
Acaban de felicitarnos las fiestas y ya tenemos otra en el saco.
Hace unos meses León de la Riva, sobre el nombramiento de Leire Pajín como ministra de sanidad, dirigió a los medios de comunicación unas sorprendentes palabras más propias de un prostíbulo de baja estofa que de la casa de la ciudad que comandaba. Como es lógico esas palabras tuvieron repercusiones que incluían muchos reproches de personas de su propio partido, el PP. Y eso en un partido donde la autocrítica no se considera algo saludable. Claro que hay que decir que su asimétrico líder esta vez tampoco dijo esta boca es mía. Posiblemente bajo esta última premisa y en base a unos supuestos SMS que nadie vio, del líder del partido y del alcalde de Madrid, señor Gallardón, apoyando al vallisoletano, de la Riva pasó de puntillas por el apartado disculpas. Al menos en un primer momento. Tiempo después, en incursión telefónica dentro de algún programa de radio, amplio algo más lo que él entendía como disculpas, pero sin llegar a reconocer plenamente su mala actuación. Después si manifestó su molestia cuando la ministra de cultura le negó la palabra durante unos actos culturales en su ciudad.
La cuestión es que, como viene siendo costumbre en el PP, parecía que el echar tierra al asunto parecía haber dejado olvidado tan lamentables declaraciones y posteriores zigzagueos de este individuo. Pero mira por dónde que don León sale de nuevo a los medios de comunicación haciendo un lamentable balance navideño con alusiones a sus groseras palabras presentándose él como víctima. Si una cosa dejó clara hace muchos años Blas Pascal es que uno debe ser responsable de sus palabras: “si no quieres que lo digan, no lo hagas”. Pero León lo hizo… hizo unas declaraciones ignominiosas y groseras de marcado carácter sexual sobre la nueva ministra. ¿Y ahora resulta que el alcalde es la víctima?
Lo peor de todo esto es que afirma que esto le favorecerá en las urnas. Esperemos que se equivoque con rotundidad, porque si Valladolid lo acepta de nuevo como alcalde sólo querrá decir que es una ciudad que merece ser borrada del mapa. Sin embargo creo que los vallisoletanos son más inteligentes que todo eso y las declaraciones del actual alcalde son simple producto del consumo de drogas psicotrópicas. Para quien aún tenga dudas sobre si es la ciudadanía o es el político, esperen a las municipales y tendrán la respuesta. Ustedes ya conocen mi apuesta, y por el bien de lo que queda de este país espero no equivocarme.
Imagen del alcalde de Valladolid en los toros y con alguna Botella de más tomada de http://karcomen.blogspot.com