sábado, 13 de diciembre de 2008

El Vampiro Pragmático (cap.1)




Últimamente todo el mundo habla sobre vampiros, las películas de vampiros están de moda, cuando voy a la librería a buscar mi dosis de pasta de celulosa con letras me encuentro con un montón de libros exitosos sobre esos seres nocturnos y empiezo a darle vueltas a la cabeza sobre ese fenómeno de las modas y me acuerdo de “El Quijote”.

Miguel de Cervantes y Saavedra era un magnífico escritor, pero no era el único en aquel siglo de oro. El éxito de su obra cumbre se debió al ataque lanzado contra las novelas de caballerías. Recuerdo que en la escuela me explicaban que su libro cortó por lo sano la fiebre por una serie de lecturas que se asemejaban a las novelillas del oeste, pero que en lugar de estrellas de sheriff y pistolas calientes, lucían espadas y armaduras (los caballos seguían siendo caballos). Pero, con el paso del tiempo, descubrí que, la fiebre por las novelas de caballerías, hacía tiempo que era algo muy minoritario. Digamos que antes de que “El Quijote” saliera a la palestra, ya existía una burla generalizada hacia los lectores de esas novelas obsoletas y sus lectores eran considerados los “freakys” de la época. Para ser justos, la buena obra de Cervantes fue la de rescatar a “Tirant lo Blanc” y el “Curial e Güelfa”, ambas obras escritas en catalán y ambas borradas de la traducción al inglés.

Buenos dejémonos de palabrería. Lo que quiero decir es que aún no está maduro hacer una obra que ridiculice a las obras de vampiros, sería un notable fracaso. Podría pasarnos como a Umberto Eco con su obra “El Pédulo de Focault”, pretendía hacer una especie de quijote sobre las obras de secretos grandilocuentes, entre masones, iluminatis, rosacruces y toda una serie de organizaciones secretas reales, falsas, míticas… que se parecían más a las páginas amarillas que a un código secreto. El libro era el perfecto “El Quijote”, pero estaba fuera de su tiempo, aún tenían que llegar obras como “El Código Da Vinci” y… y un millón más que siguen siendo best-sellers. Y, claro, Eco perdió la batalla.

Yo no voy a dejar que me ocurra eso, así que en lugar de hacer un “El Quijote” sobre los vampiros, me voy a unir a esa fiebre, para ver si pillo algo.

Os dejo con mi primer capítulo de mi historieta: “El vampiro pragmático”.

CAPÍTULO PRIMERO

¿Cómo lo iba a explicar en casa?

Si su madre ya lo tachaba de vago antes de esto, no era difícil imaginar lo que diría cuando le viera activo únicamente de noche. No colaría decirle que no le podía tocar el sol. Además, luego quedaba por explicar lo de la sangre. Siempre que veía sangre se desmayaba... Si es que no había nacido para vampiro. Todo y que le insistió e incluso le suplico a la condesa, no hubo forma, ella estaba muy interesada en convertirlo en un espíritu de la noche y como estaba tan buena...

Luego estaba su padre, sin duda le hincharía la cara a hostias. “Ni vampiro ni leches” le diría sin contemplación alguna.

La inmortalidad, a priori, parecía muy guay y todo eso, pero como podría acabar sus estudios de ingeniería electrónica sin poder ser tocado por el dios Atón.

Estaba claro que tenía que encontrar una solución a todos aquellos problemas. Ciertamente siempre se le habían dado bien los problemas difíciles y, hasta la fecha, ningún reto se le había resistido, pero esto de ahora parecía diferente... o, tal vez... no. Pero la condesa tendría que ayudarle.

--Oye Chati, tú me has metido en este lío y tú me tienes que sacar.

--¿De qué vas mocoso?

--Antes de que tú insistieras en pegarme bocado e inocularme tu virus de la noche yo tenía una vida, ¿sabes?

--Ahora será más larga ¿De qué te quejas?

--No sé si será más larga ¿Los vampiros pueden morir “ahostiados”?

--Depende, si no caen de todo corazón sobre una estaca va a ser que no.

--Pues eso.

La vampírica mirada de la condesa se ablandó, le acarició el mentón y le preguntó que necesitaba.

