sábado, 1 de noviembre de 2008

Ofertas y demandas para escribir a mogollón en tiempos de crisis.

En la última semana he recibido en mi correo electrónico dos ofertas para escribir artículos en sendos blogs que no voy a nombrar. Como ya les he dicho a los respectivos webmasters (será este el término correcto o, tal vez, debería llamarles “blogmasters”), les agradezco la oferta, pero tengo que rechazarla.
No crean que me desagradaba la idea, sobre todo porque corren tiempos de crisis y ambas ofertas eran remuneradas, pero estoy clausurando la mayoría de mis blogs y reduciéndolos a uno solo, por falta de tiempo, y no quedaría muy ético lo de subcontratarme encima.
Todo esto no quiere decir que no vuelva a echar un cabo, puntualmente, a alguien que me lo pida, ni a no seguir permitiendo que alguien copie uno de mis artículos, siempre que indique mi autoría, para rellenar su blog, pero de eso a convertir mi pluma, otra vez, en mercenaria...
Supongo, que no es lo mismo, espero que esta vez no limitaran, recortaran, censuraran, recortaran... mis artículos o, incluso, como la otra vez, los publicaran con otro nombre.
Si alguna vez vuelvo a cobrar por mis palabras, me aseguraré de que sea un alquiler y no una venta. Mis palabras, buenas o malas, son sólo mías y duele que otros se las apropien. Supongo que, salvando las distancias, es como aquella madre que ve a sus hijos crecer en la distancia bajo la tutela de otra madre de adopción y sin que estos sepan de su existencia.
De todas formas, como corren tiempos de crisis y estos siempre dan para el fraude, me he estado informando un poco sobre la cuestión y, al parecer, si que existe un mercado bastante importante para escritores sobre temas especializados, aunque, hoy por hoy, el dinero que se paga por escribir en la red, no se acerca ni remotamente a los salarios e incluso nóminas, que pagan las publicaciones de papel. El número de lectores, sin lugar a dudas, es lo que marca la diferencia. Porque, si bien el medio escrito suele cobrar por sus páginas, la publicidad ya es una parte importante del medio físico tanto como del electrónico y, además, el medio electrónico tiene machismos menos gastos de edición. La diferencia, pues, es el número reducido de publicaciones escritas sobre un tema determinado comparada con la brutal competencia que existe en la red de redes.
Después de toda esta parrafada... creo que me lo he pensado un poco más. Si tienen más ofertas, envíenmelas que las estudiaré, especialmente si se tratan de un medio con edición en papel.
¡Gracias!

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