viernes, 19 de diciembre de 2008

Cocaine decisions



Chop a line now...
Cocaine decisions...
You are a person with a snow-jon
You got a fancy gotta go job
Where the cocaine decisions
that you make today
Will Mean that millions somewhere else
Will do it your way

Cocaine decisions...
You are a person who is high class
You are a person not in my class
And the cocaine decisions
that you make today
Will mean nothing later on
When you get nose decay

I don't wanna know
'Bout the things that you pull
Outta your nose
Or where they goes
But if you are wasted
From the stuff you're stickin' in it
I get madder every day
'Cause what you do 'n' what you say
Affects my life in such a way
I learn to hate it every minute!

Cocaine decisions...
You are a doctor or a lawyer
You got an office with a foyer
And the cocaine decisions
that you make today
Will not be discovered till
it's over 'n' done
By the customers you hold at bay

Cocaine decisions...
You are a movie business guy
You got accountants who supply
The necessary figures
To determine when you fly
To Acapulco
Where all your friends go

Cocaine decisions...
We must watch the stuff you make
You have let us eat the cake
While your accountants
tell you Yes Yes Yes
You make EXPENSIVE UGLINESS
(How do you do it? -- Let me guess...)
Cocaine decisions...
Cocaine decisions...
Cocaine decisions...



Las “cocaine decisions” de Frank Zappa no nos daban miedo en aquellos tiempos. Eran decisiones que se tomaban lejos, que se vivían lejos y no nos afectaban… pero eso ha cambiado. En aquella época la “nieve”, como se conoce la cocaína en algunos ambientes, tenía un precio elevado y, salvo unos pocos hijitos de papa, con poco poder de decisión y menos ganas de hacerlo, eran muy pocos los consumidores de este estupefaciente en nuestro país. La cosa empezó a cambiar, durante los años ochenta, con la entrada de dos grupos nuevos de consumidores: la gente guapa de las revistas del corazón y lo yuppies. En ambos casos era la conclusión de fiestas desenfrenadas que extendían el horario de vigilia más allá de lo que el cuerpo podía aguantar. Mientras la gente guapa no tenía ninguna trascendencia más allá de las revistas del corazón, los yuppies empezaron a ser los responsables de las primeras “cocaine decisions”. Fue la era de los pelotazos, cuando se creó en nuestro país un nuevo mito sobre la riqueza, cuando se empezó a hablar en términos como “la edad a la que ganó su primer millón de dólares”. Los JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) eran realmente jóvenes avarientos sin principios que trabajaban duramente, estafando si era necesario, pero sin descanso. Estos nuevos valores de la economía furtiva, pasaban días enteros sin descansar y, para poder aguantar, esnifaban una cara raya que les mantenía despiertos, pero que alteraba su personalidad y, en último término, su percepción de la realidad. En esos estados alterados, estos individuos tomaban decisiones que afectaban a terceros y que, en muchas ocasiones, eran de una gran trascendencia, su mal percepción podía general graves daños: eran las “cocaine decisions” que habían llegado hasta nosotros.



Ya sabemos cómo terminó la era del pelotazo, pero las “cocaine decisions” no se terminaron ahí porque la droga siguió llegando y, cada vez, en mayores cantidades y precios más bajos. La nieve entró en los bajos fondos dónde fue un estupefaciente más, pero también escaló por las paredes de los castillos empresariales y, lo que es peor: entró en los parlamentos.


Todo son rumores, nadie da nombres, pero las “cocaine decisions”, según los periodistas, pueden estar gobernándonos. Nos dicen que los lavabos de las cortes y el senado están llenos de esa droga. Nos cuentan que el 80% de los billetes de 50€ tienen restos de “coca”. No hay duda de que en el parlamento se debaten ideas y se toman decisiones bajo la alterada percepción de un estupefaciente… ¿A nadie le asusta? Parece que a los periodistas no, porque afirman conocer a políticos consumidores y no son capaces de divulgar sus nombres para que nos podamos librar de ellos.


En los últimos tiempos el panorama deportivo está lleno de escándalos por consumo de drogas que acaban en brutales sanciones para los infractores. A nadie le parece mal, de hecho valoramos la limpieza de esas sustancias en la competición deportiva, sin embargo, el infractor sólo provoca daños irreparables a su persona, en cambio los políticos…


¿No sería lógico y necesario, crear controles de doping en los parlamentos, ayuntamientos, senado, juzgados, gobierno… para asegurarnos la limpieza de los poderes que nos afectan?


¿Deberíamos empezar a coger firmas?

1 comentario:

Andreu Romero dijo...

Es por eso que Fraganstein se conserva tan bien? Es por eso que la boca de Bono se ha convertido en un fachorro vertedero abierto las 24 horas, llena de santas maravillas e hijos de puta de propio partido?
Será la nieve la culpable del melenazo de Ánsar?
Porque la foto de las Azores está claro que fue producto del consumo excesivo de Ribera del Duero xD.