Medidas
necesarias para intentar reflotar el país
La Troika ha impuesto la austeridad a Europa.
Por otro lado Alemania necesita urgentemente mano de obra barata para subsistir
y está induciendo medidas adicionales que aumenten el paro y reduzcan drásticamente
los salarios del sur de Europa. Está claro que romper con esas dos tendencias
negativas es básico para volver a la senda de la economía positiva. Sin embargo
tenemos que superar otros dos problemas básicos para ir en dirección contraria:
por un lado tanto la Trioka como Alemania intentarán bloquear las inversiones a
los países que se desvíen del plan, y por otro está la crisis propia de nuestro
país, nacida del ladrillo, la avaricia de la banca y una inadecuadas inercias
en los modos públicos que aún no se han sabido resolver adecuadamente.
De este modo, cuando planteemos las medidas
que deben servir para sacar a nuestro país de la crisis tendremos que tener en
cuenta tanto las barreras como el problema autóctono que ha facilitado la
actual profundidad de la crisis. Pero no son las únicas circunstancias que
debemos tener en cuenta, pues todas las crisis revelan otros problemas, que de no solucionarse,
terminarían impidiendo el crecimiento adecuado. En nuestro caso hemos
descubierto la injerencia de economías extranjeras como la China o las mafias
rusa, china e italiana, también tendremos que tener en cuenta otros factores
como el expolio histórico que ejerce la iglesia católica, la indolencia de una
parte de la ciudadanía, la falta de una correcta distribución de las
atribuciones administrativas, la corrupción o el abuso en las contrataciones de
asesores y todo adornado por una jurisprudencia que sigue favoreciendo a una
parte de la sociedad en detrimento de otra. Todo esto hace que la sociedad
española jamás trate los problemas desde el punto de vista más idóneo en cada
momento y se la pueda manipular para que unos ciudadanos actúen contra otros en
su propio perjuicio.
Dicho todo esto empezaremos a explicar medidas
a tomar que puedan salvar a nuestro país, pero partiendo desde un país real y
no desde el objeto de interés de cada sector. Estas medidas, no obstante, en
algún momento pueden parecer muy originales, pero necesarias dado el nivel de
resistencia que ofrecerán algunos sectores acostumbrados a controlar facetas
que no les pertenecen y que, por tanto, imposibilitan los valores de
recuperación.
Lo primero que hace falta es dinero, lo que
generalmente implica financiación, pero que debido a las medidas de austeridad
es un camino vetado. No en vano los partidos pervertidos por el sistema neocon
modificaron la Constitución imponiendo una clausula donde se prohíbe explícitamente
déficits elevados. Está claro que esa cláusula debe abolirse, pero también está
claro ya no podemos financiar de los impuestos tradicionales ya que estos, al menos
en lo que respecta a las clases más modestas, ya están muy por encima de lo
admisible, pero es que además ya están imposibilitando la recuperación
económica a base de hacer que las nuevas empresas no logren tener capacidad de
desarrollo con expectativas de beneficios. Vemos cada día abrir nuevos
negocios, porque los ciudadanos luchan e intentar avanzar, pero la falta de
alternativas les hace fracasar una y otra vez, quedando, tras cada intento
fallido, en una situación más precaria que antes.
Dicho esto debemos comprender que el dinero
que necesitamos es para que circule en la economía interna. La gente debe tener
salarios que les permitan comprar y los negocios deben vender, pero para que
esto ocurra todo el dinero debe partir desde las manos de los ciudadanos y no
de los bancos que piensan en alternativas de negocio y en deudas propias. Los
bancos que en los tiempos de vacas gordas eran una buena alternativa de
financiación, al llegar las vacas flacas se han convertido en el sumidero por
donde se nos escapa el líquido de nuestra economía. Por tanto es básico buscar
una alternativa a los bancos para poder desarrollar la economía.
