lunes, 30 de diciembre de 2013

Estudio de Agujeros Negros: el Bancario



A menudo, cuando hablamos sobre cómo empezó esta crisis, confundimos el tema americano de las subprime y la burbuja inmobiliaria española que realmente nunca reventó.
Los bancos americanos sabían que en su país había una burbuja inmobiliaria y se inventaron las subprime para hacer paquetes y compartir su riesgo financiero con todo el planeta.
Por su parte, los bancos españoles sabían que en España nadie puede escapar a su hipoteca y pidieron préstamos a los bancos extranjeros para compartir con estos el festín de arruinar a la clase media española.
Como consecuencia del hundimiento americano, la crisis se extendió por todo el planeta y las propiedades inmobiliarias en américa cayeron a precios de antes de la burbuja.
Cuando la crisis llegó a España, los bancos españoles tenían muchas deudas con bancos extranjeros, muchos préstamos dados, grandes garantía de recuperar más de lo que habían prestado, pero ni un solo euro… pero había algo más, porque para que la burbuja creciera sin preguntas, habían desviado ingentes cantidades de dinero a otros fines de los que no nos dicen nada y que son el verdadero problema español.
En EE.UU. cuando alguien no puede pagar una propiedad hipotecada, se acerca a su entidad bancaria y le entrega las llaves de esa propiedad y ahí se acaba toda la deuda.
En España, cuando alguien le bajan el sueldo y ya no llega a pagar la hipoteca, desde el primer mes se inicia un proceso que arruinará a toda su familia y a todos aquello que un día le avalaron.
A menudo, los amigos de la banca española, recuerdan que durante la burbuja, los bancos prestaban cantidades de dinero superiores al valor del piso, para que parejitas de recién casados pudieran pagarse, además, la plaza de parking, el coche y hasta el viaje de novios. Lo que no cuentan es que aceptaban el aval de los padres de ambos cónyuges y que, hoy, cuando ya no llegan a pagar las cuotas de esa hipoteca (la pagaron durante cuatro años, con grandes esfuerzos, pero sin problemas), les embargan el piso y su contenido, pero siguen embargando las propiedades de los avalistas, cuyo valor conjunto, en el mercado real, es muchas veces el valor del préstamo concedido, pero que el banco, ahora, valora casi en la nada.
De este modo, los bancos españoles tienen una bolsa de pisos casi tan grande como la de los bancos americanos (proporcionalmente mucho mayor), pero con la diferencia de que, a pesar de haberles arrebatado las propiedades causantes de la deuda a sus prestatarios, los bancos españoles mantienen las deudas sobre ellos. El moroso español está arruinado de por vida y, lo que es aún peor, ha arruinado a toda su familia. Así de aberrante es la legislación española. Y así de favorable para la banca.
Pero con todo esto, los pisos en España, aunque pueden haber bajado considerablemente en zonas de costa y lejos de las grandes ciudades, su precio mayoritario no se acerca ni remotamente a su valor real, sobre todo en las proximidades de estas. Cuando intentas buscar piso en una ciudad como Barcelona, te dan cuenta que hay muy pocos pisos en el mercado y que sus precios apenas han bajado entre un 25 o un 30% del máximo alcanzado durante la burbuja. Sin embargo, si preguntas a alguien que se ha visto obligado a vender su piso, le oirás decir que lo ha vendido por un precio casi ridículo. El mercado está intervenido por esa misma banca que, dueña de la gran bolsa, evita que los precios caigan a valor próximos al real, pero si quieres entrar en ese mercado, tú no tienes opción.
Por último, antes de entrar en la verdadera crisis de nuestros bancos y, en especial, de nuestras cajas, decir que el llamado banco malo, parece que adquirió su nombre del tipo de pisos que se le transfirieron. Al final, resulta que ese “banco malo” no es más que una excusa para transferir fondos desde los bolsillos de todos los españoles a las malversadas arcas de las entidades bancarias. Parece que no hubo bastante con los rescates nacionales y europeos que, en todos los casos, pagamos nosotros.
Mientras en EE.UU. quebraban entidades bancarias diluyendo parte de la deuda en el mercado financiero, los bancos españoles han permanecido artificialmente en pie para salvar a una banca europea que conocía el festín, sus riesgos y que jamás puso reparos en beneficiarse de ellos.
Pero viendo cómo van las deudas hipotecarias, por muy grandes que estas sean, ¿realmente pueden ser la causa de la crisis?
