sábado, 13 de junio de 2009

El caso del Severo Ochoa no ha acabado.



¿Se acuerdan del mal llamado caso de las sedaciones asesinas en la comunidad de Madrid? Recuerdo aquellos días con estupefacción porque se había hecho un escándalo de algo que no tenía ni pies ni cabeza, pero que, como empieza a ser costumbre, se aprovechó de la imbecilidad de la opinión pública para contaminar demasiadas cosas.

Aquellos tristes hechos tuvieron dos personajes clave: por un lado Manuel Lamela, el entonces consejero de sanidad del gobierno autónomo de la comunidad gobernada por Esperanza Aguirre y por otro el hospital Severo Ochoa en pleno.

Con la velocidad característica, la justicia termino por cortar aquel desaguisado, pero para entonces ya se habían roto muchas cosas que no debían haberse visto involucradas de ningún modo ¿Qué fue lo que convirtió en tan dañina la cagada del señor Lamela?

Entre el 2 de marzo de 2005, cuando una denuncia anónima acusa, nada menos que a 15 médicos, de cometer “400 homicidios” en el servicio de urgencias, hasta que el 22 de junio de 2007 se sobresee la causa en el juzgado de instrucción número siete de Leganés, cae una lluvia mediática sobre los profesionales del hospital, al tiempo que la consejería se dedica a realizar destituciones sumariales, sin pruebas de nada, como meras represalias por intentar defender su integridad y la de sus compañeros inocentes (por lo menos, entonces, hasta que se dijera lo contrario y que nunca se llegó a decir legalmente hablando, porque ilícitamente...).

“La Razón”, “El Mundo”, “COPE”, “Libertad Digital” y “Telemadrid” (esta última, quizá, con menor intensidad) fueron parte activa en una farsa en que se vilipendiaba y ultrajaba a los profesionales sanitarios del centro. Especialmente la COPE, no evitaba la invención de sustantivos y adjetivos que soliviantaran a su “parroquia” (espero que se entienda el juego de palabras porque he evitado decir que son unos borregos o unos deficientes mentales retorcidos, cosa que ese medio no hubiese evitado jamás, con la diferencia de que ellos hubiesen añadido el término “progre” a modo de insulto). Estos medios, a los que jamás ha movido la bondad ni la justicia, siguieron apedreando después del sobreseimiento judicial usando una triste frase de la sentencia como ariete: "Se ha practicado mal la Medicina, pero no consta que las muertes sean consecuencias de ello". Por supuesto, el doctor Montes, que era el responsable de urgencias en el momento de la fantasmal denuncia y que fue destituido por Lamela y ratificado por un juez en septiembre de2006, por considerar que era un cargo de libre designación, recurre contra esta frase por considerar que no responde a la realidad y atenta contra los valores profesionales de todos cuantos trabajaban en aquella unidad del hospital. Además, la citada frase es absurda porque después, el mismo dictamen reconoce que no hay pruebas de que se deba "excesivamente a los fármacos prescritos". Finalmente, el 28 de enero de 2007, la audiencia provincial de Madrid ordena suprimir la dichosa frasecita y toda referencia a actuaciones de “mala praxis médica” que nunca fueron demostradas.

¿Creen que ante la evidencia los citados medios de comunicación cerraron el pico o buscaron a los verdaderos responsables de una mala acción como fueron Manuel Lamela y la propia Esperanza Aguirre que le prestó apoyo? Pues se equivocan, siguieron buscando fantasmas (y no me refiero al que hizo la denuncia original) y dañando a profesionales que en ningún momento tuvieron pretensiones políticas ni mediáticas más allá de la defensa de su honor. Es curioso que estos mismos medios han defendido a ultranza las auténticas malas praxis de personalidades como: Aznar, Fabra, Camps, P.J. Ramírez, Mayor Oreja... o el mismísimo Manuel Lamela.

