Cuando Juvenal en el 140 a.C. acuñó la expresión “pan
y circo” criticaba el nacimiento del “Populismo”. Por un lado se plañía por la
pérdida de interés del pueblo por la política y por el otro por la aparición de
una serie de políticos sin escrúpulos que, a través de promesas de beneficio
personal (pan) y de espectáculos públicos (circo), lograban el consentimiento
de aquellos que debieron interesarse por sus intenciones reales y los efectos
reales de las políticas que podían aplicarse.
Cabe decir que, en los limitados tiempos de
democracias en España, especialmente durante el siglo XIX y los inicios del XX,
los intelectuales españoles readaptaron y actualizaron la frase como “pan y
toros”. Con todo, a la caída de la dictadura de Primo de Rivera, con una
tradición de reivindicaciones obreras (especialmente en Catalunya) y de
reivindicaciones sufragistas femeninas, el pueblo de aquel momento estaba más
vivo y cercano al conocimiento de lo que significaba la verdadera política para
sus vidas.
La Guerra Civil primero y la represión franquista
después, combatieron contra ese espíritu político de los ciudadanos y que es lo
único que les separaba de su esclavitud. Entre razias, asesinatos sumarísimos,
exiliados políticos y represiones varias, el general Franco se atrevió a decir
aquella frase que lo explicaba todo en su máxima y superlativa hipocresía: “…hagan
como yo y no se metan en política”.
La Constitución de 1978, es la mayor de las mentiras
que se han escrito y firmado en este país, pero nacía bajo un esperanzador
pacto tácito de ir modernizando el texto hacia las mayores cuotas de humanismo
liberal que concebían las imaginativas mentes de los Padres de la Constitución.
Con todo, para los más progresistas quedaba claro que el texto, a pesar de la
buena voluntad y la fe en el pactismo, debía renovarse y, a no más tardar diez
años, debía llegarse a un nuevo proceso constituyente del que emergería la Constitución
que un país moderno necesitaba. Todo eso murió tras el 23 de febrero de 1981
cuando Juan Carlos I reunió a las fuerzas políticas, salvo las catalanas y
vascas, a una conferencia en la que hoy sabemos que el monarca, bajo la amenaza
militar, llamó a frenar los valores liberales y sociales de la constitución. El
verdadero golpe de Estado había triunfado.
¿Pero cómo pensaba sostenerse esa dictadura en la
sombra sin que se descubrieran los hilos que en su día tejió el propio Franco,
sin que se vieran los nudos del “atado y bien atado”? Muy fácil: “Pan y Circo”.
El pan se llamaba OTAN y Mercado Común, pero para ello también deberían hacerse
enormes esfuerzos en una reestructuración industrial que llevó al cierre de
empresas como “Altos Hornos del Mediterráneo”, grandes fuentes de empleo, pero que eran
totalmente insostenibles estratégica y logísticamente, en un país de industrialización
moderna. También tuvieron que sancionarse las más obvias prácticas
empresariales de tipo franquista que frenaban el avance económico a través de
la competencia desleal, por este principio se cargó con el máximo exponente de
estas prácticas: José María Ruíz-Mateos. El teatro de este peculiar personaje
ayudó mucho a crear un mito de justicia que estaba muy lejos de ser real.
Seguramente esto era un gran motor para el propio personaje que veía como otros
empresarios más afortunados seguían con sus prácticas corruptas ligadas al
agujero negro de Madrid y que, lejos de sufrir su castigo, eran marcados como
modelo a seguir.
Se acabaron los monopolios y se regalaron las joyas
del INI a los mismos que sostenían los nudos del franquismo dentro de la carcasa
de supuesta democracia. Entre tanto, los partidos que aceptaron el pacto, se
endeudaban con una banca que veía crecer su valor dentro de esa estructura
oculta de poder. Y con el dinero prestado, el clientelismo y la corrupción,
acababan con la última esperanza de regenerar el país.
Pero como cuando uno cree su poder asegurado no se
conforma con ello y lo quiere ejercer con más beneficios, llevaron a Aznar
hasta la presidencia del gobierno y empezaron a asomar las seberas costuras con
que habían fajado a la democracia.
Después de la victoria del PP en el año 2000, la
promesa del “Pan” no bastaba, así que el circo del fútbol y la TV eran
insuficientes. Pero la “democracia”, a raíz del pacto del 23F, había
introducido dos factores más en su circo: ETA y los catalanes. Y ahora el PP
los explotaría hasta el límite. Posiblemente la pobre capacidad intelectual de
un presidente endiosado, le impedían reconocer que ETA había ido perdiendo el
apoyo del mundo abertzale desde el atentado de Hipercor en 1987 y la banda
llevaba años intentado una salida honrosa. Fue una legislatura infernal para
los pueblos catalán y vasco, con insultos casi diarios hacia ellos, pero
mientras el personalista Jordi Pujol intentaba negar la evidencia, posiblemente
porque su verdadero problema lo tenía en casa, con una familia metida en todo
tipo de asuntos turbios y él colaborando intensamente con la Casa Real y otros
elementos de las costuras del Estado, el presidente vasco Ibarretxe impulsó su
Plan para un referéndum de independencia.
