viernes, 12 de octubre de 2007

El rey frente al 12 de Octubre



Se ha dañado a la casa real, pero no culpéis a unos pocos ciudadanos que quemaron fotos de los monarcas. Ellos llevan mucho tiempo siendo contrarios a la monarquía y nunca ha supuesto un problema pare ella. Tampoco hay que culpar a un semanario satírico que se rió, con las caras de los príncipes, de las nuevas leyes de apoyo a la natalidad, la pluma y la risa si son fuertes, pero las togas judiciales pueden determinar, mejor que nadie, que corre peligro y que no. El secuestro de “El Jueves” abrió la discusión sobre lo que es libertad de expresión, sobre todo cuando cada día la cadena COPE lanza sus diatribas pseudofascistas al viento sin reprobación judicial alguna. Eso dolió y la imagen de nuestros jueces, ya deteriorada por su connivencia con la derecha españolista, cayó a sus niveles de credibilidad más bajos de la historia. También se había abierto la brecha de la casa real, el juez Olmo había dejado a la casa real con el culo al aire al secuestrar la publicación. Hubiera podido multar a la editorial y todo hubiera quedado ahí, pero el secuestro abrió una brecha que siempre ha existido.


Cuando en 1978 se aprobó la Constitución los españoles no tenían otra alternativa y, en esa Carta Magna, la monarquía era la cereza. En pos de la democracia la familia real, como otras cosas, fue tolerada y se enquistó como tabú de nuestro sistema. La monarquía nos protegió del golpe de estado el 23-F, o esa es la imagen que tenemos, por ello, a pesar de la tardanza en tomar el título de Conde de Barcelona y también a pesar de decir alguna inconveniente falsedad como negar la persecución del catalán, don Juan Carlos es tolerado. La quema de su foto es reprobada por la gran mayoría de los catalanes. Sin embargo, la actuación del juez Marlascas pone otra vez en el disparadero a la familia real convirtiendo la quema de fotos en una caza de brujas.


Con todo este ambiente el Fede, santo varón de la COPE, suelta una nueva arenga… anti monarca. La derecha aprovecha el momento para hurgar en la monarquía, sólo que sin el peligro de que ningún juez les ponga una barrera.


Finalmente Mariano Rajoy, como si del monarca se tratara, se graba un video invitando a “los españoles” al día de las fuerzas armadas. Unos “españoles” que rompen el acto en honor a las víctimas de las misiones en el extranjero para abuchear al presidente del Estado que acompaña al Rey, verdadera figura, junto a las familias de los finados, de ese acto.


Sólo le falto a don Mariano pisar la banderita que portaba, porque el rey, en la recepción y besamanos que siguió al desfile le hizo saber con si poco habitual frialdad, su malestar con indecente actuación del PP. Podemos dar gracias de que no se hayan registrado víctimas, pues al ser pocos y cobardes, los fachas, aún inflamados por los ánimos del PP, no han sido capaces de nada más, pero no siempre habrá tanta suerte. Quien acostumbra a jugar con fuego al final se quema.


Y ahora, después de esta función, corramos un estúpido velo, que no vale la pena ni sacar conclusiones, Que aquí no hay buenos y malos, tan sólo malos y peores.

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