Estamos en junio de 2009 y, para muchos, esta debe de ser agua pasada que no mueve molino, pero nada más lejos de la realidad, y sino que se lo pregunten a los facultativos del centro, ellos te contarán la verdad de aquella frase que dice: “calumnia que algo queda”. Aunque se ganen las causas civiles y penales interpuestas contra Lamela y sus secuaces, y contra los terroristas medios de comunicación, se han truncado muchas cosas buenas, se han malogrado muchas vidas y, por los efectos colaterales del caso, muchos enfermos en toda España han tenido agonías terroríficas muriendo antes, más a causa del insoportable dolor que de la enfermedad que ya había marcado su final. ¿Cuántos médicos, asustados por las acciones y palabras de esos hooligans ultracatólicos, no habrán suministrado la cantidad necesaria de morfina al agonizante? Se ha roto la confianza entre médicos y pacientes y eso no se paga con dinero. Hay terroristas que matan con balas y con bombas, pero hay otros que hacen mucho más daño con sus palabras de odio. Porque está claro que Manuel Lamela cometió una injusticia aberrante, pero sin esos coros tan poderosos pronto se hubiese aclarado el “malentendido” e incluso hubiese podido quedar en “anécdota”. Pero alguien quiso que unos informes de la consejería de sanidad escaparan a las páginas de esos medios que, “sorprendentemente”, fueron publicados sin ningún tipo de verificación. Filtraciones de las que nadie habla, porque los dañados no son del PP, pero que comparadas con aquellas otras tan reclamadas de las catas judiciales que implican en casos de corrupción a ese partido, encima estas del Ochoa son inventadas.

Y volvemos mirar en la distancia este caso y preguntarnos. ¿Por qué?

Ahora no me escuchen si no quieren porque llega el momento de ponerse paranoico. Para mi razonamiento cogido por los pelos me fijo en un personaje siniestro del que ya he advertido otras veces: Miguel Ángel Rodríguez, el que fuera portavoz del gobierno de Aznar y persona muy cercana al ex-presidente. Respecto al Ochoa, este señor fue de plató en plató, de talk-show en talk-show, alzado con vehemencia su voz y su dedo acusador contra los profesionales del centro sanitario de Leganés.

En otras ocasiones ya he ligado a este personaje con acciones con claros objetivos de modificar la opinión pública respecto a determinadas personas y para la obtención de un beneficio oscuro de la derecha de la España “cañí” (es decir, el facherío postfranquista). También se le vio ligado al caso que relacionó a Carod-Rovira con ETA, para intentar frenar los razonamientos lógicos del susodicho y que minaban el agotado mensaje facistoide de los suyos. Pero, sobre todo, ha estado ligado a mensajes que orientaban a la toma de medidas impopulares de ámbito neoliberal. Si este es el caso, qué perseguía la maquinaria publicitaria de los populares.

El Ochoa era un centro de la sanidad pública ejemplar, esa ejemplaridad, en principio, beneficiaba a la comunidad de Madrid que está dirigida por un miembro del PP (Esperanza Aguirre), por tanto dañar a la comunidad no tiene sentido. Pero si miramos los continuos recortes en recursos y desvíos hacia la sanidad privada de esa consejería, la idea clara de dañar a la sanidad pública, pero personificándola en sus trabajadores, podría orientar a la opinión pública hacia la idea de privatizar la seguridad social.

No creemos que ninguno de los implicados sea tonto, como poco, entre sus valores, está el de ser capaces de conocer los medios de engañar a la opinión pública para obtener sus objetivos. Por eso no creo que no supieran que, a la larga, se iba a levantar la liebre, sin embargo, aún no han soltado el hueso y, pronto, empezarán a juzgarse los casos que terminarán con indemnizaciones a los médicos, multas... Pero si todo eso estaba previsto... ¿qué han ganado? La desconfianza hacia la sanidad pública.

Curioso que, justamente ahora que Estados Unidos intenta lograr una sanidad pública digna, que se demuestra el gran desastre que supuso en Gran Bretaña su privatización y que se ha sacado a la luz que personas de diferentes países del más insigne primer mundo viene a nuestro país a hacer turismo sanitario para que les cure nuestra sanidad pública que no pueden tratar en sus decrépitos sistemas sanitarios privados.

Espero que los jueces ahora, cuando miren a los acusados de esos medios de comunicación, al señor Lamela, a Miguel Ángel Rodríguez, a Esperanza Aguirre y algún que otro elemento que ha participado en esta terrorífica conspiración, vea a los verdaderos criminales que hay de esas caras tan conocidos. El juez debe ver a personas capaces del crimen más abyecto con el fin de beneficiar a cualquiera de los lobbies asociados. Y sólo entonces podrá hacer justicia verdadera con sentencias que impidan cualquier otra conspiración que sacrifique a personas inocentes y dañe a todo el país.