--Necesito salir a la calle de día.

La condesa se atragantó con la copa de sangre de gorrión con la que estaba deleitándose.

--No sé porque me sorprendo todavía. Todos los arrepentimientos tardíos son por el mismo tema, pero, como me caes bien, te daré un nombre y una dirección.

El doctor Franzbauer también era un vampiro y un bioquímico de primera. De hecho sólo una cosa le separaba del premio Nobel... la sangre, pero no la que se bebía con fruición, sino la del temperamento tan irascible y la mala leche que se gastaba. Sin embargo, él era la solución, sólo era cuestión de unir fuerzas.

Bueno nos saltaremos el primer momento en que ambos se encontraron a las dos y media de la madrugada, por ser muy desagradable y grosero y empezaremos en esa interesante parte en que ambos empiezan a tener ideas algo más claras.

--Mira muchacho, la luz solar contiene tres tipos de radiación ultravioleta, la UVC entre 200 y 280nm y que, por fortuna, absorbe la providencial capa de ozono, sino adiós vida planetaria. La segunda y nuestra enemiga, es la que va de 280 a 320nm, la UVB. Mientras en los humanos es responsable del bronceado, en nuestro caso es la muerte. Concretamente, la parte que nos afecta esencialmente es la que va de 300 a 330nm, lo que ya entra en la UVA. La UVA se considera de 320 a 400nm, son los rayos ultravioleta de menor energía, pero que, incluso en los humanos, atraviesan la epidermis y alcanzan niveles dérmicos profundos, envejeciendo prematuramente y provocando los terribles melanomas.

--Así que nos tenemos que preocupar de las frecuencias que van de 300 a 330nm ¿por qué? ¿Qué sucede para que sean tan dañinos?

--La piel de los vampiros es diferente a la de los humanos normales. Como nuestros glóbulos sanguíneos, que contienen altos niveles de cromo, son mucho más grandes, los microcapilares están secos, eso hace que las capas externas de piel no puedan alimentarse debidamente y nuestra dermis superior está necrosada de una forma peculiar que la hace transparente, de este modo la radiación incide directamente sobre capas vitales.

--Si esa es la razón, podríamos darnos una sustancia que cambiara la transparencia de esa piel muerta por una cierta opacidad.

--Cierto, pero hay un problema. Siempre se ha relacionado a los vampiros, absurdamente, con los murciélagos por ese otro vampiro alado de esa especie, pero la realidad es que estamos más emparentados con los anfibios.

--¿Y?

--El fin de la microcapilaridad hace que nuestros órganos internos pierdan mucha eficiencia, de ahí que sólo podamos subsistir a base de alimentos esenciales como la sangre o la leche de cabra...

--¿Puedo beber leche?

--Solo de cabra. Pero volvamos al tema.

--¡Sí, profesor!

--Como iba diciendo, nuestros pulmones no son tan efectivos como antes, por eso la piel debe cubrir su déficit. Los poros se han anchado y profundizado, convirtiendo las glándulas sudoríparas en micropulmones directamente conectados a los vasos sanguíneos. Por eso los vampiros tampoco sudan, sin embargo podemos regular nuestra temperatura mediante esa respiración si buscamos lugares lo bastante húmedos.

--Es decir, que ahora soy una rana.

--Me parece, muchacho, que tu saliste rana hace mucho.

--Habla usted como mi padre.

--¡Dios, que cruz!

--¿Qué dice?

--No te preocupes, que lo de las cruces es un mito.

--¿Y el ajo?

--Huele mal.

--¿Y las estacas?

--¿Puede sobrevivir algún ser sin corazón o sin cerebro?

--¡Luego no somos inmortales!

--No, pero nos regeneramos continuamente para compensar nuestras deficiencias anatómicas, lo que nos da una posibilidad biológica de vida superior a los 10.000 años.

--Sin embargo, no podemos salir de noche... aunque aún no me ha aclarado porque nos podemos hacer opaca nuestra piel.

--Bueno, la cuestión es que todas las sustancias que he probado hasta ahora taponan los poros y debilitan nuestra respiración.

--¿Cuánto podemos sobrevivir con los poros taponados?

