sábado, 7 de marzo de 2009

Me llamo Ismael... y los libros son de miel...



Antes de empezar pido disculpas por mi alargada ausencia de la güe, pero ahora no cuento con el tiempo que necesito. Le debo, en estos momentos, a Víctor Morata Cortado, el premio “Olha que blog Maneiro!”, ver “Mentecreativa”. Por ello le doy las gracias y prometo que, en breve, en cuanto disponga del tiempo necesario, procederé con el protocolo que ese premio supone y otorgaré el mismo a los diez blog’s que más me han impresionado. Entre tanto aquí está el artículo que llevo más de tres semanas preparando y ya no podía demorar más.



“Llamadme Ismael…”, pero no contento con deleitarme en privado con la historia de amistad entre un mahorí y un protagonista que deja de serlo cuando Acab y la ballena blanca entran en liza, le leí esta historia a mi hijo, de noche en noche, como un cuento, para su fascinación. Personalmente me pareció más aburrido “El guardián entre el centeno” y muy poco instructivo, aunque era mucho más breve. Creo que esa brevedad es lo que ha hecho de ese libro una obra tan importante. Lo mismo que sucede con “El viejo y el mar”, ¿no son mejores el “Adiós a la guerra” y “Por quién doblan las campanas”?


Respecto al “Caballo de Troya”, cuando lo leí me quedé horrorizado pues soy un forofo de la SF y no hacía ni una semana que había leído otro libro de los años cincuenta con un viaje al pasado de casi idénticas características… ¿casualidad o plagio?


Personalmente me reí mucho con Gurp, me pareció muy flojo “El caballero de la armadura oxidada” y en cuanto a “El Ocho” fue uno de esos libros que te apena terminar porque ya le has cogido cariño después de semanas acompañándote en los transportes públicos.


Por cierto, “La conjura de los necios” sí me parece algo sobrevalorado y muy aburrido. También hay libros que debería haber leído y preferí ver la película: “Matar a un Ruiseñor” me pareció… entretenida, “La gata sobre el tejado de Zinc” fascinante. Pero no sigamos por este camino porque cine y literatura no son lo mismo; como ejemplo “El Doctor Zhivago” ,cuya película es una obra maestra y el libro un tostonazo de los que hacen época… y la hizo


A pesar de lo que dije ya una vez, sí voy a entrar en ese juego y daré mi lista de libros sobrevalorados y, espero, que nadie se eche las manos a la cabeza:


--“El Quijote”: creo que la esencia de la historia perdió su valor cuando concluyó la época de su crítica. Es decir, aquella en que se leían historias de caballerías y en lugar de caballeros con armadura, las calles estaban habitadas de pícaros con viruelas.


--“Ulises”: para algunos no hacen falta comentarios y para otros un sacrilegio. Ojalá estuviera aquí alguien con la sinceridad de Pepe Rubianes para comentarlo. Yo me inhibiré cual un Garzón frente a un aforado.


--“Los siete pilares de la sabiduría”: alguien lo aconsejó por la radio y yo… Cuando quieras leer algo ve a la librería, lee lo que pone en las tapas y échale un ojo al primer capítulo. Si hubiese seguido esta norma me hubiera ahorrado algún dinerillo.


--“El manuscrito carmesí”: No conseguí acabarlo, el aburrimiento me termino por vencer.


--“Historia del Tiempo” (Stephen W. Hawking): Supuestamente es un libro de divulgación científica que debe alcanzar a personas poco versadas en esos temas y, sin embargo, aún teniendo una formación científica, tuve que consultar otros libros para comprender completamente de que hablaba.


--“Tropas del Espacio”: Para algunos es una de las grandes obras de la ciencia ficción. Para mí un aburrido relato de guerra donde al autor se le ha ido tanto la olla inventando que, por un poco más, lo ha convertido en SF.