La imagen se tomó de la web de CC.OO.

jueves, 11 de junio de 2009

Florentino mal, "La Caixa" peor... ¡Traidores!


Estoy muy indignado. Con la que está cayendo y el señor Florentino Pérez derrochando millones de euros en un par de jugadores cuya única virtud es el ser mediáticos. Si el Real Madrid tuviera ese dinero no sería ningún problema, pero resulta que el gran jefe blanco ha tenido que pedir un préstamo bancario para pagar su negocio de dudoso futuro. Y “La Caixa”, que dice no tener dinero para salvar a empresas que serían viables de obtener menores prestamos, ni para financiar hipotecas para bomboneras de 30 metros cuadrados, va y le suelta ese carro de millones a los propietarios del Estadio Santiago Bernabeu.

Supongo que quienes me conocen ya habrán supuesto que el hablar del Estadio no es gratuito. Y es que ¿de verdad se creen que el castizo Madrí podrá devolver lo gastado y por gastar de su actual presidente? Florentino afirma que los cracks le ayudarán a vender camisetas, pero como dice, no sin acierto, el economista y directivo blaugrana Sr. Sala, ¿van a vender 300 millones de camisetas? Porque si no es así el préstamo no se paga y va a tocar vender... el Estadio. Vamos, que ya me veo a los Raul, Kaká, Diarra... y alguna que otra descomposición de cuerpo más, jugando en Vallecas con permiso de la señora de Ruíz-Mateos.

También me veo a la “La Caixa” lanzando una opa hostil a la entidad merengue. Ya me imagino al (o la) líder pepero de turno intentando salvar el asiento del “Pizarro” que toque a base de decir que no se puede dejar que una “entidad extranjera” se apropie de un equipo español. ¡Dios! Cuanto ha llovido desde que un grupo de catalanes afincados en la capital del reino y añorados de Barcelona y del novedoso deporte del balompié, decidieron fundar un equipo de aquel deporte y, sin decidirse a ponerle ningún color, lo vistieron de blanco.

Siempre hay el descerebrado de turno que por mi cierta afinidad al equipo culé (sobre todo ahora, que hasta el más escéptico a dejado sus babas pegadas al televisor después de una de sus orgías futbolísticas) dirá que es envidia por el valía de los grandes fichajes. En otro momento, sin está crisis que demanda el dinero para otros menesteres, me reiría en sus morros porque el Real Madrid está cavando su tumba, pero hoy significa una traición al pueblo español y, por ende, a la patria. Esa España de la que se llenan la boca hasta escupirnos su bilis a todos.

Hace unos meses el gobierno tuvo que asegurar dinero líquido para que las entidades bancarias pudieran prestar a empresas y particulares y que la economía no se hundiera. Los bancos tomaron el dinero y si te he visto no me acuerdo, porque el dinero sigue sin llegar allí donde se necesita. ¡Mucho riesgo!, decían los bancos. Pero... inmorales señores de “La Caixa”, ¿no hay riesgo en este voluminoso préstamo a Florentino?... ¡Anda ya!

Y no. No siento envidia, Creo que Pelegrini es un gran entrenador, pero dudo Florentino le haya escuchado antes de fichar. Kaká, como Riquelme, es un grandísimo centrocampista, pero que abusa de las conducciones y el regate, algo que, como ya vimos en el Villarreal, no cuadra demasiado bien con la filosofía futbolística del chileno. Respecto a Cristiano Ronaldo ya vimos que, en los momentos decisivos, si la primera le sale bien es buenísimo, pero si falla un par de veces seguidas, algo más común de lo que algunos se creen, se desespera y se vuelve loco... Sí, loco y se dedica a agredir a su marcador. Sólo la absurda tolerancia del árbitro en la final de Roma evitó su merecida expulsión por reiteradas agresiones a Puyol. Tal vez Florentino debió fijarse en Rooney, un jugador que no se rinde nunca y crea juego desde cualquier lugar del campo (aunque no creo que el Manchester se lo hubiese vendido ni por 200 millones) y también en Toti, un centrocampista con calidad para crear futbol desde atrás y controlar el centro del campo, pero con más experiencia que Cesc y, encima, sin oler a Barça. Pero, clar, esos fichajes no hubiesen sido tan mediáticos, sólo hubiesen creado futbol y, hoy por hoy, esa no es la aspiración de Real Madrid. Ya lo ha dejado claro el represidente blanco: el Madrí ficha a golpe de talonario y desecha su cantera, que a la hora de pagar ya se inventará algún pelotazo como el que se sacaron de la manga él y el señor Álvarez del Manzano, la otra vez, con recalificaciones a la carta incluidas y que, a la larga y como siempre, pagamos todos los españoles.