“No se meta usted en política”. Me imagino que la
frase seguía resonando en los cerebros de los españoles que sobrevivieron al
franquismo, pero aceptaron los mensajes que desde el populismo del PSOE y, sobre
todo, del PP, les vendían diciendo que los vascos son ETA y ETA asesina, o la
culpa de sus problemas económicos es de los catalanes que odian el castellano,
que ellos vendían y aún venden, como el único español…
Cuando en 2004 el atentado del 11M nos golpeó en el
corazón de Madrid, durante unos meses pudimos comprobar la falta de empatía y
las mentiras de las verdaderas estructuras del país. Unos meses es que los
humanistas de todo el Estado nos sentimos más unidos que nunca y derrotamos al endiosado
Aznar, que aunque no se presentaba a las elecciones, era la verdadera figura
que, desde hacía años, era la única figura ideológica distinguible.
Al débil presidente socialista Zapatero le faltó el
valor para romper muchos de los nudos, que ya se antojan gordianos, con los que
el franquismo sigue estrangulando la democracia. Así, entre tontería y
tontería, llegamos a 2010 en que se consuman todas las traiciones contra el
pueblo catalán y este, en una declaración publicada por todos los medios de prensa,
lanza lo que sería las bases del Procés: “Por la Dignidad de Catalunya”.
Va a empezar un periodo en que todos los partidos
democráticos de Catalunya, incluido el PSC, van a exigir un referéndum de
autodeterminación y, muy pronto, entenderemos por qué FAES y Aznar apadrinaron
el nacimiento del partido Ciudadanos (C’s) en Catalunya. Un partido que
tanteará entre el ideario más rancio, antidemocrático, inculto y falto de
empatía, que pueda encontrar. Ciudadanos está lleno de personas rencorosas que
no aceptan la realidad y culpan a quienes les rodean de sus propios problemas
personales. Buscan los residuos de la España profunda dentro de una región que
siempre ha luchado por la modernidad. Estos individuos serán la base con la que
una prensa, ya bajo las manos de la banca, y por tanto las costuras del estado,
reescribirán una realidad que permita odiar a los catalanes sin remordimientos.
Pero si los catalanes nos hemos convertido en el
circo para España, también nos hemos convertido en un pueblo fuera de control
porque ese circo, para nosotros es política pura y dura. Ya no existe un
catalán (aquel que vive, trabaja y quiere a Catalunya) que no esté vendido y que
no se dé cuenta de que solo hay salida en la independencia. Otra cosa son las
formas y los temores. El pan ya no basta a los catalanes, el circo no nos
interesa porque somos sus actores, por eso España carga las tintas en un arma típicamente
colonial: el miedo. Pero mientras el pan y el circo te adormecen y atontan, el
miedo, por sí solo, únicamente puede funcionar durante un tiempo limitado… Y no
sé si eso las costuras del Estado lo han tenido en cuenta.
Pero, mientras hablamos de catalanes y vascos, qué
pasa con las izquierdas democráticas de España… Pues que les escuchamos decir cosas
como que el independentismo ha despertado al fascismo en España ¿Queda claro
que el Pan y Circo adormece y atonta? Pero no a las costuras del Estado.
Esperemos que Podemos, IU y demás terminen de desperezarse algún día y no se
dejen engañar por las etiquetas de “nacionalistas” con que la prensa española
ha cargado a las revoluciones de las naciones del crisol español contra el
fascismo.
Afortunadamente no solo la revolución de las nacionalidades
ha plantado cara al fascismo, también existe la revolución de las mujeres: el
feminismo. Y es que el fascismo también está anclado en las más casposas
estructuras patriarcales y ha forzado a las mujeres a denunciarlo. Estamos
hartos de verlas definidas como feminazis, pero denigraciones tan brutales solo
pueden indicar que están metiendo el dedo en la llaga. Junto al movimiento
feminista también vemos una lucha de fondo del movimiento LGTBI que desde los
años 80 han estado ganando parcelas de igualdad dentro de esta democracia
tutelada. Nadie se ha fijado mucho en este movimiento porque le han creído una
lucha exclusivamente de derechos cuando en realidad es una lucha por los
principios del humanismo liberal más fundamentales y que, por tanto, entra en
lucha frontal contra el prehumanismo fascista de las costuras del Estado.
Quien está bajo mínimos nunca debe conformarse con
migas de Pan y aquel que tiembla sobre la cuerda floja del Circo, nunca deberá
adormecerse por él porque caería irremediablemente a la nada.
Queridos españoles de la España profunda, votantes
del fascismo, la hipocresía o el adormecimiento, clientes de la prensa de la
omisión y la mentira; esperamos que os satisfaga el Pan y que disfrutéis del
espectáculo desde la grada, pero recordad que nada es eterno… Ni siquiera Roma.
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