En general todos los libros clásicos anteriores al siglo de Oro. Su lenguaje está tan alejado del nuestro que debería hacerse una traducción al castellano de nuestros días para poder apreciar esas obras adecuadamente. Es un crimen hacérselas leer a un estudiante porque en lugar de apasionarlos por la lectura, consiguen aterrorizarlos ante ella.


Y, cómo no, Cesar Vidal… “quién mucho abarca poco aprieta”. De verdad se esperan que, alguien que publica casi mensualmente, pueda hacer algo decente. Si tanta sed tienen de leer cosas escritas rápidamente, les aconsejo a Corín Tellado y a Marcial Lafuente Estefanía, por lo menos eran profesionales en este campo y daban de sí lo mejor que se puede dar en esas circunstancias. De hecho se está reeditando ahora la obra de Don Marcial que, para los que no lo sepan, se molestó en visitar la América que dio lugar al Far West, lo que da más realismo a sus novelas. Ojalá el tal Vidal se molestara en sacar su cuello de la COPE para visitar la historia de la que se permite hablar.


“Crepúsculo”: lo mismo daría que el libro (o la saga) se llamara opúsculo, ósculo o culo a secas. Gracias a sus vampiros ñoños y otras sagas e historias en A+, está llegando el momento de que Don Quijote cambie el rucio por una capa negra y la lanza y la armadura por unos colmillos postizos. “Estimado Draculote, te espero en la playa de la Barceloneta”.


Y puestos a hablar mal hablemos también bien. Esta es mi lista de libros aconsejados. Esos que pueden hacer que un adolescente se aficione por la lectura. Bueno, como se trata de aficionar a la lectura omitiré aquellos cuya lectura después de ver la película le hacen perder toda su gracia, como la saga de Harry Potter, pero mantendré aquellos que permitan descubrir más cosas a pesar del film.


Para empezar daré tres libros que el sistema de enseñanza acogió con acierto como lectura optativa para estudiantes:


--“La inquietudes de Shanti Andía” de Pío Baroja.


--“El misterio de la cripta embrujada” de Eduardo de Mendoza.


--“El Dr. Jekyll y Mr. Hyde” de Robert Louis Stevenson.


Si te va la historia y estás ya muy metido en el tema de la lectura, hay dos libros de un considerable tamaño que te pueden interesar:


--“Shogun” de James Clavell. No te desesperes, aunque hayas visto la serie con Richrad Chanverlain, el libro aún guarda muchas sorpresas que lo harán atractivo.


--“Hawaii” de James A. Michener. Aunque en algunos momentos puede ser algo pesado descubres una realidad fascinante.


Hay libros que son clásicos y no se sabe por qué hasta que los lees:


--“Viento del Este, viento del Oeste” y “La buena tierra” Pearl S. Buck. Si bien todos los libros de la autora tienen un encanto especial, estos dos tienen suficiente material, sin tener que escarbar en sus palabras, para quedarte pegado a sus páginas.


--“Fundación e Imperio”, “La Fundación” y “Segunda Fundación” de Isaac Asimov. Sólo después de haber leído estos tres libros sabrás si te gusta la Ciencia Ficción (SF). Si la respuesta es positiva te daré una lista de más de treinta títulos para que empieces a disfrutar, pero no empieces la casa por el tejado porque puede ser muy decepcionante.


--“La pirámide asesinada”, “La justicia del visir” y “La ley del desierto” de Christian Jacq. Y Egipto se hizo ante nosotros. El autor ha escrito otras grandes novelas ambientadas en el antiguo Egipto, pero esta trilogía me sorprendió por su originalidad.


--“El Médico”, “Chamán” y “La doctora Cole” de Noah Gordon. Parece que los grandes libros van de tres en tres, aunque sólo es casualidad porque estos tres libros difieren tanto en el tiempo y la forma, como para considerarse independientes, sin embargo hay un nexo que aumenta su valor.


--“Antaviana” de Pere Calders. En su día se editó en varios idiomas cuando la obra de teatro de Dagoll Dagom obtuvo un gran éxito. Por cierto, uno de los actores principales de la compañía, en aquel entonces, era Pepe Rubianes.


