sábado, 19 de enero de 2008

¿Por qué no sirven las medidas neoliberales para achicar una crisis?


¿Por qué no sirven las medidas neoliberales para achicar una crisis?



Hasta hace treinta años parecían la fórmula más eficaz y rápida de enfrentarse a una crisis estatal y, a ese nivel, puede que aún lo sea. Los denominados “paquetes de medidas” se centraban en una bajada del precio del dinero, una devaluación de la moneda para facilitar la exportación, reducción de impuestos, reducción del gasto público, subvenciones, flexibilidad laboral y congelación de salarios. La devaluación monetaria implicaba una subida de precios de los productos de importación a la que, por simpatía, seguían los productos nacionales, pero facilitaba la venta al exterior de estos. Estas medidas incidían favorablemente en las empresas, pero a costa de los trabajadores que perdían muchos empleos y veían mermados sus niveles adquisitivos, en algunos casos, hasta el endeudamiento.


Los paquetes de medidas debían encontrar un rápido cambio en la tendencia económica de lo contrario consumía totalmente los llamados recursos pasivos de ese Estado. Un periodo muy largo de aplicación de esos “paquetes de medidas” generaban un empobrecimiento de la población que podían llegar a la ruptura social, por eso se debían rectificar lo antes posible, sin embargo, estas rectificaciones, por parte de gobiernos de esa tendencia, no siempre eran completas. Así, aunque el país no quedara en la pobreza, implicaba la imposibilidad de volver a aplicar esos paquetes de medidas porque ya se había consumido, totalmente el recurso social.


Ya hemos dicho que las medidas funcionan provisionalmente para salvar una crisis estatal, pero que sucede si la crisis es mundial, como lo fue la crisis del petróleo de los años 70. El primer país que aplique esas medidas tendrá una ventaja temporal, pero los siguientes perderán esa posibilidad porque el recurso exterior desaparecerá y, sin embargo, las contraindicaciones del paquete causarán el mismo daño. Ya en aquella época se vio que los estados y empresas que no se comportaron al modo que se consideraba entonces como razonable, son las que mejor paradas salieron. Estados Unidos, a pesar de ser la madre del neoliberalismo, salió fortalecida de la subida del petróleo por dos factores, el hacho de que la mayoría de empresas petrolíferas eran norteamericanas y su poderoso estado se cuidó de mantenerle una situación ventajosa en el planeta; de otro lado fue la dolarización del mercado petrolífero y de las economías de los estados del sur en América que genero una ventaja económica para EE.UU. impresionante. Si el dólar subía o si bajaba siempre implicaba unos ingresos adicionales para el gigante americano frente al creciente empobrecimiento de los estados dolarizados. EE.UU. solventó la crisis con su nuevo colonialismo económico. Por su parte Japón, que se vio muy afectado por la crisis, tuvo un valiente ejemplo de resistencia en Toyota. Mientras sus rivales despedían a empleados de años y años (algo difícilmente asimilable por una cultura japonesa que tiene en la empresa su centro neurálgico), Toyota mantuvo los empleos y siguió su trabajo aunque el producto no se vendiera. Toyota se endeudó hasta casi la quiebra, pero cuando el vendaval pasó, las ventas se dispararon, sólo esta empresa contaba con los productos y los empleados especializados para las nuevas demandas. Su paciencia, durante casi cuatro años, le supuso más de una década de dominio en el mercado automovilístico japonés y un lugar excepcional en el mercado mundial. Ha llovido mucho desde entonces, pero aún hoy tener un Toyota es tener algo más que un coche normal.


En los últimos treinta años se han alternado crisis mundiales y momentos de desarrollo y, poco a poco, se ha ido demostrando que los métodos tradicionales o neoliberales, funcionan cada vez peor y los innovadores y los keynesianos han demostrado su mayor efectividad (aunque más lentos por lo general). El ejemplo más importante es, sin duda, el tristemente famoso “hundimiento de los tigres asiáticos”. El FMI y el Banco Mundial, anticiparon el problema cuando apenas despuntaba, pero se equivocaron en las medidas a tomar. Forzaron a los países afectados a “paquetes de medidas” donde, en último término, era la inversión extranjera suponía la tabla de salvación de esas economías. Sólo China se negó a aceptar esas medidas y, por tanto, la ayuda del BM. Por su parte, Indonesia, rectifico cuando el peligro real empezaba a verse, ambos evitaron lo peor, mientras el primero superó la crisis poniéndose en cabeza de la economía mundial, el segundo evitó el gran desastre que tuvieron que sufrir otros estados.


