martes, 3 de abril de 2012

Solo saldremos de la crisis por encima del cadáver de Rajoy



Para decir,  después de 100 días, que  ya sabemos que él y su equipo son unos inútiles, no hubiese hecho falta la entrada de un blog. Nadie con dos dedos de frente esperaba nada, o por lo menos nada bueno, del señor Rajoy. Y a pesar de ello, ha sido capaz de sorprendernos desagradablemente. De lo único que no se le puede acusar es de no haber trabajado, pues hace falta mucho movimiento para alcanzar tal grado de desastre en tan poco tiempo. Porque si bien es cierto que es más fácil destruir que construir, el equipo económico de Rajoy ha conseguido soterrar el edificio de nuestra economía hasta los mismísimos cimientos… y le han bastado 100 días. No conforme con ello, ha dejado en manos de Gallardón y Wert un par de trabajitos que han terminado de culminar un perfecto tsunami en nuestra sociedad. Nunca tan pocos lo habían hecho tan mal, en tan poco tiempo y perjudicando a tantos.
Hasta aquí nada que no supieran ya. Sin embargo, hace unos meses, desde este mismo blog les dije que yo podía sacar a este país de la crisis  en solo 9 meses. Pues bien, ahora ya no es así. Tal es el grado de deterioro generado por el equipo de suma incompetencia de don Mariano, que ahora harían falta más de dos años. Cuanto más se profundice en las medidas neoliberales, más grande será el daño a las estructuras económicas del país. España estaba en el punto límite de producción industrial y hemos dejado que este gobierno deje escapar los últimos asideros. Por otra parte están actuando contra los empleados del sector servicios cuando en este sector hace falta mucha más protección a sus trabajadores dado que sus empresarios siempre han sido unos abusones y muy dados a la competencia desleal aprovechándose del factor humano.
El otro punto básico, sin pormenorizar, del desastre económico de Rajoy, estaría sintetizado en un dicho popular: “desperdiciadores de harina, recogedores de salvado”. España necesita una inyección de dinero y a nadie se le escapa que existe un fraude que suma varias veces la cantidad necesaria para salvar al país. La idea de Rajoy es desperdiciar todo ese potencial por un puñado de euros ya que la amnistía fiscal, tal y como la ha establecido, libra a los infractores hasta del pago normal de impuestos. Así mismo les da demasiado tiempo para acogerse y no les pone como contrapartida un endurecimiento de las penas por ser pillados en el desempeño de sus labores fraudulentas. Eso en sí ya sería penoso, pero solo es el desperdicio de la harina. Para compensar ese mismo gobierno “ecuánime donde los haya” lanza una brutal y desmedida campaña para interceptar el fraude del paro… es decir buscará aquellos parados que cobren la prestación y hayan logrado algún tipo de limosna alternativa para completar la cuenta que les permita llegar a fin de mes… Y prometen ser implacables… con los pobres. A esto nos referimos con lo de recoger el salvado. Este gobierno deja caer por la borda lo que nos puede ayudar a salir de la crisis y presiona y extorsiona a los que nada tienen para que paguen el desaguisado. Está claro que así no saldremos de la crisis.
En 1929 empezó otra crisis de un calado similar. En EE.UU. el presidente Hoover intentó salir de ella con medidas muy similares (incluso eran aquellas más justas), pero de la crisis se pasó a una inmensa depresión que se extendió por todo el mundo. Fue aquella la primera crisis global y el aviso de que nuestra economía dependía mucho de la norteamericana. Con todo, aquella crisis siguió manteniendo su peor cara en Norteamérica. Las medidas típicas para salir de una crisis típica, sin embargo, no sacaron al gigante del agujero, porque los recursos de los que esas medidas estiran estaban totalmente agotados, igual que ahora. La llegada de Franklin Delano Roosevelt  pareció no aportar nada nuevo, especialmente porque mantuvo algunas de las medidas de su antecesor, pero el concepto revolucionario que finalmente sacó a EE.UU de la crisis no fueron esas medidas si no el concepto del New Deal. Lo que compete a la moneda en nuestro caso no sería de aplicación pues en su día delegamos al BCE esa potestad, es por eso por lo que Europa nos debe apoyar y no por la aplicación de unas medidas dañinas. Pero la segunda y más importante medida es la que todos los neoliberales más temen: el intervencionismo. Bajo el New Deal el gobierno federal intervino todas las cuentas de las grandes empresas y de las grandes fortunas en una formula auditora. Pronto conoció donde se escondía el dinero que el país necesitaba y dónde se ubicaban los flujos necesarios. Fruto de aquellas acciones que no vamos especificar para no alargarnos, se obligó a dividir grandes empresas que habían acaparado enorme poder y así estimular la competencia. El gabinete Roosevelt tuvo que plantar cara a hombres tan poderosos como Rockefeller. La cuestión es que fruto del New Deal nació en EE.UU. el Estado de Bienestar y no como ahora que se trata de destruirlo para usar sus ladrillos en el achique de vías de agua.
Como dijo el propio Roosevelt, no es destruyendo que salvaremos al país, sino construyendo un estado social y solidario. Y en nuestra España de hoy también es posible, pero nuestro gobierno ha cogido el camino equivocado. Cuanto antes reconozcan que no saben salir de la crisis y dimitan para concertar nuevas elecciones, más posibilidades tendremos de que esto no se alargue demasiado. Así que por el bien de España: ¡Rajoy dimisión!

Imagen extraída de www.cladriteradio.com

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