Finalmente,
no sé si existirá un Referendum de autoderteminación o unas elecciones
constituyentes. No sé siquiera si existirá alguna posibilidad de que Catalunya
pueda expresar su voluntad de independizarse y menos aún si lo logrará; pero de
lo que sí estoy seguro es que solo permitiendo a los catalanes expresarse
libremente se logrará la paz social necesaria para iniciar cualquier proceso de
reconstrucción nacional tras la crisis.
Para
España siempre será mejor permitir la posibilidad de que Catalunya se
independice, que aumentar el actual agravio hasta el punto de que nunca más
España y Catalunya formen una unidad. Porque lo que pretenden ignorar los
unionistas es la realidad de que no puede existir esa unidad sin respeto, negando
deliberadamente la voluntad de un pueblo que es la mayor de las faltas de
respeto que se pueden concebir.
Para los
que defienden la unidad de España, según la letra de la Constitución, que sepan
que esa unidad no se corresponde simplemente con las parcelas de tierra que
componen el territorio nacional, sino con los pueblos y naciones que conforman
esa unidad. Así que haber logrado que una o varias de esas naciones que
conformaron esa unidad, ya no se sienta parte de ella, es el gran fracaso de
ese artículo. Y en estos momentos, la única posibilidad de recuperar la unidad
de España, es permitir que los catalanes decidan por si mismos. Siempre es
mejor perder a Catalunya y conservar la unidad del resto, que perpetuar esa
desunión irreconciliable.
Y en el
futuro, si se pretende preservar esa unidad, el Estado español deberá ser mucho
más racional y respetuoso con las restantes naciones de España, o asumir su
independencia como parte de su proceso de absurda homogeneización.
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