La gran base de esa tragedia estaba en el hecho de que entre las inversiones extrajeras hay dos tipos (como el colesterol). Las inversiones estructurales que fomentan empresas y se quedan en el país para ver como florecen y crean beneficios. Inversiones valerosas, arriesgadas y que no necesariamente obtienen un gran beneficio… quién va a ser tan tonto de invertir así. Existe otra forma de inversión, la del dinero cobarde, en la forma de préstamos a corto plazo y altos intereses que cuando las cosas no pintan bien dejan de ofrecerse y dejan un enorme vacío en el país en que se ofrecen. Normalmente los estados con economías sólidas cierran la puesta a estos préstamos que terminan por descapitalizar al país, pero son los que las teorías antiproteccionistas y neoliberales aconsejan… y así lo hicieron, por mediación del FMI, en Asía, Rusia, Argentina… los resultados, por diferentes razones, ya los conocen.


Hoy nos encontramos enfrentados a otra crisis mundial donde el petróleo y la subida de los precios de las materias primas y cereales, han sido la base (por el enorme aumento de las compras del gigante chino) y el fallo de las hipotecas estadounidense el desencadenante. En el fondo del tarro guardamos las guerras de Irak, la mala actitud económica de Bush, los esfuerzos de los especuladores en España para que la burbuja inmobiliaria no explote y el agotamiento de muchos pozos petrolíferos. Nuestro país, en los últimos años, ha desarrollado su economía, contra pronóstico, gracias a la afluencia de una enorme inmigración que, por desgracia, ha estado trabajando, a menudo, de forma ilegal. Los empresarios de los sectores de la construcción e inmobiliario han sido los grandes beneficiado, pero ahora que les toca arrimar el hombro se retiran. Primero intentaron invertir en el sector energético, pero la crisis del petróleo les obliga a extender sus tentáculos más allá. Su lógica solución seria las inversiones en el sector tecnológico, pero son empresarios acostumbrados al dinero fácil y este sector implica mucha inversión en investigaciones que no siempre se recuperan, además, prefieren una mayoría de empleados no cualificados donde es más fácil hacer trampa y no descartan llevar sus factorías a países del tercer mundo. Entre tanto, la crisis de la construcción (antes dejar de construir que vender a precios justos), puede dejar una enorme cantidad de emigrantes sin empleo ni modo de subsistencia y para los que el regreso a su país no es una opción. Así, hoy, el castillo de naipes se sostiene sobre un hilo, se ha de ser imaginativo… pero si aplicamos un paquete de medidas… el hilo se romperá.


Mi propuesta para enfrentar la crisis inminente (en algunos países ya ha dado comienzo). Es romper ese hilo, pero habiendo empezado a construir un edificio bien fundamentado a su lado. Si se revienta sin compasión la burbuja inmobiliaria también se atrapará el capital de los especuladores que han estado jugando con algo que es un derecho constitucional y que, por tanto, no ha producido ningún beneficio al país. Sin embargo, si dejamos que la burbuja se mantenga hinchada y sólo soltando gas de tanto en tanto para compensar las fluctuaciones, pero permitiendo que los especuladores rescaten poco a poco su dinero, nos quedaremos sin nada. El desplome de los precios de los pisos romperá con muchas constructoras e inmobiliarias, pero dado que el precio será bajo, volverá de nuevo a crecer poco a poco, aunque sin llegar a los índices actuales, generando oportunidades de negocio más saneadas que las actuales. Por su parte, el control actual, por parte de los especuladores, facilita que las constructoras pequeñas, verdadera base del negocio, agonicen para un mejor control del negocio de las grandes, que pueden invertir cuando y donde les viene en gana. Así mismo, la actual estructura del negocio facilita las corruptelas a todos los niveles, lo que genera un mayor gravamen para el ciudadano de a pie.


Hoy por hoy, la economía española está centrada en el ladrillo que ha superado al estable sector del turismo, ya va siendo hora de que las tendencias inversoras empiecen a ser un poco más originales… igual que nuestras fuentes energéticas.

viernes, 11 de enero de 2008

"L'Himsno Nasionás": Letra y música para navegantes.


Ñoras... ñores, el himno nacional español, con la música aceptada por los franquistas, ya tiene una letra que alude a la democracia, pero que mantiene el termino "Patria" chirriando entre sus junturas.