Cuando la banca insistía que no había burbuja inmobiliaria, realmente no estaba negando directamente ese hecho, sino lo que realmente decían era que esa burbuja, por mucho que reventara (insisto en que eso aún no ha ocurrido y que posiblemente sería la solución para empezar a reconstruir el país), no sería la causa de grandes problemas para ellos. Y es verdad. Porque el agujero de nuestra banca viene de algo ligeramente diferente.
Dos son las causas del agujero bancario. Por un lado hay que pensar que, para alimentar la burbuja inmobiliaria no solo hacía falta dar dinero a los compradores, sino que también había que dárselo a promotores y constructores. Estos colectivos de empresarios vivieron años de auténtica y continuada fiesta en que adquirieron hábitos muy nocivos. Así que, cuando el grifo se cerró de golpe, no tenían ni un euro para cubrir sus deudas. De este modo, las propiedades de estas empresas pasaron a la banca (pisos acabados y sin acabar en su mayoría y que hoy siguen cerrados u ocupados por la PAH a la espera de un violento desahucio). La mayoría de estas propiedades no pueden ser vendidas alegremente por la banca porque hay contenciosos debido a que muchas personas ya habían dado pagas y señales por esas propiedades (a veces más que eso) y el banco no hace nada por acabarlas dado que no sería rentable para él.
Aunque no se diga, los bancos han perdido bastante más dinero en esas deudas que en el negocio con los pequeños compradores… sin embargo aún no es la causa de su ruina.
La pregunta que puede ayudar a comprender la verdadera causa del desastre es ¿por qué la mayoría de las entidades descalabradas en esta crisis son cajas de ahorros y no bancos?
Antes de la ley socialista que obligaba a las cajas de ahorros a reconvertirse en bancos, estas tenían una normativa diferente, pero que a finales de los 80 y comienzos de los 90 ya habían cambiado su normativa para beneficio de entidades públicas y, en especial, partidos políticos.
Sí, señores, nuestra crisis ha sido provocada por los partidos políticos y, en especial por PSOE y PP. Si se fijan en quienes ha dirigido ls diferentes entidades bancarias, verán de dónde vienen nuestros problemas. Y podemos decir que con excepción de “La Caixa”, ligada a CiU y la Casa Real, todas las cajas de ahorro deberían haber sucumbido.
Caja Madrid, la CAM, Caja San Fernando, Caja Galicia, Caja España… han estado ligadas a los dispendios del PP. Por otro lado Caixa Catalunya, UNIM, Caja Rural, Unicaja… están ligados, mayoritariamente, a dispendios del PSOE.
¿Pero qué dispendios pueden causar semejante daño?
Está claro que los préstamos a los partidos (especialmente PP y PSOE) pueden ser grandes, incluso mayores a lo declarado (no entraremos en ese tema porque oficialmente no existe ni hay pruebas de ello, ni siquiera en la caja B del PP), pero esos préstamos están controlados y algunas entidades ya los consideran a fondo perdido como pago para obtener otro tipo de prebendas a cambio de ese dinero (sí, eso sería corrupción, pero otra vez demostrarlo sin lugar a dudas es realmente difícil). No, el verdadero problema nace de los grandes ingresos que, gracias a la burbuja inmobiliaria, recibían como impuestos muchos ayuntamientos y entidades públicas en general. La cuestión es que en base a esos ingresos, que debieron considerarse extras, muchos ayuntamientos y CC.AA. pidieron préstamos para crear auténticas obras faraónicas: la ciudad de las artes y las ciencias, la ciudad del circo, la biblioteca de Galicia… sin contar el gran número de polideportivos, auditorios, teatros, que hoy por hoy están vacíos o abandonados porque su mantenimiento excede el presupuesto global de la entidad que los proyectó.
Fueron esos proyectos los que realmente suponen un agujero en las entidades bancarias que hoy es imposible de cubrir. Si unimos a eso el hecho de que cuando el Estado vende deuda son estas entidades bancarias las que compran la mayoría de la misma, ya sabemos porque no hay un solo euro en sus cajas y se han hecho necesarios esos rescates.
Posiblemente es verdad que las hipotecas dejaran sin líquido a los bancos y cajas, pero no son un problema porque existe una garantía de pago y mayor beneficio gracias a una ley que manipulan a su antojo, pero son esas inversiones, sin posibilidad de retorno, que empresarios y partidos políticos han forzado, las que ponen a los bancos españoles al borde de la quiebra. Así pues, podemos decir que, con nuestro dinero, se ha pagado el rescate a los bancos que ha financiado a PP y a PSOE, para terminar todo nuestro dinero en los bolsillos de los bancos alemanes. Entre tanto, las empresas españolas que pretenden salir de la crisis, sucumben por falta de crédito. Un crédito que tenía que salir de todos esos rescates, pero que tapando los agujeros generados por los partidos, ha acabado en los bolsillos de la banca extranjera.
Y así se cierra el círculo.




