domingo, 23 de noviembre de 2008

El poder de los goles.



He dejado este artículo, publicado con anterioridad el 30 de junio en “La última frontera”, para el domingo por su carácter “futbolero”. Que nadie le busque ni valores literarios, ni encontrar nada nuevo. El artículo es, simplemente, un conjunto de observaciones respecto a la victoria de la selección absoluta de futbol en el pasado europeo, por aquel entonces muy reciente.


Hecho este preámbulo, este es el artículo...



El poder de los goles.


Recuerdo aquella Eurocopa de 1984 en Francia, cuando el sabor agridulce de la final llevó la plata a los cuellos de una selección recordada por la gloria del gol de Maceda a Alemania y aquella escurridiza fuga de un balón chutado por Platinní y que se convirtió, a la postre, llorando llorando hacia el interior de la portería, en el desengaño de la plata. Arconada, posiblemente el portero más completo que existió jamás, perdió su gran oportunidad y la de una joven democracia que necesitaba, más que nunca, esos laureles deportivos que, a pesar de su teórica intrascendencia, conforman a un estado mucho mejor que su propia historia.


29 de Junio de 2008… España vence a Alemania uno a cero en la final de una brillante Eurocopa en la que el juego de los Iniesta, Cesc, Xavi… ha encandilado a todos los amantes del fútbol.


En plena recesión mundial por la especulación financiara y petrolífera, y coincidente con el tantas veces diferido reventón inmobiliario y la cabezonería del presidente del banco europeo negándose a bajar el precio del dinero, llega esta noticia trivial, pero optimista.


En una ocasión escuché que, gracias al optimismo generado por el cine, EE.UU. pudo salir de la crisis del 29 ¿Será esta victoria deportiva el soplo de aire que necesita nuestra sociedad para permanecer a flote entre funestos y agoreros presagios?


Yo, como amante del fútbol, me voy a conformar con las que creo razones de este triunfo.


No es ningún secreto que, salvo en algunos momentos muy peculiares, España ha contado con jugadores de muchísimo nivel. La propia Eurocopa del 84 es un ejemplo, como lo son los muchos mundiales y europeos que, durante años, han ganado las selecciones inferiores, pero que se negaban a la absoluta… ¿por qué?


En primer lugar hay que valorar a Luís Aragonés. Obtuvo el conocimiento necesario de su fracaso en al anterior mundial y en los primeros partidos de clasificación para esta Eurocopa, pero en un momento dado se dio cuenta que si quería hacer historia debía plantar cara a la poderosa prensa deportiva de Madrid que, tradicionalmente, imponía parte de las alineaciones a todos los seleccionadores mediatizando su juego.


Aragonés miró como hacer un grupo compacto con la mayoría de los mejores jugadores del país. Sin dar por hecho a ninguno, pero sin descartar tampoco a nadie. De hecho llegó a plantearse, en un momento determinado, cuando el jugador lo merecía, la integración de Oleguer, declarado independentista, pero que confirmó, bajo el ideario de Luís, que no descartaría jugar en una selección como aquella.


Pero el mayor logro de Aragonés fue la decisión de descartar a Raúl González y Guti, dos jugadores idolatrados por la prensa con poder, pero que ya habían demostrado encajar muy mal en el tipo de juego que a la selección podía darle mejor resultado por su composición general. El mismo Luís Aragonés supo renunciar a su característico futbol de contraataque para fabricar un sistema donde el mimo al balón y el control endiablado fuesen la tónica. Ahora el sello de España, muy similar al de aquel “dream team” blaugrana de Johan Cruiff , ha causado sensación en Europa, pero con una diferencia, Luís ha adaptado el sistema a los jugadores y el holandés adaptó los jugadores al sistema. Tampoco podía ser de otra manera porque las selecciones cuentan con menos tiempo para preparar sus encuentros y los sistemas que utilizan deben ser mucho más naturales porque no se pueden hacer demasiadas correcciones. Luís ha tardado cuatro años en fabricar… el toro mecánico.


Casillas, Capdevila, Marchena, Puyol, Sergio Ramos, Senna, Xavi, Iniesta, Silva, Villa, Torres… Cesc, Cazorla, Xabi Alonso, Güiza, De la Red… y así hasta 23 jugadores que nos han hecho soñar. Ahora Luís podrá marcharse por la puerta grande, pero con un gran camino abierto a quien le suceda que ya debe saber que, para triunfar con “la roja” debe tirara a la basura todos los ejemplares de la prensa deportiva y escuchar únicamente a su saber futbolístico, de no hacerlo así España volvería a ser el insulso amasijo de figuras incapaz de pasar de cuartos que ha sido siempre.


Unos pocos datos para recalcar la grandeza de este resultado:


-Xavi Hernández ha sido declarado el mejor jugador del torneo.


-Villa ha sido el máximo goleador de esta Eurocopa.


-Casillas ha sido el portero menos goleado.


-Hasta nueve jugadores en el once ideal de la Eurocopa.


-Como equipo también ha sido el máximo goleador y sólo ha encajado tres goles en todo el torneo con el porcentaje más bajo.


Una notita para los que presionaron lo indecible para que se incluyera a Raúl en esta selección:


Raúl es un magnífico jugador de fútbol y en algún momento incluso pudo ser el mejor, pero tiene sus características técnicas y no otras. La insistencia de esos forofos incondicionales puede haber hecho un daño irreparable a este jugador (como gran aficionado al buen fútbol espero que no sea así) el tipo de juego que uso “la roja” no es el más adecuado para él, además hubiera competido por el puesto de Torres cuyo trabajo es inalcanzable para el del Madrid, o con Villa, de características aún más dispares respecto a él. Raúl hubiese sido perfecto como segundo delantero en un equipo de corte alemán… España debe aspirar a un futbol más creativo.


Por último la leyenda de una pancarta que leí por las calles de Barcelona:


“Catalonia is not Spain, but the footbal is diferent”




La foto ha sido extraída de la web de la RFEF.

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