Si se quería tener algo realmente "freaky", en el paritorio de SGAE y COE, ha nacido el perfecto hijo y heredero de la España Cañí. Ya no sonreiremos ante el "Lalala Chunga Chunga Chu" de los alcoholizados hinchas de la selección. Ahora los forofos del fútbol y sufridores de los fracasos de nuestra selección, acercaremos las palanganas al salón para desahogar en ellas nuestros maltratados higadillos y no por las "birras" que apenas habremos abierto aún, sino por la perniciosa letra que algunos se han empeñado en colocar a la ya bastante freaky música de nuestro triste himno.
Para quien no lo haya leído, aquí les cito el artículo, sacado de noticias MSN donde aparece el susodicho... No lo copio ni transcribo, ni nada parecido, porque, como todos saben, ha sido cosa de la SGAE y no estoy para ir pagándoles royaltys, así que mejor conéctese a la noticia y respiren hondo.


Y si todo esto aún parece poco... he aquí dos lindas joyas para hacer perder la cordura... al más español...

1. Letra cachonda para el himno spanish:

http://es.youtube.com/watch?v=mWQlXTDPh0c

2. Demostración de que la marcha de los granaderos, luego convertida en marcha real y, más tarde, en himno nacional español es un plagio:

http://es.youtube.com/watch?v=QFFe9qT2ips

viernes, 4 de enero de 2008

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

La hipocresía, en su esencia pura, parece esconderse tras una, impoluta y bien planchada, sotana negra en la que destaca el blanco níveo del alzacuellos. Se permite izar sus mangas al cielo y pasearse acompañada de los corderos de Dios o los borregos de la Tierra, en un jolgorio manifestante, reivindicando sus injusticias de siempre, las que esclavizan al hombre y cobran sus impuestos en la moneda del César para su moderno líder romano, también con sotana, pero blanca.
La hipocresía clama por una familia sin ofrecer, a cada uno, lo que desea, ni al pobre misericordia y, entre tanto, no lejos de allí, en el barrio de Entrevías, unos curas de verdad, de los que sólo sirven a Dios a través de sanar las necesidades de los hombres, se esfuerzan por sobrevivir, sin tapujos, a las mentiras con que la iglesia oficial les oprime.
Algunos de los más grandes hombres que conocí fueron sacerdotes que me enseñaron a creer en los hombres buenos. Casi lograron que creyera en Dios, pero lo que nunca lograron fue hacerme creer en la iglesia. Y es que, para ser buenos, podían no dudar de su Dios, pero no lograban terminar de creer en su propia iglesia. La iglesia, que les daba los medios con una pequeña fracción de lo que extraía del mundo terrenal y que, en su mayor parte, se llevaba a la onerosa barriga vaticanicia.
A la iglesia nunca le gustó el mundo libre porque, en él, se pierden los arcanos valores de la ceguera y la sumisión que ellos han cambiado por la palabra fe. La institución arrastra a la calle a su ganado más servil para gritar diatribas contra la libertad y reivindicando un único artículo de la constitución española, cuando la institución lleva, desde siempre, violando seis y uno de los puntos de la carta de los derechos humanos promulgada por la Asamblea General de la O.N.U. Pero eso prefieren obviarlo. La única verdad es que la iglesia teme por su dinero, ni el aborto, ni el divorcio, que son temas ya muy viejos, y tampoco las bodas entre homosexuales, que no han cambiado nada dentro de su entorno, amenazan a la iglesia y menos aún a la familia. De hecho, la familia está muy bien, gracias, pero no gracias a ellos. El temor de la iglesia es a una cuenta sin fondos, a unas cuentas claras que muestren el qué y el cómo de lo que hacen con nuestro dinero, a que el vil metal dorado que mostraba su poderío, decaiga en su continuado flujo hacia sus bolsillos y tengan que volver a las verdaderas doctrinas de Cristo.
Así que sale la curia, en legión, a la calle, sin percatarse de hasta qué punto entraron en sus venas las legiones romanas y arrasaron en sus corazones una pequeña aldea de Judea llamada Belén. Y cuando la Navidad lleva buenas intenciones hasta a las almas menos creyentes, ellos arman sus escudos y corazas para envestir a cuanto de rojo se ponga por delante. Saben que sólo un 30% de los creyentes les apoyan, pero hablan de un país donde ya sólo cree el 40%, según la ley de Bayes, menos de siete millones de españoles, eso sí, los más activos legionarios, sus pretorianos con el Opus Dei a la cabeza. Un grupo que estuvo a punto de ser decretado como secta destructiva hasta que el anterior papa, Juan Pablo II, necesitado de su dinero, los puso a su diestra, que no a la de Dios.
Y entre tanto las iglesias se vacían y huelen a rancio, pero el poder unificado en una rencorosa y férrea dictadura, alza sus brazos contra el mundo libre como no quiso hacer cuando el mal gobernaba “por la gracia de Dios”.
Llegó el siglo XXI, pero seguimos, para algunos, en el más oscuro Medievo, donde las más espesas tonterías son dogmas de fe y, las creas o no, son de obligado cumplimiento.
¡Ja!... Yo digo ¡no! Y le digo a los líderes de esa iglesia facistoide que se permite insultar a España entera desde las calles de Madrid, que ha llegado el momento de que lloren ante la democracia como mujeres por lo que no supieron defender ante el franquismo como hombres. Que más les hubiera valido ser tropa entonces por Dios y por los hombres a dedicarse hoy a embestir pellejos de vino y molinos de viento. Su era pasó, llego el momento de que abandonen su cinismo y abran paso a los hombres buenos de razón donde ya fracasaron los malos hombres de Dios.