Manda güebos que entre todos tengamos que pagar los caprichos de estos degenerados y encima para ver en el campo a un divo malcarado luso y un ex-genio brasileño al que vamos a ver engordar,  a ojos de la prensa, en los próximos meses. Dinero para pagar comilonas no va a faltar y sino... a vender calzoncillos y bragas que lo de las camisetas ya está cubierto. Ahora si fichan a Villa tendrán que pensar en sostenes y Silva... ¿condones? Por otro lado que se olviden de los baberos, que lo que ha hecho el Barça esta temporada es irrepetible y las divas que Florentino trajo la otra vez tenían más arte y no lo consiguieron.

En fin, la locura de Florentino es suya y del Madrí y, aunque me quede la mosca detrás de la oreja respecto a quien lo terminará pagando, mi indignación es con “La Caixa” y su desvergüenza a la hora de elegir el destino de su dinero para préstamos. Supongo que esto les dará igual, pero que sepan que retiraré mi nómina de su entidad, buscaré, para ello, una entidad más asesada.

Respecto a la imagen tenía que haber sido de Cristiano Ronaldo, pero no me ha dado la gana, he preferido darle la puntilla. La presente foto ya podéis ver de dónde la he sacado.

miércoles, 3 de junio de 2009

Misterios curiosos y divertidos que sólo convencen a los convencidos (I).




      "El poder mágico de las pirámides".

Cuando tenía 13 años y mientras paseaba con mis amigos escuché unos gritos desde un balcón próximo. Al parecer el padre le gritaba a su hijo por gastar dinero en “imbecilidades”. Al instante siguiente la imbecilidad salió volando por aquel mismo balcón. Los gritos cesaron y me acerqué a aquel objeto que había impactado violentamente en la acera y a pocos metros de donde nos encontrábamos. Se trataba de un libro: “El poder mágico de las pirámides”.

Por aquella época había leído “Recuerdos del futuro” de Erik von Däniken y había escuchado, con admiración, muchas cosas del ficticio lama Loslan Rampa. Seguramente esos precedentes, junto a mi tierna edad, me hacían candidato a tragarme el anzuelo de la “imbecilidad volante”. El primer paso se cumplió porque tras comprobar que nadie venía a recoger el libro, me lo llevé a casa. También di el segundo paso: me lo leí. Pero lejos de creerme aquella sarta de barbaridades sin ningún tipo de intento de argumentación científica, me reí soberanamente y realicé un acto que jamás he realizado con ningún otro libro (no estoy hablando de sexo y menos a aquella edad): practiqué el lanzamiento de imbecilidades volantes desde el noveno piso en que vivía.

Tengo que reconocer, gracias a las informaciones facilitadas por el vecino que se quedó finalmente aquel ejemplar, que la encuadernación, aunque barata, era de calidad, pues soportó bien ambos vuelos.

Así pues, aquel libro, bastante conocido en la década de los setenta del siglo XX, contenía dos profundos misterios: el primero era cómo habían conseguido aquella resistente encuadernación y el segundo cómo podían haber personas que se tragaran aquella soberana tontería.

 

2.      Los círculos en el hielo del lago Baikal.

Hace unas semanas, la NASA, publicaba unas fotografías sorprendentes donde se observaban unos círculos perfectos dibujados en el hielo del lago de agua dulce más grande del planeta: el Baikal. Algún medio de comunicación se preocupó en dar forma a un misterio inexistente. No porque los círculos sean falsos, que no lo son, sino porque no son nada nuevo y desconocido. Al parecer los astronautas rusos informaban de su aparición desde el año 1995 porque marcaban puntos en que emergían masas de metano más caliente que el agua del lago y que generaba remolinos. Estas emanaciones, por lo visto, son aún más frecuentes en verano, cuando no hay hielo para evidenciarlas, y generan turbulencias muy peligrosas para la navegación en el lago. Por esa razón, periódicamente, se realizan fotografías infrarrojas de la superficie del agua y así informar a navegantes de los puntos peligrosos.

