Se ha desatado una tormenta en twitter porque se ha
divulgado que la izquierda abertzale ha propuesto a Otegui para el Nobel de la
Paz. Hay que decir, no obstante, que quienes han puesto el grito en el cielo han
sido el facherío nacional y la España Cañí. La propuesta viene de mucho más
lejos de lo que algunos se piensan. Concretamente de las profundidades del
imperio británico. Pero es que allende los mares saben que el señor Arnaldo
lleva trabajando para que ETA abandone las armas desde hace más de cinco años.
Son muchos en el mundo abertzale que piensan, desde comienzos de los noventa,
que la lucha armada había perdido su sentido, pero la fuerza que los más
violentos ejercían sobre los demás y, sobre todo, lo inapropiado del tema GAL,
hicieron imposible un mejor desenlace antes de hoy.
Una prueba de cómo habían cambiado las cosas pudo ser el,
creo que falso, atentado a Aznar que algunos miembros de la banda pudieron, tal
vez haber pactado con el aparato publicitario del que después sería el
presidente, y que tuvo una víctima inocente como daño colateral. Era obvio que
los terroristas conocían el blindaje del vehículo del entonces candidato del
PP, la cantidad de explosivos utilizados era claramente insuficiente para
dañarlo, sin embargo, la deflagración hacia fuera no era tan controlable y
generó víctimas inocentes. Es posible que no existan más pruebas y que sean
achacables a la chapucería de la banda, pero las acciones al respecto de don
José María durante su presidencia, incluida su lapidaria denominación de la banda,
no me dejan ninguna duda. Por lo menos al resto del mundo si tendrían que
generarle unas pocas… de dudas, digo.
Paro la acción que más me llamó la atención y más me
repugnó, fue el cambio de denominación del CSI por CNI. Con este cambio el
servicio de inteligencia nacional no solo alteraba su nombre, sino también
servicio a la nación por un servicio al gobierno, algo intolerable para un país
que se llama democrático. De un plumazo había desaparecido aquel resorte que permitía
al CSI vigilar al gobierno para evitar que se propasara. Al mismo tiempo el gobierno,
como si de un cuerpo policial más se tratara, dictaba las prioridades de
investigación. Fruto de este cambio los especialistas se centraron en la kale
borroka, pero dejaron de lado el terrorismo internacional, a pesar de que los
caprichos bélicos del gobierno del PP nos habían puesto en el objetivo del
islamismo. Doscientas víctimas inocentes, de todas formas, no les hubieran
descabalgado del poder de no haberse empecinado en culpar a ETA de lo que el “modus
operandi”, la situación de la banda y, sobretodo, las tempranas palabras de
Arnaldo Otegui desmentían ¿Cuándo ETA había desaprovechado la oportunidad de
apuntarse un tanto brutal? Pero por aquel entonces ETA ya no se podía permitir
acciones que no se dirigieran directamente a los núcleos del poder. Tiempo
atrás los atentados de Hipercor y el concejal Blanco habían desconectado a la
banda del mundo aberzale. Una cosa era la lucha armada por la independencia de
Euzkadi y otro el exterminio de inocentes. ETA había perdido el rumbo y el
sentido, y ni la llegada de las derechas al poder podía enardecer a lo que un
día fueron sus bases. Posiblemente aún habría personas que enarbolarían las
fotos de etarras como si fueran héroes, pero para la mayoría eran unos mafiosos
que habían puesto a los verdaderos independentistas en el disparadero.
En estas salsas, y con el PSOE ya en el poder, en 2006 ETA anuncia
una tregua permanente. Desgraciadamente aquellos que eran herederos de un
terrorismo aún más brutal como fue el régimen franquista, se empeñaron en poner
el máximo de palos a las ruedas de la paz (los mismos que hoy claman al cielo ante
el posible Nobel de Otegui). Con todo, creo sinceramente que la tregua tampoco
se hubiese podido mantener mucho tiempo. El núcleo violento de la banda seguía
muy vivo y, aunque ya eran muchos los que hablaban de paz, los más duros dieron
un golpe de mano dentro de ETA representado por el atentado de la T4. La enorme
cantidad de explosivos utilizados en aquella acción hacían prever una orgía de
sangre en los siguientes meses, pero en lugar de eso se mostraban sus grandes
carencias. Entre tanto Otegui ya había cambiado su lenguaje, todo y que se
notaba que ETA mandaba sobre el discurso político (algo que se hubiese podido
evitar de no haber ilegalizado a Batasuna en 2003), las palabras del líder habían
perdido su agresividad. De hecho se notó que la banda había intentado puentear
al propio Otegui frente a los medio, pero estaba claro que la voz entre líneas
del batasuno era también la que los abertzales no podían transmitir más allá de
los filtros etarras.
Así que a pesar de su encarcelamiento, de la ilegalización
de Batasuna y de la mordaza ejercida por los violentos, Otegui logro colar, en
nombre de la mayoría de los abertzales, un mensaje de Paz. Creo que es algo
mucho más meritorio que las acciones de Juan Carlos para traer esta “democracia”
tutelada tras tomar el testigo de Franco y, sin embargo, también fue nominado
al Nobel. Nadie, desde la racionalidad, puede culpar a Otegui de las 829
víctimas de ETA (tampoco a Juan Carlos se le puede culpar del millón de muertes
del franquismo, muchos miles después de la guerra). Pero es que hay un número
enorme de Nobeles de la Paz que sí son directos responsables de muchas muertes
e incluso auténticos genocidios.
Pues con la tormenta “Otegui al Nobel de la Paz” descubrimos
que la información ha sido filtrada a través del PP después que el CNI (ya
sabemos que nueva forma antidemocrática de funcionar tiene) se la entregara al mismísimo
señor Rajoy ¿Qué perversa intencionalidad tiene todo esto en manos de un
partido que siempre ha sacado partido del tema ETA?
La imagen es
una captura de la web del diario QUÉ!
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