domingo, 17 de junio de 2007

Mentiras



Mentiras





La historia la escriben los vencedores, pero la leen los vivos. Cuando los vencedores mueren deben hacerlo con sus mentiras. En nuestro país los muertos se resisten a ser enterrados. Franco todavía escupe veneno al pueblo español donde su mausoleo del Valle de los Caídos, anacrónica y faraónica desdicha que el dictador construyó con el beneplácito de una iglesia católica que se convirtió en un poder más contra el pueblo sufridor.
Hoy, más de treinta años después de la muerte de Franco, se debate la ley para la recuperación de la memoria histórica nacional. Una ley que invalida los juicios arbitrarios del régimen del infame general, pero una ley que no califica como terrorista a un régimen que, ya acabada la contienda bélica, mató a más seres inocentes que mil ETA's.
El tiempo tapa mejor que la tierra, pero aún así los huesos asoman entre las arrugas del suelo. La lengua cambia su significado, pero solo si nosotros queremos. Hoy escuchamos libertad en la boca de quienes nos la arrebataron y no se refieren a lo mismo. Ellos hablan de una libertad, que cuando la gozaron, fue el origen de nuestras cadenas. Ellos hablan de asesinos y terroristas y mientras tanto, nuestros padres y nuestros abuelos, cuyo único delito fue el de ser pobres e intentar discrepar, se remueven en alguna tumba olvidad. A ellos se les llena la boca de España, pero fueron ellos los que pusieron un arma la sien de su pueblo.
Que no nos engañen, recuperar la memoria es importante, pero no dejar que modifiquen el lenguaje aún lo es más.

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