Imagen tomada de www.voxpopuli.com

sábado, 21 de diciembre de 2013

Gallardonazo


Ley de Protección de la vida del concebido y de derechos de la embarazada.

Poco importan los detalles jurídicos de la ley, su diseño ha sido orientado a la eliminación de la gran mayoría de supuestos para poder abortar y a los restantes ponerles tal cantidad de trabas que lo hacen totalmente imposible, incluso en caso de peligro inminente para la vida de la mujer.
No voy a entrar en profundidad la letra del proyecto de ley porque la prensa ya lo está contando con todo lujo de detalles y no hay que esforzarse para darse cuenta de que es una ley de prohibición radical del aborto encubierta.
Así pues, y solo para aquellas mujeres que puedan permitírselo (generalmente una gran mayoría familiares de los mismos que han fomentado esta absurda ley) deberán emprender de inmediato la partida hacia clínicas de planificación familiar de diversos países europeos. Es decir, que Gallardón vuelve a poner de moda aquel tristemente famoso turismo londinense de épocas cuya oscuridad intenta emular el actual gobierno del PP.
El sello de la mafia clerical está en el hipócrita nombre que se le hadado al proyecto de ley. Hablan de protección de la vida del concebido, cuando la ciencia aún no se ha puesto de acuerdo sobre esta y menos aún sobre su humanidad. Y todo eso, mientras aprueban leyes que fomentan la tortura y ejecución de nobles animales como los toros, o mientras crean un entorno legal en que si el niño llega a nacer con graves problemas (principal causa, hasta ahora, de los abortos legales) deja a su familia a un sinvivir mientras él no tiene más posibilidad que la de venir a sufrir en este mundo.
Mucha protección no parece que vaya a tener una vez nazca ese niño, más bien es una condena al infierno, que esta panda de criminales clericales, han preparado para incinerar en su infierno particular a toda una sociedad que sueña con cosas mejores.
Y respecto a los derechos de la embarazada… ¿dónde están? Si le arrebatan el derecho a decidir, el derecho a pensar, el derecho a ser persona, el derecho a ser mujer… ¿qué queda?
Dicho esto, lo que ahora me preocupa más, es el gran número de vidas humanas viables que se van a perder o que se van destruir en vida, solo para proteger unos fetos de cuestionable humanidad que, la mayoría de las veces, son inviables con la racionalidad e incluso con la propia vida.
Empezaremos con las cerca de 2500 mujeres que cada año morirán o sufrirán lesiones crónicas, producto de los abortos ilegales. Porque ese es el número de víctimas que había cada año cuando el aborto no era legal en nuestro país.
Pero a pesar de lo grande que pueda parecer este número, el libro “Freackonomics”, del prestigioso economista Stewen Lewitt, nos alerta de un peligro mucho más letal a largo plazo. De los 120.000 abortos anuales (datos de 2011 que dada la crisis pueden haber aumentado sensiblemente), aproximadamente un 70% proceden de entornos u hogares susceptibles de ruptura (que podría acelerar la llegada de un nuevo hijo) o ya decididamente rotos. Con la nueva ley, la casi totalidad de ellos serían bebes que nacerían y crecerían en un entorno tan hostil que, muchos más de la mitad se convertirían en pequeños raterillos, pero que al llegar a la pubertad explotarían como violentos delincuentes. Basándonos en los hechos inversos vistos en EE.UU. en la década de los 90, cada año van a nacer 40.000 criminales en nuestro país. Contando que la ley llegue a estar en vigor 2 años y medio (hasta su derogación por un gobierno posterior que supuestamente se dé prisa en enmendar este desaguisado), van a nacer 100.000 criminales. La vida media de estos delincuentes sería de unos 27 años, pero empezarían su escalada delictiva sobre los 14 años. Teniendo en cuenta sus diferencias, podemos suponer una media de 0,5 homicidios por delincuente al año. Lo que nos da, en una carrera delictiva media de 13 años, 6 homicidios y medio, que para un total de 100.000 asesinos, suponen 600.000 víctimas inocentes de la ley Gallardón.
Así pues, el gobierno del PP está apunto de condenar a más de medio millón de víctimas inocentes, pero, claro, eso no empezará a ocurrir hasta dentro de 14 años. Sin embargo, por ahora, sí tendremos que contar las más de 7.000 mujeres que morirán producto de abortos clandestinos, o el aumento de víctimas por  la violencia de género ya que muchas mujeres que hubieran podido escapar quedarán atrapadas con el nacimiento de sus nuevos hijos (muchos de ellos fruto de violaciones no denunciadas). Si unimos a todo esto el suicidio de personas que no podrán soportar situaciones generadas por esta ley, o por la eterna pérdida ante la obligación de dar en adopción a un hijo, podemos concluir que esta ley de Gallardón y del PP, es un arma de extinción masiva que se va a lanzar contra la sociedad civil de su propio país y, en especial, contra las mujeres.
¿Dónde va una ley de protección que no protege a nadie?
A ningún sitio, pues una ley maquinada para contentar a determinadas sectas del catolicismo más retrogrado, pero que ni a estas contenta porque ellos no aceptan los subterfugios. Para ellos solo vale la prohibición total del aborto, el robo de niños y la ejecución pública de aquellas sucias mujeres que se hubieran atrevido a marchar a otros lugares para abortar.
De este modo se ha concebido una ley injusta, inhumana, que atenta contra muchas libertades y derechos, ignorando deliberadamente las alarmas sobre futuras catástrofes por consecuencia de ella.
Y, sin embargo, después de todo lo dicho, por terrible que parezca, aún aporta, esta ley, un concepto peor. Y es un claro mensaje de que las mujeres no son iguales que los hombres. Gallardón, y el gobierno del PP por extensión, han lanzado, con esta ley, una justificación para todas las discriminaciones contra el género femenino y, en especial, han abierto una puerta brutal para la violencia de género.
Personalmente, yo acuso a esta ley, por sí misma, como violencia de género.