La Pesca


Y la noche, aún mestiza de las últimas sangres del día, viene a bañarse en las ahora grises aguas del mar. Alguien las llamó cobaltos por su llameante azul, pero en estos instantes de luz que agoniza, se hacen espesas como el mercurio y sólo tienen el color de las horas perdidas por un pescador que olvidó poner cebo a su anzuelo.
Su padre le dijo que la suerte era de los audaces, pero la valentía no es capaz de traspasar las puertas del ridículo cuando escucha, tras el malecón, dos niñas, apenas dos años más jóvenes que él, que se ríen de su despiste sin darle una oportunidad de demostrar su valía. Él es guapo y es grande, pero ellas son dos y sólo el sonrojo responde a su burla, no hay sitio para amores adolescentes.
El sedal se estira, pero escucha las risitas a su espalda y se gira con un “¿qué pasa?” despectivo. Y ellas, riendo, le explican su torpeza. Sin cebo no hay cena.
Recoge el arte encogido de hombros, avergonzado, pero... este ofrece demasiada resistencia.
“¡Vaya! Perderé otro anzuelo enrocado en estas aguas sin peces”. Piensa con desánimo. Pero el sedal, con esfuerzo, regresa poco a poco, y disimula porque aún será mayor la guasa si amanece con una bota enganchada en el anzuelo. Intenta esconder la tirantez, pero las mozas se percatan, saben demasiado y tienen muchas ganas de juerga.
Recoge el final y algo rojizo lucha en el agua que, cuando rompe la suavidad de la superficie con su chapoteo, se convierte en una hermosa langosta, enredada con los últimos palmos de sedal que quedan detrás del plomo.
Las risas ya no son de burla. Un anzuelo sin cebo ha pescado tres hermosas presas. Una le alimentará esa noche, las otras se quedan suspirando a la orilla del mar. Son muy jóvenes todavía… debe dejarlas crecer.


jueves, 3 de enero de 2008

Iglesia y Costitución.


ARTÍCULO 14


Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.


Para la iglesia católica todos los españoles son iguales, pero todos son católicos apostólicos y romanos y pobre de quien diga lo contrario que en sus archivos consta como tal por mucho que se apostate. A pesar de las amigables reuniones entre miembros de diferentes creencias, todas las grandes religiones pretenden obligar a todo el mundo a regirse por sus normas (las de ellos) por lo que, en último término, no existe la libertad de culto.


Por cierto, este artículo está basado en uno de los artículos de la Carta de los Derechos Humanos de la Asamblea General de la O.N.U.



ARTÍCULO 15


Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra.


Cuando un sacerdote pretende casarse debe pasar por un proceso degradante a niveles realmente impensables, por otra parte el Opus Dei, hoy totalmente aceptado por la nueva Curia romana, degrada a la mujer hasta la categoría de un objeto no muy alejada en las formas de la que, la misma iglesia católica, critica en grupos extremistas musulmanes.



ARTÍCULO 16


1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.


2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.


3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.


Creo que sobre este artículo sobran los comentarios porque el primero y tercer punto se contradicen y el mal uso de las bases de datos, por parte de la iglesia, hace creer, falsamente, que el catolicismo eclesiástico es profesado por más del 50% de la población, pero las últimas encuestas independientes hacen pensar que ese porcentaje está más próximo al 30% que al 40% que se registró hace 10 años. Si bien es cierto que hay cerca de un 20% más de “creyentes”, pero que la iglesia no debería contar, porque no aceptan la autoridad de sus estamentos oficiales.