Una vez más un pretendido misterio no ha resultado ser más que el afán de notoriedad de unos pocos individuos mal informados.

 

 

Si os han gustado estos “misterios” pronto tendré más.

 

Las imágenes se han tomado de la web de la NASA

 

 

 

 

 

 

lunes, 1 de junio de 2009

Sobre gustos...


 “Sobre gustos no hay disputas”... ¡Y una mierda!

Perdonadme la grosería, pero es que a pesar de la machacante frase que escuchamos a todas horas, la mayoría de las disputas suceden por eso, por las diferencias en los gustos.

Esta misma duda se la manifesté hace más de veinte años a uno de ms profesores de filosofía y él me contestó que la frase era cierta, que las disputas no eran por los diferentes gustos sino por las descortesías con que algunos los manifestaban. Y le creí. Inocente de mí, le creí.

Cuando uno lleva en el alma los colores del Barça o del Madrí es muy difícil sentir admiración por el rival. Si eres un enamorado del fútbol puedes sentir admiración por un equipo intermedio como el Atlético de Madrid o el Español si lo hiciesen tan bien, pero por el eterno rival sólo puedes sentir envidia y embestir como un Miura cuando te provocan. Fútbol es fútbol... y te aguantas, porque después de todo eres un ser civilizado (o no).

No es fácil y la vena grosera sale con facilidad a la mínima ofensa. Los aficionados al deporte rey hace mucho que lo sabemos y cuidamos mucho, con nuestros amigos del equipo rival, destruir una buena amistad. Porque más allá del balón podemos ser grandes amigos y compartir muchos gustos e ideales. Así que a pesar de la mala fama de que gozamos los aficionados al fútbol sabemos mucho de reglas de cortesía y de reprimir nuestros más bajos instintos ¡Ojala pudiera decirse lo mismo de la literatura!

Hace unos cuatro años participé en un foro bajo el tema “obras literarias sobrevaloradas” donde el ensañamiento y la inquina se repartían por doquier y, a pesar de estar entre amigos de las letras, de la cultura y de... la educación, expresiones como “es una mierda”, “literatura para tontos y borregos”, “obra apestosa”, “petulancia supina”  e incluso groserías irrepetibles, se contagiaban de intervención en intervención. Lo que más me sorprendió fue que los más groseros, intolerantes  e irrespetuosos eran los que pretendían defender a los autores más “puramente literarios”.

Desde entonces he surcado foros, web’s y blog’s a lo ancho y largo de Internet y, aunque sin la saña de aquella vez, la historia se ha repetido por doquier. Puede que esto huela a prejuicio, pero puedo asegurar, con una probabilidad del 99%, que aquellos que van a contar excelencias del “Ulises” de Joyce (que personalmente a mí me pareció un tostonazo que... “sólo por orgullo me acabé”), van a terminar diciendo auténticas barbaridades de libros como “Ebano” de Alberto Vázquez Figueroa (uno de mis autores favoritos), de “Alatriste” o incluso de “Los hombres que no amaban a las mujeres”. Individuos que no dudan en defecar sobre las obras de los literatos de la plebe, de aquellos que han sabido contactar con los lectores a través de los innombrables (para ellos) best-sellers. Señores (por decir algo) que encumbran a algún ídolo como Cortázar, Marquez o (y este me resulta muy divertido por un artículo que publiqué hace un par de años) Rimbaud.

En literatura podemos ser elitistas o ser populistas, pero preferimos ser descorteses y terminar discutiendo por nuestros gustos. El populista, salvo el cateto, no plantea ningún problema, lee lo que le gusta y desecha sin acritud lo que no le complace. Pero los elitistas, a pesar de no mantener la pureza de leer las obras en su lengua original, denostan todo aquello que no se ajusta a sus principios y juicios previamente establecidos.

¡Entre gustos sí hay disputas!

¡Viva Marcial Lafuente Estefanía!

 

La imagen ha sido tomada de una web de subastas, por cierto el objeto, que como puede verse estaba bastante ajado, alcanzó los 0.36€, más gastos de envío, cuando su precio original era 10 pesetas. Juzguen ustedes mismos.