Mostrando entradas con la etiqueta ejecutivos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ejecutivos. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de octubre de 2010

¡Esto se acaba!

La huelga general del día 29 ha quedado atrás. Los sindicatos dicen haber triunfado. El gobierno prefiere afirmar que reinó el civismo. Los partidos anti trabajadores o neoliberales (PP, PNV, CiU, etc.) afirman que ya no hay vuelta atrás y alguno aún critica al gobierno a pesar de que se ha bajado los pantalones bien a su gusto. Pues a mí todo eso me importa un rábano. Yo no hice la huelga para sumarme a una cifra inútil. No hice la huelga para que el gobierno le dore ahora la píldora a unos sindicatos que no me representan. No hago la huelga por una palmada en la espalda y, el que crea que esto se ha acabado aquí, lo lleva claro.

En Barcelona, dicen las noticias, unos antisistema se enfrentaron a la policía. Algunos medios especifican que no se trataba propiamente de antisitema sino de delincuentes habituales que aprovechaban las “infraestructuras” de estos.

¿Se han vuelto todos locos?

Entre tanto, las empresas que compran y venden el prestigio financiero, le han quitado puntos a la fiabilidad de la deuda española. Para eso sirve, señor Zapatero, besarle los culos a los líderes financieros.

Cada uno ha usado esta jornada de huelga para lo que le ha venido en gana y todos han dejado de lado otra realidad que está creciendo muy al fondo de la sociedad, pero que ya empieza a asomar sus gritos: ¡Esto se acaba!

Cada vez hay más delincuentes y antisistemas, en más lugares, que aprovechan cualquier celebración para armar la gorda sin aparente objetivo. Cada vez hay más locos que cogen un arma y se lían a matar inocentes. Cada vez hay más pirados, más tarados, más fanáticos, más presentadores televisivos que mean fuera de tiesto… Nadie se da cuenta de que cada día hay más frustración porque algunos viven cada vez mejor y todos los demás peor, y puestos a disparar es más fácil apuntar a un vecino desconocido que va a representar, en su imaginación, a ese represor que sigue chupando su sangre.

En Barcelona cierran una factoría de Nestlé y abren varias líneas de producción en la de Guadalajara y un jefe de esta última factoría se alegra públicamente sin percatarse del significado de ello. El tonto jefecillo se erige, sin sentido, en un blanco para las iras de unos agraviados que olvidan cual es su verdadero enemigo.

Los catalanes y los vascos son insultados porque un partido político heredado del franquismo, así lo ha facilitado, y cuando estos pueblos intentan reivindicarse, los “sinrazón” irrazonables se inventan un boicot a los productos catalanes.

Siempre mordemos a nuestro vecino y dejamos que el de arriba se escape, pero ya hemos empezado a matarnos entre nosotros y los amos se ríen.

Cuando hace 20 años le planté cara a los sindicatos por su falta de visión, reaccionaron atacándome a mí como no eran capaces de hacerlo a sus verdaderos opositores. Veinte años sirviendo ideas que actualicen las herramientas de los trabajadores sin escuchar. Los sindicatos se aburguesaron y ahora toda la sociedad pagaremos con el retorno a los tiempos de la revolución industrial. Pero ahora no sufrirán sólo los empleados fabriles, ahora sufrirán, médicos, técnicos informáticos, abogados de segunda… empleados y técnicos en general que les ha llegado el momento de postrarse al régimen de los grandes ejecutivos. Algunos han tenido la poca cabeza de convertir sus ahorros en acciones de esas empresas y aún se subordinado más a la opresión del sistema. Porque esta nueva élite no responde ni ante clientes, ni accionistas y menos aún los trabajadores. Estos nuevos daimios o señores feudales sólo rinden su espada ante otro señor que tomará su puesto y su empresa para proseguir su explotación.

El neoliberalismo ha matado los mercados, ahora sólo existen feudos. Y la masa de siervos y esclavos lucha por un sofá, un televisor, una salida al cine… si tiene la suerte de ser útil, porque si no lo es su lucha será por un cantón de pan duro, o un asiento en una patera rumbo a otro feudo lejano.

Y entre tanto nos venden pipas, kikos, religión, política y sindicatos. Como si pudiéramos elegir algo más que la mierda que rellena nuestros platos.

Pero “esto se acaba”. Se escucha un grito que sale del fondo de los más profundos agujeros. Un grito de personas que, siendo capaces de pensar, ya no aguantan más. Ellos saben dónde está el problema. Y si no, tampoco importa, porque el grito crece y lo alcanzará todo: ¡Esto se acaba!