--En todo el cuerpo 30 minutos, en el 50% hasta seis horas. Podemos sobrevivir varios días al 30% y soportamos hasta un 20%. También hay que tener en cuenta que hay zonas más importantes que otras.

--Y si usáramos sustancias que la piel absorbe y se degradan, como muchas cremas solares.

--En nuestro caso, para que la piel las absorba, deben ser de moléculas básicas o de proteínas que se destruyan bajo efecto de la propia luz solar.

--Es decir, como la mayoría de cremas solares.

--Pero necesitaríamos un factor 100 para protegernos. Y eso no existe.

--¿Que tal un factor 30?

--Sólo duraría seis minutos a plena radiación, pero ¿y los ojos?

--Las gafas solares no son un problema para nosotros.

--Siempre que sean lo suficientemente oscuras... y eso se puede hacer polarizando la luz en pares. Creo que en un par de días tendré unas...

--Y yo creo que voy a llamar a casa para avisar de que no volveré en un par de días.

--¡No puede quedarse aquí!

--¿Tiene miedo a compartir su ataúd?

--No diga estupideces. Está bien, tengo una habitación de invitados en el sótano –a pesar de sus palabras, la voz del profesor no sonaba a resignación, pero el nuevo ya sabía que era un gruñón con un inmenso corazón de vampiro--. Creo que tendré que hablar con la condesa respecto a sus nuevos reclutas.

Esta es una obra de suspense, porque la voy a dejar en suspenso hasta que encuentre los siguientes capítulos y que aún no sé donde los puse.

5 comentarios:

Bolzano dijo...

ajajajaja, tiene muy buenos toques de humor vampírico.
Tienes que encontrar los siguientes capítulos o inventarlos de nuevos.
Es toda una tentación.

Sobre los cocodrilos: haz acertado. Es una metáfora de ciertos sucesos que han sucedido a mi alrededor en los últimos meses, y claro, cuando ahí una crisis pues te toca la fibra (llevaba dos semanas muy tranquilo, pero que le vamos a hacer. Tenemos que estar para lo bueno y para lo malo).

Saludos.

Elizabetha dijo...

Personalmente pienso que el problema no son los vampiros y otros seres de la noche, sino la degradación que se ha hecho de un mito y la poca originalidad de los autores a la hora de replantear una mutación, con sus consecuencias, y el dilema de la vida vs la muerte, que trae consigo disertaciones en torno a la supervivencia del ego, el deseo de eterna juventud, la acumulación de sabiduría, etc

En cuanto al relato, la parte científica me gusta, aparte de los puntos de humor que están bien. Además, después de dejarme engañar para ver la famosa "Crepúsculo" (se me ocurrió comprar la novela antes de que se hiciera famosa y no me la acabé), cualquier cosa me parece infinitamente mejor. ¿Cómo se les ocurre plantear un "vampiro vegetariano" que brilla cual árbol de navidad a la luz del sol y trepa cual mono por los árboles? Un protagonista sin dignidad y sin gracia ninguna, qué triste.

Me dan tentaciones de sumarme a la campaña anti-vampiros de nueva generación.

Víctor Morata Cortado dijo...

Qué bueno!!! Cómo lo disfruté!!! Espero con ansia los siguientes capítulos. Un abrazo.

Andreu Romero dijo...

Os odio profundamente. ¡Mis vampiros eran de nueva generación! (Es broma, os sigo queriendo ^.^).
Por un lado, Khamy, me has matado la idea de hacer una mega-crítica a los vampiros, como tenía planeado. Por otro lado no está mal, últimamente han sodomizado el tema de los vampiros hasta la vergüenza.
Podemos reírnos de los chupasangres en la literatura y el cine, pero por desgracia a los vampiros de carne y hueso del mundo real, a los gordacos con traje y corbata, que absorben el dinero a la masa tonta y humilde y que sólo piensan en cómo tirarse a la nueva y jovencita secretaria... No, esos no provocan risa. Ni nadie se atreve a clavarles una estaca donde deberían tener el corazón.
Ahora que lo pienso, Cervantes no habría hecho tanta chanza de las caballerías con un espadón en el pescuezo, ¿verdad?

Mimí dijo...

Espero los siguientes capítulos!!
Abrazotes.