domingo, 3 de octubre de 2010

El pez mamón: el zoarcillo del norte.


Cuando los ojos de la ciencia están entretenidos en el supuesto descubrimiento de una nueva Tierra más allá de nuestro sistema solar, casi pasa desapercibida una noticia que si resulta una novedad. Porque hay que recordar que el citado planeta ya fue encontrado hace algún tiempo, lo que se ha hecho ahora ha sido redefinir sus características a un parecido mayor con nuestro planeta… cuestión de telescopios.

La noticia que se nos está perdiendo de vista apantallada por esta es la del descubrimiento de un pez que mama. Sí, lo he dicho bien: pez. No estoy hablando ni de delfines, ni ballenas, ni nada por el estilo, sino del “zoarzes viviparus” (pez zoarcido) del Atlántico Norte europeo, Mar del Norte y Báltico. Aunque la noticia ha sido publicada muy recientemente en “The Journal of Experimental Marine Biology and Ecology” ya ha trascendido por capilaridad de medios hasta el punto de que la mismísima wikipedia ha actualizado la información sobre este animal. Existen más variedades de esta especie, como el “Ophthalmolycus macrops” de las costas de Chile, aunque este fenómeno no se ha hallado, por el momento en ninguno de ellos.

Aunque es lógico, dado que el descubrimiento ha sido totalmente accidental por parte de biólogos de la Universidad de Copenhague. Y la cuestión es complicada dado que ese amamantamiento tiene lugar antes de “parir” a las crías. De todas formas este descubrimiento no va a variar la clasificación animal, dado que los pequeños zoarzidos no se agarran a unas ubres internas sino que su mamaíta se las apaña para pasarles nutrientes a través de los folículos ováricos. Estos folículos son unas estructuras celulares de los ovarios cuya activación, hasta ahora, les hacía convertirse en óvulos, pero en este pez también han adquirido la capacidad de ser suministradores de proteínas, ácidos grasos, glucosa e incluso oxígeno a unos embriones que aún no han salido al exterior del vientre de su madre después de agotar el alimento de su saco gestacional. Parece que este alimento es más elemental que la leche de los mamíferos, pero tampoco sería el preparado sanguíneo con que la placenta suministra a los fetos de los mamíferos a través del cordón umbilical. Así esta secreción, a nivel conceptual, sería algo intermedio.

El zoarces deja salir a su prole, de entre 30 y 400 crías vivas, todavía en invierno, sin embargo ya están perfectamente preparadas para la supervivencia. Como comenta el profesor Peter Skov (colaborador del descubrimiento) en el artículo de Miguel Artime de Yahoo, los embriones maduran en un útero junto a esos folículos. Cuando los embriones agotan sus reservas ponen su boca, cada uno en un folículo. Allí fue donde los encontró el Skov cuando diseccionaba una hembra embarazada.

Este zoarcido del norte no es un pez pequeño ya que los machos pueden llegar al medio metro de longitud y medio kilo de peso. Cuando los embriones salen definitivamente al mundo su tamaño es de 35 a 55 milímetros.

La dieta de este pez es variada y ofrecida por las variedades precosteras de animales, especialmente no peces. Y tiene en la foca de Groenladia uno de sus más distinguidos depredadores.

De todas las imágenes que recorren internet de este pez, he elegido la fotografía de Inge Lennmark para http://sustainability.formas.se pues creo que es la que da una dimensión más real a este curioso animal.

Fuentes: Sustainability, Wikipedia, Yahoo Noticias, Enciclopedia Animal de Félix Rodriguez de la Fuente, Diccionario Enciclopédico Salvat, “Wild Life” Carl Eisemberg, SeiELO Chile y www.fishbase.org

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