Imagen tomada de www.lasmalaslenguas.es


domingo, 1 de diciembre de 2013

Incomprensión autonómica



Como estado plurinacional, la España de las autonomías se construyó en base a su propia “autoincomprensión”. Pretender que Extremadura, La Rioja, Madrid o las dos Castillas, entiendan o se equivalgan a los territorios Gallego, Vasco o Catalán, resulta a un tiempo absurdo y perverso, ya que vacía de contenidos los verdaderos significados constitucionales de nacionalidad y cultura de esos territorios.
Es obvio que no se pueden pedir peras al olmo y dejar en manos de una nación el futuro de otras. Sin embargo, la España de las autonomías ha creado un falso estado federal donde la nación castellana se ha hecho dueña de los destinos de todas las demás naciones de España, apropiándose de ese nombre para sí.
Cuando leo en la Carta para los Derechos Humanos de la ONU que “todo hombre tiene derecho a una nacionalidad”, miro con tristeza mi pasaporte español. No porque tenga algo contra España, sino por la decepción que esta me ha producido. Quisiera ser español, pero solo lo soy de nacionalidad oficial, porque ser español hoy quiere decir ser castellano y yo, a pesar de que esa es mi lengua más que ninguna otra (cosas de la educación “españolizadora” del franquismo), no soy castellano. Si tengo derecho a una nacionalidad, ¿por qué no puede ser la catalana?
Sé que a alguien de Madrid, Cáceres o incluso Zaragoza, esto le pueda parecer absurdo porque identifican español y castellano sin problemas y creen que lo catalán, vasco o gallego no merece valor alguno; pero sé que tampoco ninguno de ellos es capaz de imaginarse la situación al revés. Y la prueba es que nunca se ha permitido a ningún político catalán, vasco o gallego (de verdad, Rajoy no vale) dirigir el gobierno democrático (lo más cercano fue la vicepresidencia de Serra que era un catalán moderado bajo la presidencia de un líder carismático castellano-andaluz), en cambio hemos vivido bajo el dominio de dos talibanes de la castellanidad como Aznar y Rajoy (el último posiblemente no sea ese talibán, pero sí su equipo de gobierno que, ante su falta de liderazgo, aún ha resultado más nocivo para la España plurinacional, que intentaba dibujarse en la Constitución original del 78, que el propio Aznar).
El factor cultural, y la falta de respeto que la España castellana ha mostrado siempre a él, son la primera gran barrera. Mientras el Estado Central malgasta sin compasión millones de euros en una cultura llena de Fiestas Nacionales e Institutos Cervantes para apoyar una cultura que nunca peligró, mientras, más que cicatear a las CC.AA. que procesan culturas diferentes, trata de asfixiarlas en lo que constituiría un clarísimo Genocidio Cultural. Y es que precisamente ese Estado Central que en su día se comprometió a divulgar la cultura de todos para reducir esas diferencias, ha terminado convirtiéndose en un elemento de castellanización poco objetivo, que lejos de buscar la comprensión y la tolerancia entre los pueblos de España, ha abusado de espolear a los unos contra los otros. Así que no es raro que un extremeño, con todo el desconocimiento que la miseria de sus líderes le han inculcado, sea capaz de hablar de los catalanes con la mayor ponzoña posible sin haberse preocupado de confirmar toda esa información que le llega de un solo tipo de fuentes. Igualmente, en el otro lado, no faltará el catalán que verá en ese mismo pueblo extremeño a un insaciable vampiro, que en lugar de agradecer sus sacrificios aún anhela chuparle las últimas gotas de sangre que le quedan en sus venas. Pero por una extraña razón, esos temas económicos siempre se manifiestan con una repudia de sus respectivas culturas que se tachan de simple ignorancia.