--“Canción de hielo y fuego” de George R.R. Martin. Si tienes más de 18 años y te gusta leer literatura fantástica, pero la saga de “Crepúsculo” te parece ñoña y peñazo (y alguna otra “ñ” que no nombraremos), esta puede ser la salida. Por ahora el autor nos lleva endosados cuatro volúmenes monstruosos y está a punto de salir el quinto. Según el autor serán siete, pero yo tengo ms dudas de que pueda acabarlos porque en las últimas entrevistas se le veía bastante hecho polvo y… como sea otro el que los acabe, no va a ser lo mismo. Después de permanecer secuestrado durante cuatro macrolibros, el síndrome de Estocolmo hace que sientas lástima por la desaparición del más abyecto de sus personajes.


--“Olvidado Rey Gudú” de Ana María Matute. ¿Cuento?, ¿fantasía?... La autora aúna varios géneros, primero, en apariencia, para desmitificarlos o reírse de ellos, pero conforme entra en la historia se va sintiendo tan a gusto que crea un mundo extenso, fantástico y definido que pasaría perfectamente por una historia amable dentro de la “canción de hielo y fuego”, pero más literaria y menos psicológica. El libro también es para personas que ya aman la lectura porque son novecientas páginas o más.


--“Historia de Roma” de Indro Montanelli. Un libro de historia, sobre todo si no te interesa el tema, puede ser un somnífero de los que necesitan de una prescripción médica. “Historia de Roma” no, pero, tal vez, descubras el insomnio por humor… buen humor. Montanelli nos descubre en aquí, como en otros de sus libros, que hay otra forma de explicar la historia más atractiva.


--“El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder. Si Montanelli introducía la historia por el humor, Jostein Gaarder introduce la filosofía por la imaginación. Hace unos años detuvieron a un terrorista muy sanguinario cuando estaba leyendo este libro, pero creo que no era verdad porque no aprendió nada de él y “El mundo de Sofía” es tan ilustrativo que ese hecho lo haría imposible.


En fin… Tengo más libros para aconsejar y para denostar, pero para una sola tacada ya son muchos… demasiados. Así que vamos a dejarlo aquí.


Sí, ya sé que para algunos las explicaciones y razones aquí expuestas no son nada técnicas, pero es que yo soy un lector y no un crítico. No me imagino leyendo un libro con un ojo semicerrado y diciendo chorradas como: “este personaje no tiene dimensiones”, “la historia es rápida pero carece de figuras literarias que le den envergadura”… ¡Anda ya! Que cuando uno lee un libro debe disfrutar y, si al llegar a la página cien, aún no le ha dado una satisfacción, abandonarlo. Pero no opines antes de acabar o abandonar, momento en el que podrás decir si te ha gustado o no (no vale decir lo dejé en la página 99 pero me gustó mucho).


Para acabar quiero insistir en el hecho de que leer por obligación, como sucede en nuestras escuelas, puede ser muy frustrante, por eso deben adecuarse muy bien los libros a la edad mental de los alumnos. Es importante que todos salgan de las escuelas con amor por la lectura y les puedo asegurar que Alfonso X, por muy sabio que fuera, no ayuda en nada a ese fin. Ya sé que en todas las clases existe el futuro filólogo que se come los incunables con patatas, pero lo que importa es que, tanto físico nuclear, como el basurero del barrio, puedan disfrutar, mañana, de un buen libro.

3 comentarios:

luis dijo...

Recoge tu merecido Premio en mi blog.
PAZ

Marta Abelló dijo...

Excelente post. Estoy de acuerdo con muchos de tus libros sobrevalorados y con los totalmente recomendables (en especial los de Pearl S.Buck). Cierto es que la literatura del siglo de oro no ayuda en nada a amar la lectura, pues son lecturas que quizás se aprecien años más tarde, no con quince años.
¡Un saludo!

AUTOR DE LA PIEDRA HABBAASSI dijo...

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