Hoy debería revisarse ese tercer punto que resulta totalmente anacrónico y que fue, en su día, una concesión a las fuerzas franquistas, entre las que se encontraba la Iglesia Católica, como chantaje para aceptar la Carta Magna y, aún así, pusieron pegas hasta el 2004, por creer, todas las concesiones, insuficientes.



ARTÍCULO 17


1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser privado de su libertad, sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en los casos y en la forma previstos en la ley.


Originariamente este punto articular está orientado a las acciones institucionales y fuerzas de orden público como se ve en los siguientes puntos, pero como una sentencia del tribunal constitucional ya dio validez a este punto, de forma independiente, al margen de esa orientación por un caso de esclavitud, es apropiado aplicarlo también en este. Sobre todo cuando la iglesia se atribuye derechos políticos e institucionales al permitirse presionar sobre la legislación que nos rige a todos (creyentes y no creyentes). Después de todo están en su derecho de imponer sus reglas a quienes quieran pertenecer a su agrupación, pero no en el de imponer sus normas al resto de la sociedad. Mayoritarios o minoritarios no son más que un grupo de opinión y sus intentos de imposición dogmática son un atentado directo a la democracia y que priva de libertad a las minorías (y no tanto) que también tienen derecho a regirse por sus propias reglas.



ARTÍCULO 20


3. La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.


4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.


Respecto a este artículo no se puede considerar una violación por parte de la iglesia porque, por parte del Estado, en estos momentos, no se permite y, en cualquier caso, en los momentos en que se produjo sólo se puede acusar al gobierno de ese momento, sin embargo, las pretensiones de supremacía, por parte de la iglesia católica, y su permisividad, por parte del gobierno del PP, decantaron la balanza ideológica hacia ese grupo.


En cuanto al derecho al honor es algo que las manifestaciones organizadas por el clero nunca han tenido en cuenta. Desgraciadamente es algo propio de todas las manifestaciones, sean del signo que sean, pero para un grupo que alardea de que el gobierno está violando la democracia, no parece una fórmula muy aceptable.



ARTÍCULO 22


2. Las asociaciones que persigan fines o utilicen medios tipificados como delito son ilegales.


5. Se prohíben las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar.


El Opus Dei está identificado por nueve de los diez puntos que identifican a una secta destructiva. La secta Niños de Dios fue desarticulada cumpliendo sólo siete y, una vez desmontada, se descubrieron cosas terribles.


La mentira es inmoral, pero sólo es delito cuando se usa ante un tribunal y bajo juramento. También es delito el no cumplimiento de los dictámenes judiciales. En los casos de abusos a menores la iglesia, en general, ha mantenido una posición beligerante con la justicia y traspasando con reiteración la barrera de la legalidad. A ocultado deliberadamente gran parte de sus acciones e intenciones, mostrándose como envoltorio de una estructura secreta y beneficiándose, en demasiadas ocasiones de asuntos fuera de la legalidad.


Pero este artículo también es susceptible de interpretaciones y no se puede considerar como una violación flagrante de la Carta Magna.



ARTÍCULO 23


1. Todas las personas tienen derecho a obtener tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.


2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia al letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.


Hoy por hoy, la iglesia mantiene sus propios protocolos de disciplina sin que la justicia ordinaria pueda intervenir, todo y que ha quedado demostrado, en casi todas las ocasiones, que no se respetan los derechos democráticos en sus tribunales. En todos los casos similares la justicia ordinaria se constituye como una instancia superior pudiendo legislar sobre las normas que no respeten las libertades democráticas, de este modo se impuso en su día a los tribunales de federaciones e instituciones deportivas e incluso lo hizo sobre la justicia militar, pero nunca se ha logrado ejercer el derecho democrático sobre la reglamentación eclesiástica que es bastante menos respetuosa.



ARTÍCULO 26


Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las organizaciones profesionales.


¿El sacerdocio es una profesión?



ARTÍCULO 27


1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.


2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.


3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.


4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.


5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes.


6. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales.


7. Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca.


8. Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes.


9. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la ley establezca.


10. Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca.


La iglesia hace una interpretación muy peculiar de este artículo, porque por un lado acepta el dinero público en sus escuelas, pero por el otro no ofrece la posibilidad a no hacer religión en ellas. Algunas escuelas religiosas obligan a sus alumnos a actividades religiosas extras fuera de horario (caso de la escuela laica en Madrid adquirida por los Legionarios de Cristo).