En un pasado la banca sirvió como adecuada
herramienta del sistema capitalista pues permitía juntar los capitales
necesarios para iniciar cualquier aventura emprendedora, tras su conversión en
aventureros financieros han ido despojando esa potestad a los grandes
empresarios en una afán de poder que ha terminado por arrasarlo todo. Desgraciadamente
las Cajas de Ahorro, que tenían que haber sido la alternativa en la actual
situación, fueron despojadas en los últimos años de su independencia y sus
características singulares, para convertirlas en una especie de bancos
corruptos que han ayudado a amplificar este desastre.
No sé si ahora crear nuevas entidades como las
antiguas cajas de ahorro puede servir para algo, pero está claro que debemos
inventar un nuevo sistema o institución que lleve a cabo el servicio que no
están dando los bancos.
Imaginemos que ese algo actuará como los
bancos otorgando líneas de crédito aunque a un interés un poco por encima de la
que afirman tener los bancos actuales. La diferencia con estos es que, esta
entidad, nunca prestará un dinero que no tenga. A cambio a los clientes que
guarden sus ahorros en esta entidad no recibirán más intereses que en otra
entidad, pero no pagarán ningún tipo de comisiones. Por su parte esta entidad,
que estará participada por el Estado, no entrará en ningún tipo de negocio
financiero. Por supuesto esta entidad no podrá salir a bolsa. A cambio, el Estado,
tomará esta entidad como propia para todos sus movimientos financieros, pudiendo
otorgar a algunos de sus productos ventajas
fiscales únicas. Está claro que una vez creada esta entidad el Estado retirará
todas sus participaciones de las demás entidades financieras y ya no volverá a
ayudar a ninguna entidad privada.
Dicho esto, no obstante, el Estado deberá
permanecer atento para colaborar de cualquier otro modo con cualquier
iniciativa que se considere apropiada para el desarrollo de la economía básica.
Por otro lado seguimos sin solucionar la
financiación del Estado que es esencial para que todo lo demás funcione. Y como
ya hemos dicho solo tiene dos fuentes posibles y ya sabemos que enfrentándonos
a la Troika nos fallará la más importante. Por otro lado, respecto a los
impuestos si podemos hacer algo y es reduciendo estos, pero dándoles mayor
efectividad creando impuestos que graven la salida de dinero fuera del país y
persiguiendo más efectivamente el fraude. Por otro lado se deberán eliminar las
ventajas fiscales que algunos grupos o lobbies poseen (no entraremos, por
ahora, en detalles). A pesar de la ambigüedad de lo dicho, puedo asegurar que
esas medidas, una vez definidas, podrían llegar a sostener la financiación del
Estado siempre que se actúe adecuadamente en lo que voy a llamar triple eje: “márquetin,
producción y venta”.
Así pues, ya tenemos localizados los objetivos
de intervención para salir de la crisis:
-Tenemos que proveer al Estado de la
financiación adecuada.
-Debemos lograr que el dinero llegue a los
ciudadanos para que circule.
-Crear un entorno fiscal sostenible.
-Y, por último, y como veremos en su momento
es lo más importante, equilibrar, a favor de nuestra economía, el triple eje.
Ninguna de estas medidas deberían tener una
trascendencia directa (en apariencia) con la economía exterior, y sin embargo
habrá presiones para que no se pueda trabajar en ellas adecuadamente. Por otro
lado tampoco ninguna de estas medidas trabaja directamente ninguno de los
parámetros habituales sobre los que se realizan todas las intervenciones
financieras. Bueno, esto, como ya veremos en su momento, no es del todo cierto,
pero hay que entender que tal y como está concebida la zona euro, un Estado
individualmente no tiene atribuciones para intervenir ninguno de esos
parámetros. La idea, pues, será trabajar esos parámetros sin hacerlo realmente,
pero eso es muy complejo.
Sobre parte de algunas de esas medidas ya hemos
hablado alguna vez, pero en los próximos días trataremos de explicar el modo de
llevarlo a cabo superando los numerosos obstáculos que se opondrán a tales
medidas.
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