miércoles, 6 de junio de 2018

España o es plurinacional o no será


España será plurinacional o no será. Y, hoy por hoy, sus gentes no están preparadas para asumirlo. Porque desde el centralismo jamás se podrá construir una democracia, ni desde la homogeneización y mucho menos desde la negación de la realidad. Así que cada vez que un facha grita “España una”, le está asestando una puñalada por la espalda a “su propia” España.

Valle Inclán, Unamuno, Pío Baroja y hasta Antonio Machado, comprendieron que España debía entenderse como algo más amplio o que, tarde o temprano perecería. Que tanto la exclusivista visión de una España castellana, como la denominación de “español” únicamente a la lengua castellana, hacían de España un lugar donde no cabían la mitad de los españoles.

La España una, castiza y cuartelaría, jamás tendrá un sentido democrático, y su imposición siempre pondrá en marcha todos los procesos de independencia de la España periférica que, irremediablemente, se sentirán como territorios invadidos o meras colonias. Cuanto más se alargue esta situación, más fuertes y necesarias serán las fuerzas centrífugas y menos democrática se mostrara una España que se habrá convertido en mera represora.

Son tontos los que, como el señor Muñoz Molina, se creen que el ultranacionalismo es el que trae los aires de independencia. El ultranacionalismo, señores, es aquel que niega una o miles de realidades que oprimen a unos ciudadanos para que otros, como él, mantengan una comodidad intelectual poco meditada y nada empática.

España debe ser multicultural y plurinacional para que pueda existir la democracia, porque las ideas unificadoras solo son una mordaza para una importante parte de su ciudadanos ¿Tan tontos son como para no darse cuenta de la dictadura insufrible que representa la España unificada?

Del mismo modo, la denominación exclusivista de español al castellano, ya fue una negación de la españolidad de la mitad de la población de España. Poco importa los años que llevemos con estas mentiras a medias, porque no se puede edificar una democracia basándose en ideales exclusivistas como este y mucho menos llamando racistas a aquellos que se rebelan contra ellos, porque, como se puede ver, se está invirtiendo la realidad y con ello matando las pocas posibilidades de solucionar el problema.

No sé si España, a estas alturas tiene salvación, pero estoy seguro que si tiene alguna posibilidad no es siguiendo el equivocado camino del PP o la decidida beligerancia nativa de Ciudadanos en pro de un castellanismo supremo. El PSOE debe meditar y suprimir de sus filas a individuos, como el actual ministro de asuntos exteriores, que tienen una visión tan centralista, aun habiendo nacido tan lejos de ese mismo centro.

Sinceramente, yo no creo que España tenga muchas posibilidades, personalmente no daría ya ni un duro por ella. Lo mejor que le podría pasar es que Catalunya se independizara para que pudieran empezar a ver la realidad de lo que es, lo que fue y lo que puede ser. Aunque sin un cambio radical de mentalidad, España solo será una entelequia represiva hasta su disolución final.

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