Si los neoliberales no empiezan a rectificar en todo el mundo su sistema ya no se sostiene. El Antiguo Régimen cayó con la Revolución Industrial, desde entonces son muchos los que han intentado regresar a aquellas cuotas de poder despóticas. Bien, ya las han alcanzado y superado, ahora, cada vez que nos aprieten un poco más las tuercas a todos, sólo están acortando el tiempo que les queda. ¿Cómo llegará su final? Eso es algo que aún no se sabe porque de ellos depende. Yo les pido que sean racionales, porque esto que llega hará malos a los más inocentes, como ya ha pasado muchas veces a lo largo de la historia.

¡Esto se acaba!

Imagen tomada de lacomunidad.elpais.com

viernes, 13 de febrero de 2009

Han despedido a Aznar... ¡Que pena!


La foto ha sido tomada de la web de el periódico “Público”, pero seguramente debe ser de archivo porque con el disgusto del despido ahora debe estar mucho más… desmejoradito.

A Aznar le han rescindido un contrato de empleo en una de esas, por él halagadas, empresas privadas. Concretamente de la asesoría de un fondo de inversiones de capital riesgo. Ahora ya no podrá comprarse aquella casita tan cuca de Miami y que le hacía tanta ilusión. Pero no importa, son cosas de la crisis y no por ello va a perder su fe en el neoliberalismo económico. Después de todo aún puede disfrutar de su apartamento en Marbella.

En fin, que el Chemari ya tiene la experiencia que le faltaba (no considera despido la derrota en las elecciones del 2004 porque él ya se iba… sólo pasaba por allí). Y con esta valiosa experiencia, ahora ya puede afirmar sin temor a equivocarse (antes también podía pero le hubieran podido decir que se equivocaba), que los trabajadores de este país son unos llorones, que hay que abaratar los despidos y que nadie sufre tanto como él. Porque esos empleaduchos sólo dejan de cobrar unos pocos miles de euros al año, pero el va a dejar de percibir un puñado de ceros en su cuenta… Y es que los obreros son muy poco solidarios.

***** ***** *****

Si no había bastantes tragedias con el triste despido de José María Aznar, el presidente del banco de España se ha dado a escampar sus mensajes conciliadores y su gran solución a la crisis: eliminar las indemnizaciones por despido. Brillante lumbrera, claro que hace un par de días, el presidente de “Foment del Treball”, Joan Rossell, se manifestó en términos similares.

La especulación abierta por las fórmulas de beneficio neoliberales nos han abocado, nuevamente, a una crisis brutal y pretenden aplicar soluciones neoliberales para sacarnos de ella… ¿Para sacarnos de ella? Más bien parece que lo hacen para tomar el poco dinero que ha quedado y salir cagando leches.

Pero en lo de abaratar los despidos para solucionar la crisis… tal vez no estén tan equivocados, aunque el error esta en las personas a quien pretenden aplicárselo. La actual crisis amenaza a nuestro país en la forma del desempleo, se debe frenar la destrucción de este y generar nuevo al tiempo que se recupera el consumo. Si nos fijamos en la enorme cantidad de ejecutivos inservibles que tienen todas las empresas y cobrando unos salarios con los que se podrían sustentar miles de puestos de trabajo productivo ya vemos por donde hay que cortar. Pero esos ejecutivos acostumbran a estar blindados. Mientras a un obrero productivo se le manda a la puta calle pagándole un máximo de 45 días por año trabajado, a estos vampiros empresariales no se les larga por menos de 1 año por cada 45 días trabajados… y eso a sueldos que harían ruborizar al mismísimo Rockefeller . No hay más que ver los casos del señor Zaplana que se ha agregado a la nube ejecutiva de Telefónica por millón y medio de euros anuales (Y está metido en otra media docena de empresas en condiciones similares), sólo por sentar su orondo culo en un sillón un par de días al mes. O que me dicen del caso de Pizarro que, en la misma empresa, por unos pocos meses, en los que no aprendió ni a descolgar un teléfono, arrasó con 10 millones de euros. Con ese dinero se hubieran podido mantener cerca de 200 empleos de alto nivel durante un año. Si pensamos que entre amiguitos políticos, amiguitos de los accionistas mayoritarios, amiguitos de las instituciones internacionales, amiguitos de los amiguitos y otros rellenos varios, se podría cuatriplicar la plantilla de esa empresa y renovar toda su estructura tecnológica. Pero como hay crisis, se corta por lo sano, se despide gente a cargo del erario público y se reducen gastos en las áreas productivas, entre tanto, los ejecutivos, ajenos a la crisis, pueden seguir consumiendo… los recursos de todos los españoles.

Y las demás empresas del país, bancos incluidos, lo mismo. Al presidente de banco de España, por supuesto que también.

Salir de la crisis es muy fácil… ellos ya han salido.