Respecto al apartado dos hay una transgresión ignominiosa en el caso de la escuela Picabea de Valladolid. La objeción respecto a la asignatura de educción para la ciudadanía también sugiere una intromisión en ese punto ya que todo lo que en ella consta es parte de la Constitución y la filosofía de las leyes, pero como ya hemos explicado, contradice el espíritu restrictivo y de dogmatización (por no usar un término más despectivo, pero más real) de la iglesia.



ARTÍCULO 28


1. Todos tienen derecho a sindicarse libremente. La ley podrá limitar o exceptuar el ejercicio de este derecho a las Fuerzas o Institutos armados o a los demás Cuerpos sometidos a disciplina militar y regulará las peculiaridades de su ejercicio para los funcionarios públicos. La libertad sindical comprende el derecho a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, así como el derecho de los sindicatos a formar confederaciones y a formar organizaciones sindicales internacionales o a afiliarse a las mismas. Nadie podrá ser obligado a afiliarse a un sindicato.


2. Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.


La iglesia no es ni puede ser, según el artículo 22-5 un cuerpo sometido a disciplina militar, sin embargo, a sus miembros (sacerdotes, profesores de religión, monjes y demás) no les está permitido sindicarse y realizar huelgas contra la institución religiosa, exponiéndose, en caso contrario, a la aplicación de normas internas contrarias a los artículos 26, 23, 22, 17, 15 y 14.



ARTÍCULO 31


1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.


2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.


Los acuerdos del Estado con el Vaticano chocan frontalmente con estos dos artículos.




ARTÍCULO 35


1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.


2. La ley regulará un estatuto de los trabajadores.


Quien haya trabajado para alguna institución eclesiástica ya conoce la realidad sobre este punto, pero si además eres un ex sacerdote que ha colgado los hábitos sufrirás una persecución de trabajo en trabajo hasta que la institución considere suficientemente castigado al individuo.



ARTÍCULO 36


La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructura interna y el funcionamiento de los Colegios deberán ser democráticos.


¿El sacerdocio es una profesión?




ARTÍCULO 40


1. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo.


2. Asimismo, los poderes públicos fomentarán una política que garantice la formación y readaptación profesionales, velaran por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados.


Sin una oposición frontal, la iglesia constituye un impedimento para el pleno desarrollo pleno de estos artículos, ya sea pellizcando dentro de los presupuestos generales del Estado, como haciendo un control propio e independiente de la ley, en diferentes grados, de los puestos de trabajo de ella dependientes.





ARTÍCULO 46


Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio.


La iglesia católica, por mediación de muchos conventos y parroquias a lo largo de España, se ha hecho albacea de gran cantidad de obras de arte. Muchas de esas obras eran de propiedad de la propia iglesia, pero cuyo mantenimiento corría a cargo de las comunidades humanas donde se ubicaban, otras ni siquiera eran de su propiedad, pero en un momento dado fueron vendidas a coleccionistas particulares, mayoritariamente norteamericanos. Algunas entidades particulares del país, como el Museo Marés, han conseguido salvar algunas de esas obras, pero la gran mayoría se han perdido para patrimonio nacional.



ARTÍCULO 47


Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación.
La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.


Algunas empresas ligadas al Opus Dei han intervenido en la especulación urbanística, por desgracia, a ver quién es el guapo que tira la primera piedra porque en este asunto ha primado aquello de “tonto el último”. Y el Estado no ha hecho gran cosa por evitarlo.



ARTÍCULO 48


Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.


La eficacia en la intervención de los jóvenes ligados a la iglesia nadie lo pone en duda, pero la palabra libre para alguien cuyo cerebro está mediatizado por un grupo dogmatizador… Aunque por el mismo punto se le ha de reñir a las juventudes de los diferentes partidos políticos. Debe ser una costumbre nacional lo de lavar el cerebro de nuestros jóvenes e intentar meterles un montón de dogmas, de ahí el gran poder de la publicidad y la televisión.




Existen incompatibilidades respecto a otros artículos, pero son, de alguna manera, referidos a los ya citados. Por otro lado, de lo ya visto, se deduce que las leyes españolas están llenas de excepcionalidades que permitan encajar las atribuciones que la iglesia católica tiene en nuestro país. Excepcionalidades que, por lo ya visto y algunas cosas más que no tengo la capacidad de analizar, atentan contra los principios constitucionales básicos.





Todo es importante, pero poco lo es más que el respeto a las demás personas.