados para perdonar, pero hay que tener en cuenta que no es el olvido el perdón (por mucho que el señor Rauco se empeñe en ello ahora que tanto le interesa). El olvido sólo es un enquistamiento que mantiene vivos los odios soterrados y la necesidad de una revancha y una revancha por la otra, lo que en cualquier momento podría disparar una espiral de odio. Han pasado muchos años, ya va siendo hora de abrir todos los armarios y recuperar las Españas perdidas. Las buenas y las malas.



Para terminar, por hoy, me gustaría reeditar el artículo que le dedique a Paco Candel cuando se conoció su óbito. Con esa despedida a una persona muy querida en Catalunya espero dar un poco más de sentido al capítulo de hoy.



23/11/2007


Ha muerto Paco Candel.


Hoy muchos hablarán de “Donde la ciudad pierde su nombre” porque ha muerto Paco Candel. Nos contarán su vida y sus hazañas, pero más allá de todo eso, oiremos, desde muchos puntos de vista, algunos de los instantes más decisivos de la historia contemporánea de Catalunya.


A pesar de las estrechas miras de Franco, Catalunya se convirtió en el motor industrial de España. Una fuerte inmigración, desde todos los puntos de la península, se dirigió hacia allí y, en especial, hacia Barcelona. Lo que en un principio pudo verse con cierto recelo por parte del dictador, se convirtió en un arma contra el pueblo de Catalunya que siempre había planteado muchos problemas al Caudillo. Así, a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta que el Generalísimo permitió la construcción de ciudades enteras, como Bellvitge, Ciudad Meridiana, el Grupo La Paz, La Mina o Ciudad Badía, para ubicar a gentes de todas partes de España en una especie de guetos, similares a lo que a comienzos del siglo veinte habían sido las casas baratas de Horta, las del Buen Pastor o Can Tunís. Por cierto que aquel flujo de personas también realimentó estos dos barrios a medio asimilar socialmente. De hecho, Paco Candel procede del primero de ellos.


Todos aquellos grupos de personas, lejos de su hogar original, en un medio que se podía antojar hostil y apiñados en aquellos nuevos suburbios, debían constituir, desde el punto de vista del régimen, corpúsculos reaccionarios dispuestos a contrarrestar a los movimientos de resistencia cultural catalanes. Los consejeros del dictador eran conscientes de la dificultad que ya había tenido la sociedad catalana para asimilar las partidas de inmigrantes que llegaron durante el primer tercio del siglo XX, por ello, esta avalancha mayor, debía ser definitiva. Pero olvidaron que aquellos obreros se sentían tan maltratados por el régimen como los habitantes originales de las tierras que ahora les acogían, por lo que en estos “guetos” también apareció la resistencia, aunque de corte comunista. En este nuevo proceso, para desesperación de cuantos colaboraban con el poder, se destacaron muchos sacerdotes a los que se denominaba “curas obreros” o “curas del pueblo”. También el PSUC, una formación política nacida durante los primeros escarceos de la guerra civil y que recuperaba en la clandestinidad el prestigio perdido durante la legalidad, aglutinó elementos de dentro y fuera de esas ciudades de emigrantes.


Franco fracaso, en principio, en su propósito, pero tras su muerte, sin el enemigo común de su figura, aquellos guetos empezaron a desmarcarse del entorno social que les rodeaba. Así se empezaron a escuchar términos como “catalino”, “polaco”, “xarnego”... que antes, si existían, sólo tenían un significado anecdótico. Era el comienzo de una peligrosa fisura social de incomprensión entre los nuevos y los viejos catalanes. Fue en esa época cuando apareció, entre otros, la figura de Francisco Candel que ayudaron a una mutua comprensión y no sólo evitaron que la fractura social prosperara sino que ayudo a cerrar muchas viejas heridas.


Hoy nos llegan más nuevos catalanes y venidos desde mucho más lejos. Nos empezamos a encontrar carentes de nexos en personas similares a la de Paco Candel, capaces de cohesionar lo nuevo y lo viejo en perfecta armonía.


¡Adiós Candel! Es hora de descansar en paz porque en el Cielo todos somos emigrantes.


1 comentario:

Elizabetha dijo...

Has hecho un interesante recorrido en imágenes por momentos de la historia de España, conectando con algunas polémicas muy sonadas fruto de un olvido selectivo o un silencio en tensión (enraizado en un odio pasado). A tí te tocó vivirlo más de cerca; a mí me ha llegado un poco de rebote. Por eso mis ideas sobre los temas expuestos y mis sentimientos al respecto son más tenúes.

Sin duda, la guerra civil y la postguerra supusieron un genocidio y un agachar la cabeza en muchos sentidos. Sin embargo, como has mostrado, hubo personajes que lucharon por aportar luz a esa oscuridad. En este sentido yo discrepo contigo en que los españoles somos unos perdedores. La valentía de unos pocos dice mucho. Esa minoría, pasito a paso, fue la que levantó el país.

Mi abuelo fue cartero durante la guerra y tenía que viajar escondido en los camiones de los muertos de uno y otro bando.No estaba a favor de nadie,sólo quería que acabara esa masacre entre hermanos.Inculcó el perdón y la solidaridad durante la posguerra y ,con otros 11 del pueblo, montó una cooperativa agrícola para que la villa entera tuviera algo que llevarse a la boca. Trabajó como un mulo toda su vida y estudiaba por las noches. Gracias a él mi familia pasó de no tener un real a constituirse como clase media. Gracias a él, a lo que le inculcó a mi madre y lo que ella me ha inculcado a mí, he optado a estudios universitarios,a poder ejercer una profesión de prestigio y a convivir en una sociedad diversa,sin rencores.

Aunque sigan existiendo rencillas semi-enterradas, si existen historias como la mía,con semillas con ganas de cambio, me parece que no hemos fracasado del todo.