A esto, al señor extremeño solo puedo decirle una cosa. Si tan terrible es la cultura catalana y tan nocivos económicamente son los catalanes para su Extremadura natal, ¿qué interés ofrece forzar a Catalunya a seguir perteneciendo a España… su España?
Está claro que es una pregunta retórica porque solo expresa una contradicción creada por una pandilla de generadores de odio con el fin de cambiarlo por votos y que les ha funcionado muy bien. Es una pregunta que solo puede ser retórica ya que todas la respuestas posibles solo aportan nuevas contradicciones.
Sin alejarnos demasiado de la idea cultural, está el factor histórico. Sé que creerán que ahora les hablaré de 1714 y Els Segadors, pero se equivocan. No hace falta ir tan lejos, porque las desproporcionadas medidas catalanofóbicas de las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, son suficiente bagaje histórico y razón más que suficiente, por sus aspectos de represión nunca compensada por la España “Democrática”, como para pedir la Independencia. España, en la historia reciente, ha sido una mala madre para los catalanes, no es de extrañar que ese hijo quiera volar lejos de la casa paterna. La cuestión ahora es ver si Catalunya es mayor de edad para decidir o deberá recurrirse a unos asuntos sociales internacionales para separar al vástago de unos padres que solo le han reportado malos tratos.
Mientras todo esto sucede cuesta entender que esos padres, lejos de frenar esos insultos y malos tratos contra su hijo, siguen en la misma línea dañina y sin reconocer lo mucho que ese hijo le ha dado a pesar de la poca correspondencia paternal.
La crisis del País Valencia, el LAPAO, la ley Wert, las declaraciones de Arenas, Bono, la carta de algunos intelectuales castellanos que pretendían hablar en nombres de los catalanes (algunos supuestamente progresistas), los continuos ataques de la prensa (en especial ABC, El Mundo, La Razón y La Gaceta), la inversión del CNI para desprestigiar a líderes catalanes (ya nunca sabremos si la trama de los Pujol tiene algo de realidad o es  solo el fruto de las acciones corruptas del Estado Central), los ataques gratuitos hacia los representantes del pueblo catalán… y podríamos seguir mostrando agravios, posiblemente cada vez más anecdóticos, pero que siempre dañan el corazón de los catalanes alejándolos de España.
Porque señores, no es que Catalunya se independice, sino que los catalanes sienten que España no los quiere. Y no los quiere porque si los quisiera los querría tal y como son, sin “españolizar”, sobre todo cuando la palabra españolizar realmente quiere decir castellanizar, porque fuera de los Països Catalans no se entiende de otra forma. Y sí, este es otro agravio, el que el PP castellanizante de Valencia, ha hecho prohibiendo la denominación de País Valenciano o Païs Valencià. Y lo que es peor, contra la mayoría de los habitantes de su comunidad.
La España castellana ha confundido igualdad con homogeneidad… y eso sí que no. Catalunya ha dicho: NÚNCA MÁS.
Con lo fácil que hubiese sido una reconciliación, pero me temo que a final de cuentas a los políticos de uno y otro lado les ha podido la ceguera e incluso la avaricia. Sin embargo, la tan cacareada denominación de “peseteros” que han puesto de sambenito a los catalanes, resulta que es una característica mayor de la España castellana (y castellanizante).



Imagen obtenida de http://productesdelaterra.cat